Eres Solo Mio ✓

Capítulo 13

— Yo tengo mucha hambre y quiero ducharme, anoche no la pase para nada bien y encima mi aspecto físico esta hecho un desastre — Me quejo cruzando mis brazos, ellos comparten miradas y estallan a carcajadas haciendo que apriete la mandíbula. Es el colmo, nada puede ser normal, nada puedo lograr. Nada.

— Toma — Dice Anabell ofreciéndome un yogur y unos cereales para preparar — Come, te bañas y luego cuando estemos todos seguros en una nueva casa te ayudaré para que vuelvas hacer el mismo chico de antes, solo que esta vez estarás conmigo, y con nadie más — afirma la última parte con una sonrisa torcida.

Sin muchas opciones me siento en el suelo preparando mi desayuno, Tom le susurra algo a Anabell que hace que se ría a carcajadas, y Sally mira toda la ropa emocionada.

— ¡Esto me encanta! — Sally salta de un brinco observando una falda hasta las rodillas con una blusa de conjunto de color blanco. Bastante atrevido para ella, ella es una mujer de edad, no una adolescente.

— ¿Te gusta? — pregunta Anabell sonriendo al ver la expresión y la felicidad de Sally.

Vamos, esa mujer de tanta edad ¿sigue creyendo que es una jovencita de 16 años?, ¿Como es eso posible?

— Mira esto — Dice Tom con una sonrisa pervertida al observar un traje.

Una licra negra mate, acompañada de una blusa corta que llega solo hasta el ombligo, algo deportivo y bastante llamativo.

Anabell me mira y saca la que supongo la que es mi ropa.

Un jean de color negro, junto con una camiseta larga de botones color blanco con unos zapatos deportivos.

¿De dónde saca dinero para eso? Y Siento que no me gustaría esa respuesta.

— Gracias — susurro mostrando mi mejor sonrisa.

Al parecer vamos a disfrazarnos de "normales" que siempre están a la moda.

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El ambiente se torna en un silencio puro, sin ruido alguno, todos en su mundo sin ser interrumpidos, Cloe y su pareja firman un papel que les entrego Anabell donde se callan o se callan, "así de simple".

Terminan de firmar y la pareja cruza miradas preocupadas, Anabell sonríe y hace señas de irnos, Tom y Sally sin dudarlo se levantan y la siguen. Yo por mi parte me quedo pensando, pero su mirada demandante sobre mí me obliga a ir con ellos.

Entramos al carro y Anabell me apunta con un arma haciendo que mi expresión muestre sorpresa, confusión y miedo.

¿Qué mierda hace?

— Dime que me amas — exige con seriedad, Tom se acomoda en su puesto y enciende el carro.

Su arma apunta mi frente y me quedo paralizado por unos instantes; no sé qué le pasa, tal vez quiere que haga algo, pero no me gusta cómo me habla, ni menos como me mira...

— ¿Te quedaras conmigo? — Susurra con una mirada fría y amarga.

No respondo y miro a Sally quien está mirando por la ventana como si nada estuviera pasando, Tom se mira al espejo ignorando todo lo que pasa a su alrededor.

Aquí nadie le importa la vida mientras no sea suya.

Sus ojos profundos me miran con algo que no se descifrar, mis piernas tiemblan por lo sucedido, acaso... ¿Este es mi final?

— Te quedaras conmigo — Lo dice de nuevo, pero en una afirmación. Quita su arma de mi cabeza y siento un alivio infinito, por un momento pensé que sería mi final, bueno, de hecho, siempre lo pienso.