Capítulo 33

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Desconocido*

Nuevo día, nueva oportunidad para terminar lo que no hice ayer. Me fijé en el apartamento, era fresco y relajante, estaba más que a gusto con el hogar de paso que habían escogido para mí.

Hoy amanecí con buenas vibras. Dormí bien y todo mi cuerpo está activo.

Salí del apartamento cerrando la puerta tras de mí, saludé a la chica de al lado la cual me respondió el saludo con sorpresa. Sonreí por ello, no soy una persona demasiado sociable.

Me dirigí al estacionamiento, saqué las llaves del auto abriendo las puertas. Solté un suspiro al subir y encender el motor para empezar mi ruta a las oficinas. Me quité las gafas y procedí a colocar un poco de música en la radio.

Bajé el volumen y me permití disfrutarla. La vibración de mi celular hizo que soltara un bufido, mire la pantalla y a regañadientes apague la radio.

Descolgué con el auricular.

— Solo llamas para darme noticias buenas y malas. Dilas — Hablé con un tono amargado.

— Nos han estado engañando — Suelta.

— ¿De qué mierda hablas?

— Las cosas no están bien en esa casa. Hace unos pocos meses secuestraron...

— ¿Qué? — Interrumpí estupefacta.

Esto no podía estar pasando. Tan solo son unos meses en los que no estoy ya ha pasado de todo.

— Estaremos averiguando sobre eso, claramente. Pero mi pregunta es ¿qué haremos con ella? — Su voz ronca suena cansada.

— De ella me encargo yo.

Cuelgo y tiro el auricular. Acelero aprovechando las solitarias que están las carreteras en estos momentos.

Mi día de buenas vibras ha terminado. Ahora solo estaba yo de nuevo, alguien que haría hasta lo imposible porque las cosas se hicieran como deberían.

Esa mujer tendría que darme muy buenas razones como para no decirme lo que estaba pasando. El hecho de que mi compañero mencionara el término "secuestrar" es demasiado para saber que esa mujer no hizo su trabajo como debía.

Caroline Hoods tendría que vérselas conmigo.


Tyson*

Salí del <<consultorio>> de Mila, la cual en realidad era uno de los despachos de esta casa. Seguí arrastrándome con la silla de ruedas, mi pierna se sentía como una piedra; pesada y sin mucha sensibilidad.

Pase por el pasillo hasta llegar a la sala. Ahí se encontraba Tom frente al televisor, se veía una serie que trataba de un pueblo donde esconden muchos secretos. Lo sabía, ya que Ryan un día me invito a vérmela y no le presté suficiente atención.

Cuanto daría por escuchar a Ryan ahora regañándome por estar de entretenido con el celular y no darle importancia. Me preguntaba como hubieran sido las cosas si valorase un poco más lo que tenía y la compañía que me protegía. 

Y todo siempre se trata de lo mismo, de no valorar y luego pensar en por qué no valoramos. Algo irónico que a todos desgraciadamente nos pasa, pero como seria sí, valoráramos las cosas y luego nos preguntáramos, "¿Como hubiera sido si no hubiera valorado lo que tenía?"

Sacudí mi cabeza intentando deshacer mis pensamientos. Cuando pienso algo, parezco olvidar el mundo ya que me adentro demasiado en el tema.

— ¡Oyeee! — Sally paso su mano por mi cara llamando mi atención.

Eres Solo Mio ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora