Fue un beso lleno de inseguridad, pero también de esperanza. Esperanza de que el otro sintiera lo mismo, y la verdad, me aclaró bastante.
—Hm — sigo con los ojos cerrados.
—¿Hm? — sigue bastante cerca de mí, todavía siento su respiración acariciar mi cara.
—No sé qué decir.
—¿Te gustó?
—He tenido mejores besos — lo provoco.
—¿Ah sí? ¿Qué tal éste? — nos besamos nuevamente, pero esta vez ya no hay dudas, sólo nos dejamos llevar por la pasión.
—Estuvo mejor, pero no superas los otros — le sonrío de medio lado. Soy demasiado orgullosa para admitir que ese beso me dejó sin aliento y con ganas de más.
—Mientes. Eres muy orgullosa para admitirlo, pero sé que ese beso te prendió como el fuego a un fósforo — decido llevarle la corriente y mientras me muerdo los labios, le respondo.
—¿Y si estoy caliente qué? — lo dejo sin palabras, pero en su mirada sé que siente lo mismo que yo. En ese preciso instante suena mi celular, pero decido ignorarlo — Ya, que la calentura no haya fundido tu cerebro.
—Te encanta fastidiarme — hace pucheros.
—¿Qué te digo? Eres muy tierno enojado.
—¿Tierno yo? Nena, anda a que te revisen la cabeza porque andas mal.
—Cállate y bésame.
Nos pasamos gran parte de la noche en medio de besos y caricias, pero no vamos más lejos. Fue un momento precioso, el sólo hecho de acordarme genera mariposas en mi estómago.
En la madrugada decidimos irnos a mi casa, ya que todavía seguíamos en la fiesta.
—¿Quieres entrar? — desde las vacaciones pasadas no he visto a mis padres, y no estoy segura de querer verlos ahora.
—¿Acaso me está proponiendo algo indecente señorita Lyons?
—¡No! Era para tomar algo. Pero yo no pensaba hacer nada sucio con usted señor.
—Me encantaría aceptar, pero quedé para desayunar con mis padres. Perdóname — hago pucheros, ya que no quiero apartarme de él. Me volví una maldita cursi.
—Bueno, está bien. Avísame cuando llegues a tu casa — le doy un beso de despedida y me voy.
Cuando entro a mi casa todo está bastante oscuro, se nota que no hay nadie despierto. Entro a mi habitación, me pongo una pijama y me cepillo los dientes.
—Buenas noches princesa. Que duermas bien soñando conmigo.
—No soñaré contigo maldito ególatra.
—Me amas.
—Negaré todo hasta que se demuestre lo contrario jajaja ;)
—Tonta. Hablamos más tarde, tengo que madrugar.
—Descansa, y no tengas sueños húmedos conmigo.
—Ah, bien que lo deseas. Adiós xx.
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Tratando de entenderme
RandomTengo 17 años, y finalmente es mi último año en este campus colegial. Contextualizándolos un poco, cuando tus padres no tienen el suficiente tiempo para ti, y con pretextos como que es lo mejor para tu futuro, te meten en un campus, o cárcel pagada...