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Frio

Ese fue la palabra que paso por la mente de los Gelegher al ver la mirada de Agatha, era duro y helado que podría congelar sus respiraciones en tan solo segundos.

Nadie se movió al ver como el rostro de la pequeña e inocente Agatha era seria y sin emociones logrando intimidarlos un poco, sus pensamientos se movían en busca de algo que tenga algún rasgo de la Agatha que se encuentran en sus recuerdos, ellos sabían que tendría cambios al ir al militar pero no se esperaban esto.

Por otro lado, Agatha seguía mirando a las personas que estaban paradas a unos metros como estatuas, podría ver la sorpresa en sus rostros impregnados podría ser por su apariencia o por su mirada, quizás ambos pero no tenía ganas de lidiar con ellos ahora.

Quería ir a ver a los familiares de sus amigos caídos para darles el pésame cuando fue retenida por unos abrazos delgados, se tensó ante el repentino acto de toque de otra persona pero el aroma a perfume italiano le revelo la identidad.

-Hija mía- dijo su madre aun abrazándola entre sus brazos, había pasado 5 años desde que vio a su hija partir sin decir nada, fue doloroso ver como la obligaban a ir a la milicia siendo una niña pero no pudo hacer nada ya que estaría arriesgando a sus otros hijos pero ahora que la tiene con ella hará lo que sea para recompensar su error.

Agatha se mantuvo en silencio ante su madre, esa mujer que se quedó de brazos cruzados cuando la mandaron a la milicia solo para proteger a su querido Alexis y su dulce Andrea ignorándola completamente estos años, solo sintió molestia ante todo.

Los demás miembros de la familia se acercaron a pasos rápidos hacia las figuras de la madre abrazando a la joven sin ser correspondida, se fijaron notoriamente en su aspecto delgado y ligeramente bronceado, el cabello corto color castaño oscuro que era cubierto por el sombrero, las cicatriz en su ceja y el más llamativo es su ojo gris blanquecino que ahora estaba en el izquierdo.

-Bienvenida hija, me alegra que llegaras bien- dijo Aníbal llamando su atención de la joven, Agatha miro al hombre que era su padre, estaba un poco más viejo que cuando se fue, las ligeras arrugas se podían ver aunque solo de cerca, sus ojos azules estaban fijos en los de ella  intentando buscar algo, endureció mas su mirada para que deje su mirada de análisis, Aníbal sintió un estremecimiento al ver la endurecida mirada de su hija menor, nunca vio esa mirada tan potente en alguien joven

-Me alegra que este bien mi pequeña hija- dijo Isabela mientras se separaba de ella con desilusión por no su abrazo no correspondido pero rápidamente se animó ya que había llegado sana y salva y con varios cambios físico como que estaba un poco más alta que antes y podía sentir la falta de carne entre las ropas cundo la abrazo, tomo nota de hacer una lista de alimentos que la ayudaran a subir un poco la carne que le falta.

-Bienvenida hermanita, espero que la hayas pasado bien en ese lugar- dijo Andrea con una sonrisa que denotaba burla pero por dentro sentía un poco de enojo al verla de nuevo aquí y muy cambiada, su porte parece de una joven fuerte y a pesar de su rostro bronceado y un poco maltratado, se podía ver que los años la ayudaron perfectamente dándole una belleza misteriosa y fría.

-Hola pequeña Agatha- dijo Alexis con un tono calmado y un poco incómodo por la nueva apariencia de ella, sus rasgos eran fríos, una postura firme y su mirada tenía una fuerza que solo las personas mayores o con experiencias podrían manejar, definitivamente su hermana maduro y mucho

-Hola- dijo en un tono bajo y bastante seco, podía ver que todos habían cambiado físicamente, habían madurado los rasgos de Alexis igual que su mirada, la belleza de Andrea había aumentado pero su estupidez permanecía intacta y su madre había envejecido unos pocos años pero solo le vinieron muy bien, pocas arrugas en su rostro y madures de señora que le dan un aire delicado.

-Has crecido bastante pero pareces muy delgada hija- dijo Isabela intentando quitar la incomodidad que los rodeaba con fuerza.

-El entrenamiento fue muy duro en la base- dijo en un tono frio y desinteresado- además, estuve en una misión bastante difícil con mis camaradas  en Irán, no tenía tiempo de comer bien- añadió como si no fuera nada importante.

Los demás quedaron en silencio ante las palabras de Agatha, podían ver que su estado no era muy saludable y aunque estaba cubierta por el uniforme militar podía ver las manos delgadas y magulladas, las cicatrices en el cuello y la delgadez de su rostro era un poco exagerada, ella no la tuvo fácil ahí.

-Pues. en la casa preparamos un almuerzo por tu llegada hija, la familia está ansiosa de verte- dijo su madre con una sonrisa entusiasta, Agatha estaba por responder cuando escucho alguien llamándola.

-Nox- dijo Félix en voz un poco elevada, estaba buscándola desde hace unos minutos cuando la vio a unos metros rodeado de personas que suponer ser su familia, rápidamente corrió hasta donde estaba su querida hermana de armas.

-Que sucede Felix?- dijo con calma sin ningún toque de frialdad, algo que sorprendió a la familia ya que pensó que era así con todos.

-En unos minutos llevaran los féretros a la Iglesia de la cuidad- dijo con calma, Agatha asintió recordando las actividades del velorio­ -Charlie y yo decidimos ir en la camioneta que trajo su padre mientras su abuela ira con su tío en la otra- añadio mientras señalaba con el dedo pulgar hacia atrás donde Charlie estaba parado junto a su abuela.

Los féretros serían trasladados a la iglesia de la ciudad para ser velados y reciban  las visitas de familiares y seres queridos de los soldados caídos hasta el atardecer donde se realizara la misa para luego ser llevados al cementerio de soldados donde recibirán el acto de sepultura militar y puedan descansar en paz.

-Está bien, iré enseguida- dijo con una pequeña sonrisa de labios mientras el asintió a su palabras, Felix podía sentir la mirada sombría de la familia Gelegher, sabia de ellos por la boca de Agatha y se podría decir que estaban molestos por arruinar sus planes.

Los más feroces eran del señor y del joven por la cercanía tan íntima que tenía con ella al llamarla por un apodo de cariño, sin poder evitar su mal dio un beso rápido en la mejilla de su hermanita, Agatha se sorprendió por esa acción y cuando iba a reclamarle por su acto repentino vio como Felix se alejaba como si fuera un niño que hizo una travesura.

Agatha soltó suspiro por las acciones del pelirrubio que se alejaba a pasos largos pero elegantes, miro nuevamente a su familia que tenía el ceño fruncido mirando al sujeto que estaba con ella, sin tomar importancia en eso dijo

-Como escucharon antes, iré al velatorio y entierro de mis camaradas caídos, así que tendremos que dejarlo para más tarde la reunión – dijo en tono frio y serio

-Como te atreves a rechazarnos y con la autorización de quien iras a ese lugar?- dijo Aníbal en tono duro, no quería que su hija se fuera con esos chicos desconocidos, además no le agrado la falta de respeto a su madre en negarse a su petición, Agatha arqueo una ceja ante su padre y dijo

-No estoy pidiendo tu autorización padre, esto avisando a donde iré- dijo en un tono autoritario y serio- mis actividades de hoy ya están marcadas por mis mayores-

-Además que sería una falta de respeto de mi parte el no asistir al funeral de mis hermanos de guerra solo porque tu no quieras- añadió con seriedad y sin mirar atrás se dio media vuelta para caminar hacia donde estaban Felix y Charlie dejando a su familia con la boca abierta.

NoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora