—Y dime ¿Qué quieres preguntarme?
—Verónica, sé que ayer entraste en ese estado luego de que contestaras la llamada que nos interrumpió. ¿Quién era? — mierda. Qué me invento.
—Bueno, la verdad es que Lucía me llamó, y me dijo que quería acabar con la amistad. Entonces yo me sentí devastada en ese instante, pero después entendí que era sólo por el enojo del momento — está escéptico, lo puedo notar en sus ojos.
—¿Estás segura? Porque a pesar de que llevamos poco tiempo conociéndonos, puedes confiar en mí, y contarme si tienes algún problema.
—No, de verdad no sucede nada. ¿Nos vemos más tarde?
—A las siete voy a tu habitación.
—¡Adiós! — cuando salgo de la Biblioteca, llamo a Alex.
—¡Hola linda!
—Hey ¿Cómo estás?
—Muy bien, ahora que me llamas ¿A qué se debe tu llamada,ya me extrañabas?
—Claro, señor irresistible. No sé qué sería de mi vida sin usted. Debería hacerle un altar — bromeo.
—No deberías hacerlo, ya lo debes de tener hecho — nos reímos los dos, como dos niños pequeños — ¿Te gustó salir conmigo?
—¿Tú que crees?
—No debes responder con otra pregunta, primero respondes.
—No me importa.
—Si tú me respondes una nueva pregunta, será mi turno de hacerlo.
—Eres raro.
—Curioso, pero sí, un poco raro. ¿Eres lesbiana? — ¿¡QUÉ!?
—¿Lesbiana? — titubeo.
—Bueno, no soy yo el que lo pensé, bueno, lo hice luego de que Nicolás me dijera que lo eras.
—La verdad fue para rechazar a Nicolás sin que se sintiera mal.
—¿Entonces todavía tengo una oportunidad?
—Pero primero tienes que conquistarme.
—Lo haré, sucumbirás a mis encantos.
—Ya, seguro — me río.
—¿Cuándo nos vamos a ver de nuevo? Pero hay un detalle, estoy en mi casa.
—Bueno, si quieres nos podemos ver el sábado, dime tú el lugar.
—Dime dónde vives y te diré a dónde iremos — luego de decirle dónde vivía, decidimos ir a una heladería que queda a una cuadra de mi casa.
—Hasta la vista baby.
Luego de que él se despidiera, decido descansar un poco, pero primero pongo la alarma en el celular para despertarme a tiempo, y que David no me encuentre dormida.
UNAS HORAS DESPUÉS
—Hola Ve.
—¡Hola! Gracias por venir.
—¿Empezamos? — luego de una hora más, decidimos parar. Pero él no se va, si no que nos ponemos a hablar como si fuéramos viejos amigos.
ESTÁS LEYENDO
Tratando de entenderme
AléatoireTengo 17 años, y finalmente es mi último año en este campus colegial. Contextualizándolos un poco, cuando tus padres no tienen el suficiente tiempo para ti, y con pretextos como que es lo mejor para tu futuro, te meten en un campus, o cárcel pagada...