Sorpresa

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LENA







Desde que supe sobre mi diagnóstico me propuse tomar las cosas con calma y esforzarme por recuperarme. Acepte que me había tocado pasar esta prueba a mí y no tenía motivos para estar molesta, pero desde hace un tiempo me siento tan molesta, desesperada y cansada, muy cansada. Quiero más que nunca curarme, estar bien. Pero mi inútil cuerpo no está reaccionando como debería y cada día me siento más agotada, llevo unos días en el hospital, extraño mucho a Kara, pensar en ella me hace sonreír y me tranquiliza, Sam llamo para pedirme que hablara con ella porque la veía realmente preocupada.

—Adelante. —dije cuando alguien llamó a la puerta.

—Hola, pequeña. —sonreí al ver a Sam.

—Sami, me alegra mucho verte.

—Siento no haber venido antes, pero ha sido una semana loca en el hospital.

—No te preocupes Sami.

—¿Y tía?

—Fue a buscar café.

—Aquí tienes todo lo que me pediste. —comentó Sam colocando la maleta en el sofá frente a la cama.

—Te lo agradezco, no aguanto más con estas batas.

—Ya pronto estarás en casa, mucho más cómoda. También hablé con Lucy, ella te echa mucho de menos, te manda muchos abrazos para que pase pronto la gripe, que fue lo que le dije que tenías.

—Yo también la extraño mucho. —dije haciendo una mueca. —Sam acercó una silla para sentarse frente a mí, tomó mis manos y con cariño las acaricio.

—¿Cómo estás?

—Bien, me veo mejor ¿no?

—Sabes a lo que me refiero. —comentó arqueando la ceja, suspire y baje el rostro. —¿cómo te sientes aquí? —Sam llevó su mano a mi pecho, podía sentir mi corazón palpitando en la palma de su mano.

—Cansada, no aguanto más hospitales. Pero...

—Pero no quieres preocupar a tía. —asentí con pesar.

—Ella ya tiene mucho con tener que cuidarme, a veces siento que me daré por vencida en cualquier momento.

—Claro que no puedes, pero hazlo por ti, no cargues con los sentimientos de los que te rodeamos Lena, ella sabe que no es fácil para ti, y entiendo que debes estar sumamente cansada, pero no te des por vencida por favor. —sonreí de medio lado y asentí.

—Hable con Kara. —comente sonriendo, Sam me sonrió con complicidad.

—Me alegro, ella realmente estaba preocupada por ti.

—Sí, me lo hizo saber, debí llamarle antes, pero no estaba en tan buen estado para hacerlo.

—Bueno, al menos ya lo hiciste. Y dime, ¿qué pasa con ella?

—¿A qué te refieres? —Sam sonrió. —ella es una persona genial, me gusta su forma de ser, me gusta que sin notarlo me hace sonreír todo el tiempo. Me gusta...

—Ella, te gusta Kara. —a Sam no podía esconderle nada.

—Sí, la verdad es que me gusta mucho.

—¿Y por qué no se lo dices?

—Creo que eso es obvio. —conteste mostrándole mi mano donde tenía el catéter con el suero conectado.

—Kara podría sorprenderte.

—Eso me da miedo Sam, no quiero que ella me quiera por lastima, o peor aún, atarla a mí sin saber si todo esto funcionará.

Corazón Bipolar SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora