D&J: Jaeno-ah

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Doyoung nunca se levantaba temprano, mucho menos en vacaciones. Así que cuando su alarma sonó, decidió ignorarla.

Hubiera dormido hasta las dos de la tarde, si no fuera por los gritos de su madre, diciéndole que llegaría tarde y que su padre tendría que llevarlo.

Se arregló rápido y desayunó sólo una banana, así que cuando subió al auto con su padre, estaba de muy mal humor.

"Doyie, sabes que es un responsabilidad. Ponte en el lugar de esas mujeres, tienen que ir a trabajar y la persona que cuidaría a su hijo no llega, es una mala situación." Doyoung no quería hablar, pero sabía que su padre tenía razón, era su responsabilidad, aunque no había adquirido el trabajo de forma justa.

Su padre siempre tenía buen humor en la mañana, envidiaba eso de él y también de su hermano. El hombre mayor parloteaba sólo de muchas cosas, intentaba hacer sentir mejor a su hijo, Doyoung se rindió de ser malhumorado cuando su canción favorita sonó en la radio y su padre sonrió mientras el cantaba a todo pulmón.

"Así está mejor, no puedes ser malhumorado con un niño a cargo, Doy, los niños son ruidosos." Explicó su progenitor.

"Tienes razón, espero este no sea tan energético o voy a necesitar mucho café." El mayor rió.

"Todos son energéticos, sólo necesitan la suficiente confianza, dásela." Aconsejó mientras seguía guiandose por el GPS hasta la dirección del nuevo trabajo de su hijo menor.

"Eso intentaré." No iba a decirlo, pero estaba muy nervioso, su pierna se movía sóla por la ansiedad.

"Tiffany y Taeyon son buenas personas, su hijo debe ser un ángel." El padre de Doyoung estacionó frente a una casa bastante grande, pero se veía acogedora, con muchos árboles y plantas, miró a su pequeño. "Es aquí, se ve confiable."

"¿Confiable como Ted Bunny o confiable como el tio Siwon?" Preguntó el menor con cierto humor, le gustaba la casa y el barrio, aunque había ladridos de perros de vecinos que no lo dejarían de molestar hasta que estuviera dentro de la casa.

"Nadie es confiable como el tío Siwon." Aseguró el mayor. "Ya es tu hora pequeño pollito, deja el nido y vuela alto." Confortó.

"Papá, los pollitos no vuelan." Corrigió Doyoung con nervios, tomó su bolso y abrigo de la parte de atrás del auto y se despidió de su padre con un abrazo. "Te veré en la noche." Salió del coche cerrando la puerta con cuidado.

"Te quiero, Doyie." Se despidió arrancando el auto para ir a su trabajo.

"Si, yo también te quiero." Suspiró sin que nadie lo escuche. "Bien, ya estoy acá." Se acercó a la reja a tocar timbre.

Luego de unos minutos observa que la puerta de la casa se abre, dejando ver a una mujer castaña con un traje negro que le quedaba muy bien, con el pequeño detalle que en su cabeza había una toalla y en sus pies unas lindas pantuflas, se acercó a la reja para abrirla con la llave y sonrió a Doyoung mientras lo dejaba pasar.

"Buenos días, cielo. Siento tardar en abrirte, pero olvidamos la clave de seguridad." Se rió mientras saludaba a su menor con dos besos, este correspondió avergonzado. "Mi nombre es Taeyeon, mi esposa se llama Stephanie, pero prefiere que le digan Tiffany. Pasa cariño." Le hablaba mientras el pasaba a la casa, era muy hogareña y cálida, parecía su casa de la infancia, eso le gustó. "¡Amor, Doyoung está aquí!" Su jefa gritó fuerte, y siguió caminando hasta lo que parecía la cocina.

"¡Doyoung, hola!" Desde la cima de las escaleras una mujer enfundada en un vestido bajaba sosteniendo su vientre, que la verdad no era muy grande, pero al parecer había un bebé dentro. Cuando las escaleras terminaron la mujer abrazó al joven con confianza y también le dió dos besos. "¡Tu madre sólo dijo cosas buenas de ti!" También gritó con entusiasmo.

"Esperamos que te guste el lugar y decidas quedarte." Escuchó decir a Taeyeon que venía desde la cocina. "Ven a desayunar con nosotras." Ofreció mientras llegaba al lado de su pareja a abrazarla y tocar su vientre.

"Oh, no yo..." El pelinegro iba a negarse pero Tiffany fue más rápida.

"¡Oh, vamos!" La mujer tomó la mano del joven y lo arrastró hasta la cocina. "¡No puedes negarle nada a la embarazada!" Lo acomodó en una banca del desayunador, que estaba repleto de waffles y muffins, y cosas muy apetecibles, así que no se negó.

"Lo siento, Doyoung." Se disculpó la mayor, sirviendo café en la taza frente al chico. "Olvidé mencionar que mi esposa sólo habla idioma entusiasmo." Se burló y la otra la miró mal. "Es un poco efusiva." Explicó con una sonrisa tierna.

"Y las hormonas me tienen peor, así que me disculpo de antemano por el escándalo que provoco..." Tiffany intentó pronunciar con un pedazo de waffle en su boca. "Para tu suerte Jaeno-ah es más como Tae, incluso un poco más." Explicó mirando a los ojos al joven.

"De eso debemos hablar." La mujer de traje se apoyó en el desayunador mirando a Doyoung seriamente. "Deberás tener paciencia, Jeno es un niño muy dulce pero muy introvertido." Bebió su café.

"Le tomará tiempo entrar en confianza, pero una vez te tenga confianza desearías que no la tuviera." Sonrió la embarazada.

"No es tan así, Jeno tiene problemas para hacer amigos, es muy tímido así que pasa mucho tiempo en casa. Esta vez quisimos que no se encierre tanto, así que lo inscribimos en un par de actividades, no serán tantas pero si lo suficientes para cansarlo y llegar a dormir." Le entregó una hoja con un horario que hizo al menor abrir los ojos grandes y tragar con fuerza el muffin.

"Ves, ya lo asustaste." Regañó la menor. "Jeno no tiene problemas, sólo es muy tímido, demasiado. Cuando pierde la vergüenza es un niño ruidoso como cualquiera, incluso más." Señaló.

"Y bueno, eso es lo que planeamos, de todas las actividades, por lo menos un amigo debe hacer." Sacó la conclusión, Doyoung sabía que así no funcionaban las cosas, pero no diría nada porque, bueno, era muy tímido para hacerlo.

"Mami." Una vocesita se escuchó desde la puerta de la cocina. Los tres adultos se giraron a verlo.

"Nono, ven con mami." Llamó Tiffany, el niño corrió a la mujer, quien lo ayudó a subirse a la silla que correspondía a Taeyeon, ya que no entraba en sus piernas. Ambas madres besaron las regordetas mejillas del pequeño quien no dejaba de mirarlo. "Bonito, el es Doyoung, te quedarás con el durante el día."

"Hola." Saludó cortamente el niño.

"Hola Jaeno, es un gusto conocerte." Sonrió el chico mayor.

"Jeno se portará bien contigo." Aseguró Taeyeon acariciando los cabellos de su hijo. "Y no se subirá a los árboles ¿Verdad?" Dijo encaminándose a la escalera.

¿A dónde?

"No prometo nada." Susurró el pequeño.

"Eso funciona para mi." Festejó Tiffany besando la frente de su hijito. "Nosotras tenemos que irnos, usaremos el auto de Tae, así que puedes usar el mío para ir a las clases de canto." Miró a Doyoung.

¿Jeno se sube a los árboles?

"Volveremos por la tarde." Dice la mayor que volvía del piso de arriba ya con zapatos puestos y el cabello recogido. "¿Tienes tu bolso, amor?" Preguntó a su pareja mientras le extendía unas llaves a Doyoung, supuso que eran del auto de su otra jefa.

"Si. Nos vemos en la tarde, Nono, no te portes mal, te amo." Besuqueo al pequeño que ahora se bajó de la silla para seguir a los adultos a la puerta. "Llámanos si necesitas algo." Le entregó un papel con sus números mientras su esposa se agachaba a abrazar a Jeno.

"Adiós chicos, pásenla bien." Se despidieron.

Ambos chicos quedaron en la puerta, observando y saludando a las mujeres que se marchaban.

"Pero yo no sé conducir." Susurró Doyoung.

Miró al niño a su lado.

"¿Quieres desayunar?" Ofreció, pero el niño sólo lo analizó en silencio, como por dos minutos de silencio incómodo.

Después se giró, y volvió a subir por las escaleras, ignorando a su niñero.

Doyoung suspiró y llaveó la salida para que a Jeno no se le ocurriera subir a los árboles.

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