Parque

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T&J

Unos días después de comenzar a trabajar con los Park, Taeyong ya tenía casi bajo control al pequeño Jisung. 

Luego de perderlo los primeros tres días (dos veces por día), para el viernes ya consiguió mantenerlo vigilado y sin perderse durante seis horas. El truco estaba en conservar las llaves fuera de su vista en todo momento, y proponerle actividades en donde el pequeño tuviera que estar cerca de él todo el tiempo. Por ejemplo, ahora Jisung se encontraba contando frijoles, ayudando a cocinar a su hyung, Tae lo observaba mientras picaba la cebolla, su niño era muy inteligente, tenia apenas cuatro añitos y ya sabía contar bastante alto, diferenciaba con facilidad colores y texturas, y era realmente bueno quejandose de la temperatura de su comida.

No había tenido noticias de Hansol en estos días, y sinceramente lo extrañaba mucho, debía buscar nuevo compañero de piso, pero sabía que una vez que lo publicara lo conseguiría en un segundo, tenía una buena ubicación y precio, pero pensar en ello le agotaba, no tenía ganas de forzar una amistad nueva, tenía suficiente gente alrededor y no toda era realmente agradable.

Taeyong no comprendía el afán de la madre de Jisung en recalcar que era un estorbo, esa mujer horrible con la que por suerte se encontraba pocas veces insistía en no pasar tiempo con el niño; entendía el hecho de que la señora Park era una importante mujer de negocios, pero rodar los ojos cada vez que veía a su hijo correr apenas para saludar a su padre, era hiriente. Tenía suerte de que Jisung parecía tener el mismo rechazo hacia ella; Chanyeol solía jugar con el bebé todo el tiempo que tenía disponible, que era por la mañana, antes de ir a trabajar y por las noches cuando llegaba bastante agotado como para hablar pero no lo suficiente como para no sonreir al ver a su bebé feliz de verlo.

Pensaba en ello mientras revolvía la sartén con verduras salteadas, suspiró poniendole la tapa, ya había terminado, se limpió las manos y se sacó el mandil mientras se daba vuelta para mirar a Jisung.

Excepto que la sillita alta del niño, estaba vacía.

Taeyong abrió sus ojos lo más que pudo y se puso en marcha, si algo había aprendido en estos días era que Jisung tenía dificultad para escapar a grandes velocidades, pero era un genio del escondite, así que buscó dentro de todas las puertas que se podian abrir, y detrás de todas las ortinas que encontraba, miró la escalera y pensó, Jisung podía subir las escaleras pero no bajarlas porque le daban miedo. Recordó también lo mucho que a Jisung le gustaba escalar, cualquier cosa de hecho, pero tampoco lo hacía a grandes alturas porque sino, necesitaría ayuda para bajar, corrió al salón principal y observó el ventanal que daba a la calle, ahí estaba Jisung mirando anhelantemente los niños que jugaban fuera.

Taeyong suspiró aliviado de ver al niño, aunque le dio bastante pena. Se acercó a el para sentarse a un lado.

"¿Eso es lo que quieres?" preguntó en voz baja. "¿Quieres jugar con niños de tu edad?" lo miró a sus grandes ojitos de bebé que le causaban tanta ternura "Podemos ir al parque luego de comer." el niño se sentó en la pierna que Tae tenía sobre el asiento, el mayor acomodó un poco su cabello tras la orejita del menor. "¿Estas de acuerdo?" Jisung lo miró, pero no dijo nada, nunca decía nada con palabras, pero el niño se abrazó con tanta fuerza a su cuello que Taeyong no le quedó duda de que podían comunicarse.

W&R

Dong Sicheng se podía considerar un chico solitario, nunca le gustaron mucho las personas ruidosas y disfrutaba mucho de su tiempo a solas y en silencio. Pero hasta él era consciente que Renjun era demasiado silencioso para su edad, Winwin no conocía a ningún niño fuera del suyo, pero según peliculas, si debería ser más... Un niño.

"Gege, haz estado ahí parado durante quince minutos." la vocecita del pequeño alertó al mayor, quien sonrojado entró con cuidado al cuarto de estudio donde Ren estudiaba sus partituras. 

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