Tratando de entenderme

Capítulo 6

Decido no arreglarme mucho, no quiero que piense que estoy emocionada acerca de la cita. Me aplico un poco de rímel y brillo de labios. Para vestirme, me decido por un vestido ceñido a mi figura, que me ayuda a resaltarla.

Cuando salgo del campus, rumbo a mi destino, soy consciente de varias miradas masculinas posadas en mí. Esto me ayuda a sentirme más confiada y segura de mí misma. Al llegar al cine, lo veo apoyado en la pared, con el celular en la mano.

—Hola bello — lo saludo con un beso en la mejilla. Ayer nos quedamos hasta la madrugada hablando por WhatsApp, por lo que le tengo un poco de confianza, no somos unos completos extraños.

—¿Cómo estás? Mira lo linda que estás — ese comentario genera cierto color en mis mejillas, por eso no necesito rubor.

—No seas mentiroso, que se te crece la nariz como a Pinocho.

—¿Mentiroso? ¡Pero si mi mayor pecado es ser tan honesto!

—Ya, seguro Pinocho. ¿Qué película nos vamos a ver?

—¿Qué tal si nos vemos Ouija?

—Ok, pero entérate que no soy nada miedosa, y no voy a saltar a tus brazos a la primera escena — Aleksandr se ríe, este chico ruso es adorable.

—Tranquila, yo tampoco, igual los rusos tenemos fama de ser rudos.

—Ya lo veremos, pequeño saltamontes.

En ese instante, la película empieza. Aunque Alex no quiera hacerlo notar, he visto que ha saltado en varias escenas. La verdad es que me la he pasado riendo en la película, puede ser el ver a mi compañero de esa forma o los nervios, no sé.

En un momento, me encuentro con la cara de Alex muy cerca de la mía, pero decido hacerlo sufrir. Me voy acercando cada vez más, mirando a sus labios, y cuando estoy lo suficientemente cerca, me separo con una sonrisa diabólica.

 —Eres mala — se queja él con un puchero. Pero no quiero parecer fácil, aunque desee besarlo.

Al acabar la película, decidimos ir al campus, ya que está bastante tarde. En el trayecto nos ponemos a hablar.

—No eres un ruso original, mira cómo te asustaste, bobo — me río, hay química entre los dos, no puedo negarlo.

—Ya, pero hice que te divirtieras conmigo. No te asustaste porque estabas demasiado ocupada mirando a esta preciosidad.

—¡Te dije que nada de mentiras! Yo miraba cómo la gente se quedaba mirándote con pena, de seguro pensaban "Este chico tratando de conquistar a tan bella mujer y no actúa como un macho alfa"

—Exagerada. Me estás empezando a caer mal — esas palabras generan un incómodo silencio, pero él vuelve a hablar — Tendrías que haber dicho ¿En serio? Y yo te hubiera respondido que no podría pasar, ya que eres bastante graciosa y encantadora — sus mejillas enrojecen.

—¿Gracias? — me río. Ya entramos al campus, y estamos por llegar a mi casa

—De nada. Pero yo te gano en la escala de adorabilidad.

—¿Esa palabra existe? — los dos nos reímos a carcajadas. La estoy pasando muy bien, espero que se repita.

—No sé, pero me entendiste ¿No?

—Sí, bueno, porque soy muy inteligente. Alex, llegamos — nos paramos frente a la puerta. No lo besaré, pero le doy un abrazo.

—Llámame, Ve — me lanza un beso por el aire y se va.

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