Capítulo 4: Cultivo Dual

134 14 2
                                    


Zhou Zishu se sintió cálido y por un momento, pensó que había muerto y se había ido al cielo. No recordaba tener este tipo de calor en todo su cuerpo, solo un insoportable dolor cada vez que las Uñas de los Siete Tormentos actuaban. Eso quiere decir que la Técnica Celestial LiuHe funcionó, y eso fue lo primero que le vino a la mente. ¡Estaba completamente curado! Su qi fluyendo como río e inundando su cuerpo, mente y alma, sanando y rejuveneciendo cada uno de sus meridianos rotos. Estaba tan abrumado por el regreso de todos sentidos que abrió los ojos con asombro aturdido... solo para encontrar que algo andaba mal ... su alma gemela, su Lao Wen , con el cabello blanco como la nieve, desplomado, sin vida.

"¡Lao Wen, No te atrevas a dejarme! ", Su propia voz no llegó a sus oídos, todavía estaba sordo durante el tiempo que Wen Kexing actuó como un recipiente, para darle el Qi de Ye Baiyi.

Entonces las manos sin vida de Wen Kexing se deslizaron más lejos de las de Zhou Zishu. Frenéticamente, Zhou Zishu se aferró a los hermosos y largos dedos de su amado, tan fríos en su agarre. Gritó, finalmente escuchándose a sí mismo" Lao Wen, no, no me dejes ¿Me sanaste a costa de tu vida? Pero, ¿de qué sirve vivir una vida sin ti?, Lao Wen, ¿me dijiste que éramos almas gemelas destinadas a estar juntos? Hiciste todo lo posible para perseguirme, me seguiste a donde fuera a pesar de mi rechazo, me cuidaste cuando estaba débil por el dolor, me salvaste del príncipe Jing, me hiciste poner los ojos en blanco exasperado con tu actitud desvergonzada tus y absurdos brotes de poesía. ¡Cómo pudiste ser tan egoísta como para dejarme solo en el mundo... cómo podría continuar... por qué salvarme si yo sería el único que queda atrás...! No permitiré esto. No lo haré. Moriremos o viviremos, pero lo haremos juntos".

Gruesas lágrimas aparecieron en el rostro de Zhou Zishu; lágrimas que nunca derramó en toda su vida aun cuando murieron su shifu y Shidi, lágrimas que Zhou Zishu nunca derramó cuando mató sin piedad a niños o mujeres o cuando clavó las Uñas del Tormento en el último miembro de de la Mansión Siji... ahora se derramaba sobre sus ojos y rodaba furiosamente por sus mejillas. "Nunca te he dicho una vez que me importas, ¿verdad, Lao Wen? Sabes ese día que te hablé que los Cuatro Sabios de Anji eran almas gemelas, he sabido que eres tú a quien he estado buscando y con quien anhelaba pasar mis vidas vagando por el mundo... Pero, como tenía menos de dos años de vida, dudé, traté de desanimarte, traté de rechazarte.... Pero la verdad es que nunca he tenido una vida tan plena desde que te conocí...

Entonces sintió un imperceptible movimiento de los dedos de Wen Kexing, esto hizo que los ojos húmedos de Zhou Zishu se abrieron de golpe.

Se aferró mínimo signo de la vida con cada fibra de su ser. Tardíamente se dio cuenta de que había energía dorada rodeándolos a ambos con destellos que brillaban al ritmo de los latidos de sus corazones. ¡Sus latidos! Te voy a salvar, Lao Wen. ¡No me vas a dejar! Sus... sus meridianos... ¡estaban todos rotos!

Y en un destello de locura momentánea, cambió el flujo de energía entre ellos e infundió un flujo constante de qi curativo en el cuerpo de su amado, ¡y casi perdió el control de la transferencia de energía!

Trató de concentrarse y lentamente empezó a reparar los meridianos rotos hasta que después de varias horas sintió que Lao Wen abría los ojos lentamente.

- A-Xu la voz era de pánico y dolor - "¿No te salvé?, déjame. Ese maldito viejo monstruo me mintió.

"Idiota, te has sacrificado tanto por mí... pero, ¿qué es la vida sin ti?"

"A-Xu", dijo la voz suave y exhausta de Wen Kexing.

"Te diste cuenta de que incluso muerto te habría seguido hasta al mismo infierno...

InmortalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora