Le Antipapillion: [Segunda temporada de Mi pequeño Louis]

Capítulo 2

Narradora:

Los jóvenes héroes estaban esperando en la entrada del templo, todos con expresión seria.

–Nos des-transformaremos cuando los veamos, uno por uno, no importa si no nos reconocen, recuerden que la mayoría no los ve desde hace 14 años, otros más, somos fuertes guerreros, no podemos caer ante las emociones negativas – Habla Abigail con voz seria y la mirada en frente.

–¡SI SEÑORA!– Dicen el resto al unísono igual de serios.

Los adultos llegaron a la entrada, a lo lejos no se notaba pero estaban con lágrimas corriendo de sus ojos, nerviosos y con miedo a ser odiados por sus hijos. Vieron a los héroes en la entrada, no sabían cual era uno de sus hijos, recuerden que la magia evita ser reconocidos.

– Míster Turtle, hermano, ve tú primero con Comodo – Ordenó la de cabello azabache.

–¡Si!– Dijeron rubio y moreno para luego caminar hasta llegar frente a ellos y dijeron sus palabras de des-transformación–

–Waizz, Míster Turtle fiera– Mostrando la apariencia del rubio.

–Escamas fuera– Mostrando la apariencia del moreno.

Ambos nerviosos por no ser reconocidos por sus padres.

Los Laffhi y los Agreste Dupain mayores corrieron hasta sus hijos y los abrazaron con fuerza. Los padres los abrazaban y las madres besaban la cara de sus muchachos ya crecidos, tanto que las madres tenían que ponerse de puntas para alcanzarlos.

–Oh Louis, mi bebé, como te extrañe – Decía la mujer azabache de 41 años de edad.

El moreno menor se aguantó la risa al escuchar el sobrenombre que le puso su madre.

– Cállate Laffhi –Murmuro el rubio de ojos azules al ver a su mejor amigo a punto de burlarse de él.

–Oh mi negrito, mira cuanto creciste, parece que fue ayer cuando los doctores te pusieron en mis brazos y no sabía si eras niña o niño, pues apenas se notaba tu masculinidad– Gritó la morena de ojos avellana de también 41 años de edad.

Ahora era Louis quien aguantaba la risa, mientras que el moreno menor se avergonzaba.

Ya muy tarde los padres intervinieron para detener a sus esposas,porque ya los que estaban al rededor miraba con burla a dos de sus superiores.

–Lady Queen, te toca ir– Ordenó la azabache.

–¡Si señora!– La rubia platinada caminaba hacia su madre y padrastro, mientras estos la miraban con orgullo y emoción.