Después de soñar tantos años

Capítulo 6: "Plan reencuentro"

—No entiendo nada— la confusión en el rostro de Alya era notoria.
—Adrien...¿Has estado bebiendo?

—¿Que?, ¡No!— exclamó rápidamente.
—Por favor, Alya. Eres la única que puede ayudarme.

—Te recuerdo que tu futura esposa tiene el miraculous más poderoso de todos y que si ella quisiese podría colgar mi lindo trasero de cabeza a la Torre Eiffel— le recordó.

—No haré nada indebido. Solo quiero...hablar.

—Nino estará muy molesto— abrumada se sentó en su sofá. —Conmigo sobre todo. Dios...si se entera va a matarme...— se lamentó frotándose el ceño con la mano.

—No tiene porque enterarse, solo serán unos minutos. Te lo prometo.

—¡Ahg!, ¡No lo se!— exclamó. —¿Tu que dices, Plagg?— le pregunto al Kwami negro que se hallaba junto a ellos.

—La opinión de el no cuenta— se apresuró a decir el rubio sabiendo lo que su kwami opinaría al respecto.

—Es una mala idea— admitió. —Como todas las que tiene.

—Cierra la boca.

—¡Pero tengo razón!— exclamó exasperado. —¿Que estás buscando con todo esto?, ¿Quieres que la aterradora de tu novia te mate?

Alya no pudo evitar reír ante eso último pero ante la mirada de su amigo decidió comportarse.

—Ya les dije a ambos que no voy a hacer nada indebido— aclaro por enésima vez.
—Lo único que quiero es hablar con ella.

—¿Vas a invitarla a tu boda?— cuestionó la de lentes.

—Yo...no lo se. No lo había pensado— se sentó junto a ella.

—Bueno...pasó mucho tiempo, pero a fin de cuentas fue tu primer amiga y tu compañera de batallas, fue alguien importante en tu vida— le recordó sin mirarlo. —¿Tu quieres que esté en tu boda?

—No lo se, aun ni siquiera he hablando con ella— admitió. —No se cómo está, si cambió, si sigue siendo la Marinette de siempre, tal vez ya ni siquiera se acuerde de mi— soltó con una risa nerviosa.

—Claro que se acuerda de ti, tonto.

Unos segundos pasaron en los que ambos miraban hacia la nada, cuando por fin Adrien decidió romper el silencio otra vez.

—Dime, Alya, ¿Como es ella ahora?

La mencionada sonrió antes de comenzar.

—Está distinta, no parece la Marinette que conocíamos— comenzó a hablar.
—Ahora ya no tropieza con nada, si te lo preguntas— ambos rieron ante eso último.
—Está hermosa, claro que siempre lo fue, pero...ahora es otra mujer nueva. Cuando la vi, no podía creer que la joven que se hallaba frente a mis ojos era mi mejor amiga de toda la vida.

—¿Es feliz?

—Parece serlo— respondió. —Rentó un lindo apartamento en Nueva York hace unos años, le va muy bien en lo que hace y tiene un lindo hámster de un nombre muy extraño— el modelo no pudo evitar sonreír con ternura. Ella siempre había soñado con tener un hámster.

—¿Recuerdas que siempre quiso tener uno?— preguntó. —Sus padres no la dejaban por la panadería y ella se volvía loca por eso— recordó riendo.

—¿Recuerdas cuando adoptó uno sin permiso?— ambos rieron con más fuerza al recordar eso. —Luego sus padres se enfadaron con ella y tuvo que devolverlo.

Los dos jóvenes pasaron los minutos recordando viejas anécdotas y travesuras que había hecho la azabache en su adolescencia.
Ladybug solía ser estricta y seria cuando utilizaba su traje, pero Marinette era la torpeza andante.
No había forma de aburrirte con ella y siempre lograba hacerte reír con cada cosa que hacía.