Mi descontrol y equilibro

Urgencias

Vaya fin de semana de mierda que tuve. No pude salir de mi departamento por el maldito dolor que seguía en mi cuerpo. Había ido a urgencias el viernes porque no soportaba un dolor en mi abdomen.

Flashback

-Buenas tardes- dije al de la ventanilla.

-Buenas tardes, me permite su carnet y me describe los síntomas que presenta- su mirada nunca se levantó simplemente escribía en la computadora tecleando los datos.

-Tengo un dolor poco soportable en mi abdomen y tengo nauseas.

-¿Está usted embarazada?

-Uhm no- respondí "imposible"

-Ok. Pase a la sala de espera en un momento la llamará el doctor.

Me fui tomando mi carnet de vuelta y me senté. Tomando mi celular sin buscar nada simplemente viendo instagram y las actualizaciones de algunos conocidos.

-Lalisa Manoban?- escuché que el doctor me hablaba.

-Sí, aquí- me puse de pie y pase al consultorio.

-Bienvenida Srta. Manoban. Dígame qué puedo hacer por usted, qué síntomas tiene?

-Me duele mucho el estómago.

Estuvo haciendo unos chequeos, palpando mi abdomen, enviándome a casa con unas pastillas para poder hacer del baño, tal parecía que tenía mucha mierda, si claro así como en toda mi vida.

Fin del flashback

Hoy lunes fue inevitable tener que levantarme para ir a trabajar, tenía que tomar un autobús para seul, debía ir a grabar unas canciones pero el dolor continuaba y ahora era peor. Estaba preparando mi ropa, pero decidí ir de nuevo al hospital. No podría concentrarme en el trabajo además qué tal si fuera algo grave, así que solamente tenía que llamar a Julia mi asistente y listo.

De camino al hospital le llamé a Yuna y le dije que probablemente no tomaría el vuelo de hoy y que estuviera al pendiente si mañana lo haría.

Me presenté de nuevo en el hospital pero ahora estaba una joven en la ventanilla y parecía amable. Le expliqué mi situación y me pidió esperar unos minutos.

El dolor se volvió insoportable y llamó la atención de unas enfermeras al escucharme vomitar.

-Señorita acérquese para acá, acuéstese, llamaré a la Doctora.

-Gracias- pude murmurar.

-Me tomaron los signos vitales y solté un grito cuando una de las enfermeras tocó mi abdomen.

-Lo lamento señorita.

-Me duele mucho, cuánto falta para que llegue la doctora.

En ese momento entró una mujer con un cubre-boca.

-Buen día señorita ...- su voz era la de un ángel, tomó un papel y leyó- "Manoban" soy la doctora Kim, daré un pequeño chequeo si me lo permite.

Asentí como pude y ella se acercó.

-Me permite levantar un poco su blusa necesito palpar su abdomen- Me puso aún más nerviosa, pero acepté. Ella levantó mi blusa y observó mi estómago un poco hinchado- Me puede señalar en qué parte le duele.

-Sí- logré decir, no sabía si era difícil por el dolor, los nervios o saber que estaba tan cerca de mi y que me tocaría, lo cual podría tener otras consecuencias y no quiero que nadie las sepa. Señalé mi lado derecho y ella tocó despacio.

-Tendré que tocar un poco más fuerte para identificar bien el área ¿ok?- asentí y justo dónde tocó solté un grito de dolor- haremos unos estudios y un ultrasonido señorita, pero lo más probable es que sea apéndice.

-Qué!? No! Necesito viajar pronto, mi trabajo- quise seguir hablando pero me quedé como idiota al verla quitarse el cubre-boca realmente su voz y su cara son de un ángel -Hermosa

La vi sonrojarse, maldiciéndome por que lo que dije no fue en mi mente sino si salió de mi boca, ¡¡trágame tierra!!.

-Gracias por el cumplido señorita Manoban- tomó unos papeles y comenzó a escribir mientras una enfermera entraba- toma Yeri pide al camillero que la lleve por un ultrasonido y los estudios regulares, creo que tenemos una apendicitis aquí- volteó a verme y me sonrió, jodida, ahora si estoy jodida es malditamente hermosa.

-Claro que si Doctora, llamaré a Jin- salió del lugar y nos quedamos nuevamente solas.

-Disculpe doctora no quise incomodarla y realmente no creí que saliera de mi boca eso.

-¿Se arrepiente?-respondió ella.

-¡No! Por su puesto que no, digo, si, bueno, Uhm disculpe si creo que es hermosa pero quizá a usted le moleste que se lo digan o quizá a su novio no le guste que otra persona lo haga- ella soltó una pequeña risa, Oh Dios ese sonido se ha convertido en mi favorito, quisiera grabar un disco completo con solo su risa para escucharla todo el día.

-No se preocupe señorita Manoban, me alaga su comentario, y no se preocupe que no hay alguien de momento que se pueda molestar por su comentario. La dejaré que se cambie, en el baño de ahí hay batas para que vaya a su ultrasonido. Por ahora ya le han puesto medicamento para controlar el dolor. La veo en un rato más.

-Claro, gracias Doctora.