Después de soñar tantos años

Capítulo 13: "Adios, Marinette"

Marinette.

Para ese entonces, ya no tenía más uñas de las que comerme.
Miraba la televisión, ansiosa, nerviosa.
Moría del miedo cada vez que lo veía aparecer junto a aquel villano.

"Estamos frente al Arco del Triunfo donde nuestros heroes combaten con un nuevo villano. No tenemos idea de cuál es su nombre pero Ladybug intenta descubrir cuál es el objeto que contiene el amok."

Nadia Chamajk apareció el la pantalla.
Estaba igual a como la recordaba, solo que el color de su cabello era distinto y su rostro ahora mostraba unas pequeñas pero visibles arrugas.

—Es bueno ver cómo algunas cosas no cambian— admití a la nada, ya que me hallaba completamente sola en la habitación.

Ver a Nadia narrar las aventuras de los héroes me traía buenos recuerdos.

—Me pregunto como estará Manon...— toque mi barbilla. —No, mejor no quiero saberlo— sacudí mi cabeza, arrugando las cejas.

Manon...aquella niñita revoltosa que había cuidado durante tantos años, posiblemente estaría entrando en la pre adolescencia y sería un gran dolor de cabeza para su madre.

Si es que en su infancia no lo fue lo suficiente...

Kagami había aparecido hacía tan solo unos minutos. Hasta había creído que no se presentaría.
No la culpo.
Ambos no coordinaban bien, estaban distantes. Kagami parecía querer clavarle cuchillos a Adrien cada que lo veía.
Y aunque él intentaba, no lograba calmar las cosas ni con el villano ni con Kagami.

—Mi pobre Adrien....— me lamenté con un nudo en la garganta.

"Todo esto está así por tu culpa" me dije a mi misma.

Y si, la culpa me invadía. No podía dejar de pensar en ello, en cuanto estaba sufriendo Kagami en este momento.
Pero los recuerdos de anoche y de esta mañana invadían mi mente, volviéndome a poner los pelos de punta.

Era egoísta, si. Muy egoísta.
Me encantaría decir que estaba arrepentida, pero estaría mintiendo.
Dolía amar así, dolía ver en la persona que me había convertido por culpa de ese hombre.

Dios mío, cuando Alya y Andrew se enteren...

Sus gritos se escucharán hasta en el quinto infierno. De felicidad, claro.

Una hora más tarde, ambos habían logrado arreglar todo. Las noticias cambiaron a otro tema y ya no pude saber más nada.
Estaba impaciente.

Recorría la habitación de una punta a la otra. Adrien había prometido volver en cuanto terminase, pero ya había pasado una hora de eso.

¿Y si se había arrepentido?

¿Y si ahora mismo estaba hablando con Kagami y reconciliándose?

—Demonios, Marinette...deja de pensar idioteces— me reté a mi misma en alto.

Abrí mis ojos cuando el sonido de la puerta captó mi atención.
Una sonrisa dibujó mi rostro.

Corrí en dirección hasta la puerta con la esperanza de encontrarlo.

Pero la sorpresa fue otra al ver quien estaba de pie frente a mi.

Su mirada sería, fría como el hielo. Me hizo temblar en mi lugar.
Tragué seco y me sostuve del pomo de la puerta.

—Hola, Marinette— su voz no tenía expresión alguna.

—Kagami.

...

El silencio había reinado la habitación a penas ella puso un pie.
Nadie hablaba aún. Se había sentado a mi lado en el sofá donde anoche habíamos estado hablando con Adrien.