Mi descontrol y equilibro

Solo quiero saludarlo

Terminaron de cenar, Lisa pagó la cuenta y salieron del local. Se dirigieron en el auto hacia el departamento de la doctora. Al llegar ya eran las 11:30pm.

-Podemos ver algo en la televisión antes de dormir- dijo Jennie entrando al departamento.

-Creo que deberías descansar, que te parece si tomamos una copa de vino, colocamos algo de música y doy un masaje a tus pies que han estado todo el día trabajando- Lisa respondió cariñosamente y Jennie la miró.

-¿En serio?

-Claro, déjame consentirte- Lisa beso su cabeza.

-Ok, iré por un par de copas y la botella de vino. Puedes colocar música por Bluetooth en aquella bocina.

-Yo me encargo bebé.

Jennie fue a la cocina por la bebida mientras Lisa encendía la bocina y conectaba su teléfono a ésta. De repente el silencio dejó de existir y Henry Lau comenzó a escucharse.

-Me encanta Henry Lau dijo Jennie mientras dejaba la botella y las copas sobre la mesa del centro.

-Espero te refieras a su música- dijo Lisa riendo.

-Claro, aunque mi nueva artista favorita eres tú, soy tu fan número uno- Se abrazaron- Me gusta tu olor.

-A mi me gusta todo de ti- respondió Lisa.

Se sentaron y Jennie sirvió las dos copas con vino, le ofreció la suya a Lisa pero ésta tomó los pies de Jennie y la hizo quedar sobre el sofá y sus piernas en el regazo de ella. Quitó las zapatillas de la doctora y comenzó a darle un leve masaje. Jennie se sintió relajada al instante.

-Vaya, eres muy buena con los masajes.

-Bueno he teñido unos padres muy trabajadores y me gustaba ayudar a mamá a que se relajara.

-Eres muy dulce, me gusta la relación que tienes con tu familia.

-Aunque sean unos pesados de vez en cuando los amo demasiado- respondió.

-¿Cuándo iremos a verlos?- cuestionó Jennie.

-Cuando quieras bebé.

Se quedaron en silencio mientras Lisa continuaba masajeando los pies de su novia. Habían pasado veinte minutos de esa manera, escuchando música y conversando sobre su día, las reacciones y comentario de sus amigas y familia sobre su relación. Se reían de los comentarios.

-¿Más vino?- cuestionó la doctora.

-Creo que ya es hora de dormir.

-Tienes razón, he quedado muy relajada, gracias bebé.

-Vamos yo te llevo- No la dejo responder cuando la tomó en brazos y la llevo a su habitación. Besó su cabeza y la dejó sobre la cama- Ahora vuelvo, iré a dejar limpia la sala, prepárate para dormir, he traído un poco de ropa, ¿puedo darme un baño?

-Claro que si, hay toallas en el mueble, tu cepillo sigue intacto. Puedes usar lo que quieras bebé.

-Gracia mi amor- respondió Lisa y salió de la habitación.

Lisa tomó un baño rápido. Jennie igual después de ella. Para cuando Jennie salió Lisa estaba recostada en la cama con la espalda en la cabecera.

-¿A qué hora tienes tu turno amor?

-A las 10am y ¡sólo trabajaré diez horas!- comentó contenta la doctora.

-Eso es perfecto bebé. Ven aquí duerme conmigo- Jennie apago la luz y caminó hacia su novia quien la abrazó en el momento en que la sintió junto a ella.