PRÓLOGO

222 28 12
                                    

"Me gozaré y me alegraré en tu amor inagotable, porque has visto mis dificultades, y te preocupas por la angustia de mi alma. No me entregaste a mis enemigos, sino que me pusiste en un lugar seguro."

                                                                                                                Salmos 31:7-8 NTV

Nuestras miradas eran como imanes, no podían estar separadas, y menos cuando esos ojos verdes me decían a gritos lo que las palabras no podían.

Amor, una palabra conocida para muchos, pero desconocida para mí, ¿Quién soy yo para recibir amor, cuando mis padres lo único que me dan es dolor, tristeza y abandono? ¿Acaso merezco aceptación? ¿aprecio? ¿cariño, cuando lo único que tengo en mi vida es miseria? La tragedia de ese día marco mi vida por completo, aquella Mia, risueña y feliz desapareció, todo cambio luego de esa noche.

¿Matías me aceptaría luego de eso? ¿podría volver a ver sus ojos sin sentir que merece algo más? Y Dios, ¿por qué lo permitió? ¿Nuestra relacion volverá a ser como antes? ¿podré creer en sus promesas?

Luego de aquella noche, desaparecí por completo, ni el vínculo más fuerte con Matías podría hacerme olvidar el horrible suceso, se metió en mis huesos, y tomo control de mis pensamiento y emociones, me mató por dentro, y me hizo ser una persona completamente diferente. No quería acercarme a Dios, tal vez por enojo, o vergüenza, sabía que iba a ser difícil, creer que merecía su amor y paternidad.

Solo hizo falta cruzar miradas, luego de dos años, para entender que no todo estaba perdido, el fuego seguía encendido, sus ojos recorrían todo mi ser haciendo que cada célula de mi cuerpo tuviera vida.¿Tendremos una segunda oportunidad? ¿el amor será más fuerte que las voces en mi mente? ¿Podré dejar el pasado atrás y continuar? ¿Aceptaré la gracia de Dios?

DIGNA (proceso de edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora