Sonrisas

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KARA







—Pasa.

—Gracias. —era increíble como parecía que la sonrisa de Lena nunca se borraba. —sí que les gusta el blanco.

—Alex se encargo de la decoración.

—Pues que buenos gustos tiene.

—Sí, supongo. —Lena asintió, se acerco hasta el donde tenia mis libros y comenzó a inspeccionarlos.

—Este es el libro que leías el otro día ¿No?

—Sí, ese es.

—¿Lo terminaste? —asentí. —¿Puedes prestármelo?

—Solo si prometes cuidarlo.

—Lo prometo. —contesto Lena levantando la mano que tenia vendada.

—Me gusta tu habitación.

—Es muy común. —conteste encogiendo los hombros.

—No lo es, tiene muchos libros. —tenia razón, Lena camino hasta la ventana y se asomo. —también tienes una linda vista.

—¿Me dirás qué haces aquí?

—Ya te dije. —contesto sonriendo, metió el libro en su bolso, lo dejo aun costado de la cama y se sentó.

—No, no lo has hecho.

—Claro que sí.

—Lena. —ella si que se divertía de mí, su sonrisa creció encogiendo los hombros.

—No puedo decirte.

—Por que es una sorpresa ¿No? —ahora yo era la divertida al ver su rostro sorprendido.

—¿Lo sabes? —cuestiono ella llevándose las manos a la boca.

—Mi hermana no es muy sutil que digamos. —Lena hizo una mueca.

—No puedes arruinarle la sorpresa. —camine hasta la cama y me senté a su lado.

—No lo haré. —conteste recostándome, Lena hizo lo mismo. —¿Me pláticas como terminaste aquí?

—Sam ha querido presentarme a su novia desde hace mucho, pero por una u otra cosa no se había podido. Hace unos días me hablo de esto. —explicaba Lena, mientras lo hacia tomo mi mano y comenzó a jugar con una de mis pulseras. —yo no estaba segura de venir, pero Sam es bastante persuasiva.

—¿A quién se parecerá? —Lena soltó una pequeña risa.

—Ni idea. —contesto riendo. —de hecho ni sabia que era un cumpleaños, hasta que ya veníamos para acá.

—¿Por eso me preguntaste sobre cuando cumplía años?

—Bueno, ella describió a la hermana de su novia, entonces no pude evitar pensar en ti. —el rostro penoso de Lena me hizo gracia. —lo siento.

—No tienes porque, mi humor no es muy bueno.

—No siempre. —Lena se incorporo sobre su mano y me miro sonriendo. —sé que a veces te diviertes conmigo. —arquee la ceja negando con la cabeza. —yo sé que sí. —agrego volviéndose a recostar, dejo de jugar con mis pulseras y eso me hizo sentir extraña, creo que comenzaba acostumbrarme a su forma de ser, un poco descuidada y cariñosa.

—¿Te duele la mano? —mentalmente me di un golpe por lo boba que me sentí, usar ese pretexto para poder tomar su mano era demasiado.

—No, supongo que la pomada ayudo. —asentí soltándola. —por cierto, tengo algo para ti. —Lena tomo su bolso y saco una pequeña bolsa de regalo.

Corazón Bipolar SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora