Kun tenía un problema.
"Buenos días, señor Zhong." Saludó el chico con educación, entregándole un café fuerte a su jefe. "Tiene una cita en media hora con finanzas, al parecer encontraron un fallo en los pagos de los socios minoritarios de meses anteriores." Informó mientras seguía el paso del hombre.
"Imbéciles, son todos unos imbéciles." Exclamó el hombre de traje, tomando un sorbo. "Este café está horrible, quiero otro." Dijo antes de encerrarse en su despacho.
Kun bajó los hombros e hizo crugir su cuello, miró su reloj: 7:26a.m. del viernes. Suspiró, por lo menos es viernes.
Se sentó en la mini oficina que tenía frente a la puerta del despacho del jefe. Suspiró y comenzó a clasificar archivos y documentos.
Kun tenía un problema, y era que odiaba su trabajo. Específicamente a su jefe.
Era un explotador, tenia cuatro asistentes de medio tiempo, Kun sólo era uno que aguantaba dia tras día.
Estaba estudiando, una carrera semipresencial que le permitía tener un trabajo de medio tiempo que él transformaba en turnos dobles.
Por lo menos, agradecía hablar el mismo idioma que su jefe.
Mientras seguía archivando, la puerta del ascensor se abrió y una mujer de unos treinta años vestida muy elegantemente salió de el.
Avanzó a paso seguro, haciendo resonar sus tacones a cada paso. Kun tragó saliva.
Genial, otra novia enojada. Pensó.
Sonrió antes de hablar: "Buenos días, señorita ¿Tiene usted cita?" La mujer sonrió altanera y se inclinó, apoyando las manos en el escritorio del chino.
"Tú no sabes quién soy." No fue una pregunta, fue un hecho, y el pelinegro no sabía como sentiese al respecto.
"Dígame su nombre, y podré saber si tiene cita." Siguió con una sonrisa.
La mujer se paró recta y se puso seria.
"No necesito cita, soy Zhong Lian, esposa de tu jefe." El rostro de Kun palideció.
La mujer no esperó respuesta y caminó dentro del despacho, abriendo la puerta de golpe.
El chico suspiró cansado y tomó el café que le había dado antes a su jefe para entrar tras ella y cerrar la puerta.
"Que placer tenerte aquí, Lian." Su jefe sonreía con sarcasmo. "Preferiría que fuera en bolsas de basura y por partes, pero no todo es posible." Kun sintió nauseas ante la descripción.
"Lo siento, intenté detenerla pero..." La mujer era muy imponente.
"Nadie me detiene." Finalizó por el chino. "Seré concisa, Xing, estoy cansada de tu hijo." Declaró sin sentimientos, mientras se sentaba en la silla frente al escritorio.
"Lastima que no hay métodos de aborto al séptimo año." Dijo sin pelos en la lengua, Kun comenzaba a marearse. "¿Qué es lo que realmente quieres?"
"Contrata a alguien, yo también tengo trabajo, ya hice lo que pude para criarlo bien." El hombre se rió, claro que ella no lo había criado, y mucho menos bien.
Kun conocía al hijo del jefe, Zhong Chenle era el demonio en persona. Conociendo a sus padres. Lo entendías.
"No puedo sólo contratar una niñera, Lian. Chenle tiene muchas horas ocupadas y hace cosas que niños de su edad no hacen." El hombre frotó su cara. "Él aún te necesita." Dijo cansado, parecía que de alguna manera, no queria dejar a su hijo con un desconocido.
Kun pensaba, sus padres no fueron los mejores, pero definitivamente fueron mejores que los padres de Chenle. El niño tenía una carrera en la actuación desde los seis meses de edad y hace poco le ofrecieron grabar un disco musical, que sus progenitores no negarían.
Chenle era un niño con estrella, talentoso en todo, menos en ser amable. Había visto como contestaba a sus mayores y también vio cuando pateó en la entrepierna a uno de los empleados de su padre por no darle leche con chocolate.
Era inmanejable.
Pero aún así, al ser un niño, tal vez era mejor que su padre.
"Yo puedo hacerlo." Pronunció tímido.
Ambos miraron a Kun. "¿Hacer qué?" Preguntó el hombre.
"Cuidar de su hijo, y hacer que llegue a sus eventos y haga sus tareas. Lograr que coma sus vegetales, ya sabe, cosas de niñera." Explicó lo mejor que pudo.
"¿Por qué deberías ser tú?" Preguntó ahora la mujer.
"Soy confiable, trabajo aquí hace un año y nunca tuve una falta, se conducir, cocinar, hablo tres idiomas y soy cinturón negro en artes marciales." Alardeó el menor.
Los adultos parecieron pensarlo, aunque la mujer se veía como si quisiera tirarle a Chenle encima y salir corriendo.
"Bien Qian, recoge tus cosas, tienes el día de hoy libre, el lunes te quiero en casa a las 6:30." Dijo el hombre mirando los papeles frente a él.
Tanto Kun como la mujer, sonrieron.
Lian no dijo nada, sólo se fue callada y feliz.
Kun le dejó el mismo café de más temprano a su jefe, este tomó un sorbo y suspiró. "Este está genial, gracias Qian." El jóven salió riéndose bajito.
Estando afuera, recordó que el nunca tuvo contacto directo con niños. Él realmente no saben como funcionan, y Chenle a pesar de que ya tenía trabajo y estaba constantemente ocupado, seguia siendo un niño.
Suspiró, bien, Kun tenía varios problemas.
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babysitters
HumorMark nunca dejaba de hablar. Renjun no tenía tiempo para ser un niño. Jeno no tenía amigos para jugar. Haechan no debería saber ciertas cosas. Jaemin sólo quería matar un dragón. Chenle estaba siendo explotado. Y Jisung necesitaba aprender a dejar d...