Capítulo I-Primera cita

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"El era un hombre con muchos trabajos, la mayoría de ellos ilegales, motivo por el cual este hombre se encuentra preso, Jonh Wislly, mi padre..."

-¿Esto es lo que piensas de tu padre, Elizabeth?

-A lo contrario profesora Magaly, no lo pienso, eso es lo que es. No es que quiera decir que mi padre es mala persona pero explíqueme, ¿Porqué hace todo lo que hace si tiene una hija de 14 años y uno de 4?

-''Eso deberías preguntárselo a tu mamá'' Me dijo ella y me mandó a casa para preguntarte, este es uno de los pocos momentos que tengo sin que Cristoffer venga-terminó de contar Elizabeth, una niña de 14 años, contextura promedio y sin duda, ningún tipo de interés por la relación interpersonal de su padre con ella o su hermano.

-Elizabeth no hables asi de tu hemano.-Dijo la madre de Liza.

-Bueno mamá, ¿vas a decirme que pasó con papá o no?-Dijo por fin ésta luego de reclamarla a su madre.

-¡Ya llegue mami!-Grita Cristoffer, el cual es traído por una señora mayor, con unas cartas en la mano y una bolsa con alguna fruta o verdura en la otra, era la vecina del piso de arriba.

-Muchas gracias-le dice mi mamá a la vecina despidiéndola en la puerta para luego darce media vuelta y abrazar a su hijito menor el cual andaba vestido con un uniforme escolar y con sus rizos dorados volando por los aires acompañando su euforia por ver de nuevo a su madre.

Elizabeth se dirigió a su cuarto, con el ensayo de su padre en mano, tan cerca el dia del padre, jamás ha celebrado el dia del padre, nunca a ido a la cárcel a visitarlo. Cambió su ropa escolar, se preparo para ir a la calle, pensaba encontrarse con sus amigos para ir al parque, a la sombra de su árbol favorito, donde usualmente pasan el rato hasta la hora de cenar.

Vestida con una blusa azul, unos pantalones de jean negros, zapatos verdes, sus lentes de sol en la mano, su cabello ondulante suelto se preparó para salir, ya en la sala se dispuso a avisarle a su madre, a gritos, que iba a salir.

-¡Mamá me voy! ¡Regreso en un rato!-Ya avanzada la caminata de laas escaleras hasta la puerta, con el pomo de la puerta en la mano la madre interrumpió la salida.

-Sabes que llamé al colegio, faltaste a clases de canto, ¿quisieras explicármelo?-Sentándose en el sofa termina sus palabras mirando a su hija aun con el pomo de la puerta en la mano, en su cara se reflejaba la decepción, la molestia y la preocupación hacia su progenitor. Una ceja levantada acompañaba su gesto, se sentó en el sofá.

-Mamá, lo que paso es que... Bueno... No me gustan las clases de canto, no quiero cantar, no es mi estilo, no es lo que yo quiero.-Dejó de agarrar el pomo.

-Hija, si apenas la semana pasada me dijiste que querias ser cantante, que te inscribiera-Dijo la madre-¿Ya se te olvidó?

-Pero mami, no quiero que te molestes conmigo, ¿No me dijiste que era tu bomboncito?-Dijo con un tono aniñado la menor, se encontraba de pie frente a su madre y su cara se habá iluminado de repente mientras pronunciaba las palabras, mientras que a la mayor su cara de horror se había incrementado considerablemente.

-¿Qué te pasa hija? Hace años que dejaste decirme mami-Dijo horrorizada la madre de Liza.

-Yo prefiero dicirte vieja, pues a como estás te queda perfecetamente, me vas a dejar salir con mis amigos ¿si o no?-Faltando el respeto a su madre Elizabeth ya no tenía su cara de ángel, sino que es ésta traía una mueca de indiferencia.

Parándose repentinamente de su asiento, la madre de la falta de respeto tomo a ésta por el brazo y sin dudar salió de la residencia velozmente, dirigiendose al metro con una parada directa a la clínica mas cercana.

Ya volviendo a su estado habitual, con el debido respeto y terror que se debe tener en estas situaciones, Liza procede a preguntarle a su madre por lo ocurrido  y por su estado. La señora tenía una cara evidentemente de preocupación.

-¿Por qué estas alterada mamá?-preguntó la responsable de la situación.

-Nada-contestó sin mirar a su hija-¿te sientes bien?-Pregunta angustiada.

-Hice algo malo, ¿verdad?-Nerviosa le preguntó-¿Por eso estas así?

-Me dijiste mamá, después mami y seguido vieja, me preocupas hija-Su mirada seguía vaga.

-¿De verdad? No quise hacerlo, si te lastimé lo lamento, perón, pero aun no me explico adonde vamos.

-A la clínica.

Al llegar a su estacion destino, tuvieron que ir caminando varias cuatras, ver varios semáforos en rojo, verde, amarillo, personas que paseaban a sus perros, al final de su camino se pararón en frente de un edificio, en lo alto se encontraban unas letras de aluminio que, desde su posición eran ilegible. Habían llegado ya a la clínica, todo el camino hasta ese lugar fue callado, casi incómodo; subieron en el ascensor hasta el doceavo piso, una enfermera los etendió al instante de llegar ahí, el doctor estaba apunto de irse, pero la preocupación de una madre es mayor que las ganas de un soltero de volver a su solitario apartamento.

La tarde ya había avanzado, la espera se había vuelto aburrida y sin entretenciones, ningún televisor, revistas o pecera, nada con lo que los pacientes pudieran entretenerse. La madre de Liza estaba alterada, en su cuerpo faltaba la cafeína de la tarde, y la tranquilidad de su hijo menor.

La llegada de la enfermera que anteriormente los había atendido iluminó sus rostros.

-Elizabeth Wislly, sala 9. Por aquí por favor.-Dijo para empezar a guiarlas a través de una puerta en la cual se abrían una serie de corredores sin ninguna dirección escrita. Pararon en una puerta, el número nueve brillaba gracias a la tenue luz del pasillo, la puerta era lisa de una madera clara.

Entraron al consultorio, un pequeño diván estaba en una esquina, cerca de una pared de cristal que hacia de ventana, se veia claramente toda la calle por la que antes habían transitado. El Doctor Dersen Orques, por fin dijo algo, despegando su cara del computador invitandolas a sentarse.

-Hola, Soy el doctor Orques, Dersen Orques, como saben soy psiquiatra y pediatra,¿Cúal es la razón de su visita?

-Mi hija no ha parado de tener cambios drásticos de humor, primero fue mami, luego vieja, ha tenido una actitud altanera y de falta de respeto no característica en ella ¿Podría decirme que tiene? ¿Es grave?

-Dejeme ver, Elizabeth Wislly ¿no?¿Puedes recordar algo de lo que pasó? ¿Algun mínimo detalle? ¿Alguna cosa que detonara ese comportamiento?-Pregunto con su voz suave el doctor, su mensaje era transmitirle tranquilidad a sus pacientes.

-Nada, solo recuerdo haber agarrado el pomo de la puerta, iba a salir con mis amigos, le dije a mi mamá y luego de eso estaba camino al metro-Dijo Liza, en su cara se veía la sinceridad, ¿quién no podría creerle?-¿Es algo grave doctor?

-Opino que tuviste un cambio de animo de adolescencia y nada mas que eso.-Dijo el doctor cambiando su posición en el escritorio, comenzó a escribir en su pequeño ordenador y, luego de teclear un rato salió una hoja de su pequeña impresora al otro lado del escritorio.-Tomen esto, es un pequeño informe, su hija no tiene nada malo señora Wislly, no tiene de que preocuparse, la adolescencia es algo que usualmente llega a esta edad. Ya sabe como son las cosas.

Después de tomar el papel que el médico les entregó ambas se fueron a su hogar, en el viaje hubieron algunas pequeñas conversaciones, sin llegar a algo en concreto. Seguían sin respuestas y no se quedarán sin saberlas.

MI BIPOLARIDAD [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora