Oxygen

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Sábado.

El día de la presentación.
Por fin se volverían a ver.

Jennie había estado muy ocupada en el hospital. Hubo un choque múltiple lo que llevó a que urgencias se llenara de pacientes al día siguiente de su cita. Lisa quería ir a visitarla pero deicidio darle su espacio. Por la noche se enviaron unos cuantos mensajes de texto para saber cómo había ido su día, Lisa estuvo ensayando y escribiendo, Jennie atendió a 12 pacientes. Se despidieron pronto porque Jennie debía tomar su turno temprano para tener el sábado libre.

Los otros tres días los mensajes al despertar, al medio día, por la tarde y al anochecer no faltaron. Había una conexión entre ellas, se sentían en confianza, Jennie le contaba sobre su día, sus pacientes, sus ganas de dormir, sus ganas de verla de nuevo y escucharla cantar.

Lisa despertó temprano y comenzó su día tan alegre, acomodó las sábanas de su cama, se dio un baño, preparó su desayuno, terminó de prepárese para salir, tomó las llaves de su auto y salió tarareando su canción. Tenía que ir a ensayar con Jackson unas horas para después volver y comer para prepararse e ir por Jennie y así ir nuevamente al bar para su presentación. Después de ensayar llegó a un pequeño restaurar por comida, mientras estaba en la fila recibió un mensaje.

De JennieK. (Mi doctora):
Hola Lisa, ¿qué tal va tu día? Apenas desperté, llegué muy tarde anoche pero tengo libre hoy y mañana.
Para Jennie. K(Mi doctora):
Hola Guapa. Todo bien, tengo un poco de nervios pero bien. ¿Ya comiste?

De Jennie K (Mi doctora):
Lo harás increíble Lisa no te preocupes. No, aún sigo en pijama y en cama.
Lisa ya no respondió. Compró la comida y salió rápido del lugar. Jennie por su parte encendió la música de su departamento y comenzó a limpiar, los días ocupada no le permitieron tener limpio, había algunos platos sucios y el piso necesitaba trapearse. Pasaron unos 20 minutos cuando escuchó que alguien tocaba la puerta, bajó el volumen de la música y abrió la puerta.

-Hola Guapa- dijo Lisa levantando la bolsa con comida- ¿Quieres comer conmigo?

-Claro- La sonrisa de Jennie se extendió por su rostro- pasa... Disculpa el desorden estaba limpiando y disculpa mis fachas.

-No te preocupes, te ves hermosa siempre- Se acercó a Jennie y le dio un beso en la mejilla.

-Gracias- respondió sonrojada- pero realmente no creo verme bien después de 16 horas de trabajo continuas.

-Pues créeme porque estás hermosa.
Dejó las bolsas en la mesa y Jennie fue a la cocina por vasos y agua de limón, así como cubiertos.

-Espero te guste la lasagna y ensalada.

-Se ve deliciosa, claro que me gusta y más si una chica tan detallista la trajo hasta mi casa cuando supo que no había comido- Jennie dejó todo en la mesa y besó la mejilla de Lisa provocando que se sonrojara.

-Me preocupa si no comes, si no duermes, quiero verte bien.

-Gracias, puedo notarlo. Buen provecho.
Comieron sin hablar solamente se miraban, sonreían, comían y bebían agua.

-¿A qué hora debes estar en el bar?

-A las 8pm y la presentación será a las 10.

-Excelente estaré lista desde las 7- respondió Lisa.

-Pasaré a buscarte después de las 7- Lisa guardaba los restos y ayudaba a Jennie a dejar los vasos y cubiertos en la cocina. Se acercó al lavadero y comenzó a lavarlos.

-Deja ahí Lisa, yo los lavaré.

-No te preocupes me gusta ayudar, además así me relajo.

-Estás nerviosa aún- Jennie se acercó y la abrazó por detrás dejando su cabeza apoyada en su hombro. Lisa se tensó pero luego se relajó.

Mi descontrol y equilibro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora