Cadáver.

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Yoongi sentía su corazón latir con fuerza, por fin saldría de aquel feo agujero en el que sus padres lo habían atado. Siempre supo que sus padres eran demasiado sicópatas como para estar libres en la calle, pero lo que habían hecho no tenía perdón de Dios y, aunque ellos sean su familia, no podía dejarlos que siguieran acabando con la felicidad ajena, así que Yoongi se había propuesto una cosa, denunciarlos aunque le doliera el alma; sin embargo, no todo sería tan fácil, pues cuando había logrado llegar a la puerta del sótano, esta se abrió dejándolo cara a cara con sus padres, estos rápidamente se sorprendieron al ver a su hijo suelto.

El padre de Yoongi rápidamente empezó a golpearlo para dejarlo inconsciente, pero el castaño seguía forcejeando impidiendo que su padre lo lastimara completamente, pero un paso en falso hizo que resbalara por las viejas escaleras de madera haciendo que uno de sus pies se torciera. Aquel sótano se inundó con los gritos y sollozos de Yoongi el cual estaba sosteniendo su pie levemente quebrado.

—Eres un tonto Suga, jamás saldrás de aquí a menos que decidas trabajar para nosotros —dijo su padre burlonamente mientras tomaba las sogas en sus manos.

—Prefiero estar muerto que volver a ser un ladrón —escupió sin quitar su sonrisa.

El señor Min golpeó el rostro de Yoongi haciendo que su mejilla quedara totalmente enrojecida —Tú no morirás, pero tu querido Jimin sí.

—¡No! —gritó— a Jimin no lo tocas.

Los padres de Yoongi decidieron atar sus manos solamente debido a que uno de sus pies estaba hecho un desastre, por lo tanto no tendría como escapar. Un baso de agua y un pan duro completamente frío, fue lo único que sus padres llevaron para comer, Yoongi estaba completamente enfadado por aquel trato, pero su hambre era más poderosa que su mismo odio. La noche rápidamente llegó y el frío era casi imposible de soportar, el castaño tenía fiebre y sus dientes rechinaban cada que temprana debido al escalofrío ¿Acaso iba a morir allí? Esa pregunta se la repetía una y otra vez.

Yoongi decidió escapar aunque su pierna doliera como los mil demonios, pero un destello brillante hizo que sus pensamientos cambiaran de inmediato. El chico se dirigió hacia el objeto gateando por todo el lugar, con sus manos empezó a escarbar en la tierra tratando de desenterrar el objeto hallado, pero su alma abandonó su cuerpo cuando encontró dos cadáveres conocidos para él, pues eran los padres del hombre que había amado toda su vida, los padres de Park Jimin.

—¿Creíste que estaban en un cementerio? —preguntó su madre bajando por las escaleras—. Decidimos enterrarlos en su propia casa, solo falta Jimin.

—Ustedes son unos monstruos—murmuró sin quitar la vista de los huesos viejos y sucios.

—Tú eres nuestro hijo ¿No te hace eso un monstruo también? —rió con fuerza.

Voten, voten mis amores

¿Les gustaría saber qué pasó con Jimin y los demás? 👀👀

Polos Opuestos #5 (Completa ✓️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora