Capítulo 37: Los nuevos discípulos

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Shen y Luo estaban junto a Lan Zhan cuando escucharon un alboroto fuera de su mansión. No podían creer que vinieran a interrumpir la presentación de hijo. Así que tranquilizó a su esposa y acompañado de varios discípulos salió a enfrentar a los intrusos.

"Díganle al líder Shen, que los discípulos de la Secta del Monte Huang e Imperial Wei han venido a buscarlo".

"Por favor, héroes este momento nuestro líder está celebrando el primer mes de su hijo. Ahora no puede recibirlos".

Iba a continuar la discusión cuando vieron llegar a Shen "¿Por qué vienen a crear caos a las puertas de mi secta".

"Una prisionera nuestra escapó para encontrarse con su esposa. Exigimos que nos la entreguen".

"No sé que está pasando. Nosotros no albergamos prisioneros".

"Entonces permitan que ingresemos a su secta a buscarla".

Cuando la discusión estaba tensa, apareció Luo quien con una voz desafiante afirmó "Nadie entrará a mi secta. Quien se atreva tendrá que pasar sobre mí. Y ninguna mujer será entregada o juzagada".

Una mujer salió del grupo y de forma arrogante replicó"Si desean desafiar a dos grandes sectas no nos culpen por enseñarles modales. Veremos como la señora de la lista de infieles sucumbe frente a mi espada".

Una pelea se inició en la puerta de la secta. Varios de discípulos de ambos ambos estaban resultando heridos, hasta que vieron llegar soldados de la secta imperial. Tenían rodeada la mansión.

"Luo, anda y huye con Lan Zhan y Lan Xichen. No deben tardar en llegar el resto. Corre yo puedo resistir".

"No te dejaré".

"Que débiles son, van a decir que los intimidamos. Si se rinde y nos juran lealtad podremos perdonarlos.".

"Desde cuando dos sectas se unen para pelear contra una". Refutó Shen.

"Nuestra unión proviene del matrimonio de nuestros discípulos. Somos una. Si ustedes tuvieran una alianza lo aceptaríamos".

La secta de los cinco lagos poco a poco iban cayendo, casi todos heridos. "Esto no dolerá, pero el castigo a su insolencia será que perderán sus artes marciales". Era un ataque certero hasta que una daga la mano que empuñaba la espada y la sangre empezó a correr, el maestro Huang gritó de dolor y tuvo que sellar sus puntos de acupuntura para no morir desangrado. Todos voltearon cuando vieron a un hombre de negro que atacaba sin piedad y poco a poco iban retrocediendo".

La mujer furiosa gritó "Como te atreves, soy la princesa del reino Wei y discípula de la secta imperial. Por tu ofensa tendrás una muerte dolorosa".

El recién llegado no les hizo caso, sino volteó para ver a Shen y Luo que estaban en el suelo muy débiles, después de ser atacados "Descansen, nosotros nos encargaremos".

Las dos sectas estaban preparadas para atacar cuando sintieron que una ráfaga los atacó. El qi de esta persona era diferente a todo. Cuando voltearon grande fue su sorpresa cuando vieron a un hombre vestido de blanco empuñando una espada en una mano y en la otra sostenía a una pequeña niña, que al ver a Luo en el suelo fue corriendo y la abrazó "Tía Luo qué tienes. No tengas miedo yo te defenderé". Ella al escuchar la voz de la niña le devolvió una sonrisa.

Mas gente iba llegando, hasta que se escuchó una voz que gritaba "Es el inmortal Ye y el líder Escorpión". Las sectas invasoras al escuchar quienes eran los recién llegados temblaron de miedo. Sabían que era muy difícil salir con vida.

"¿Por qué están atacando la secta? ¿Cómo los ofendieron? Hoy no saldrán vivos de aquí si no recibo una respuesta satisfactoria".

"Esa mujer esconde una prisionera nuestra. Le exigimos que nos la entreguen y se negó".

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