-¿Me amas?
-Lo siento... ¡¿Qué?!
-¿Me amas? Esa es una pregunta bastante simple. ¿Preferirías que te la hiciera en otro idioma? -se dio vuelta de su espalda sobre su vientre, alzándose por encima de mí-. M'aimez-vous? Você amame tanto como o amo? -Jiwon, quien hablaba con fluidez en francés e italiano, estaba presumiendo.
La hierba bajo mi espalda empezaba a picar al igual que su pregunta.
Habíamos estado saliendo por exactamente un año y había eludido con éxito, ignorado y postergado el no responderla. Era difícil poner cualquiera de esas técnicas en práctica cuando Jiwon Kim estaba a centímetros de tu cara, mirándote con sus intensos ojos. Tome una respiración profunda para centrarme. Estábamos en Daejeon, acampando muy a mi pesar. Estaba cansado y sudado, y usando los mismos pantalones que usaba el día anterior. Habíamos estado aquí por veinticuatro horas y todo lo que obtuve aparte de esta pregunta bastante obtusa, eran muchísimas picaduras de insectos y dolores musculares.
-Estoy muy cansado -dije.
Jiwon me lanzó una mirada.
-Yo... yo... amo... el helado -dije retorciéndome bajo su mirada-. Y amo las duchas de agua caliente y la ropa limpia.
-¿Hanbin? -dijo con una voz de advertencia.
-Jiwon -imite su tono. Me frunció el ceño y miro hacia otro lado.
No era como si estuviera reteniendo oro o algo así. Él no me había dicho te amo tampoco, a pesar de que me hacía esta pregunta con bastante frecuencia.
-¿Por qué siempre me preguntas eso? -suspiré, arrancando trozos de hierba de la tierra. Empecé a romperlo en pequeños pedazos y a arrojarlos a la brisa.
-¿Por qué tu nunca respondes?
-Porque es una pregunta difícil.
-Es un sí o no, de hecho. Tienes cincuenta por ciento de probabilidades de contestarla bien.
Si solo fuera tan simple. ¿Lo amaba a este punto? Lo amaba desde el primer momento... el momento en donde nuestras vidas se cruzaron por primera vez. Sin embargo, no podía decirle, no sabía cómo y cada vez que lo intentaba, las palabras se atascaban en mi garganta.
-Me estás presionando -lo empuje y me incorporé limpiando el polvo de mis manos en mi sudadera.
Jiwon se puso de pie, se paseó, y luego se dio la vuelta para enfrentarme. Estaba furioso.
-Nunca te he presionado a hacer nada.
Sentí mi rostro volverse blanco. Era verdad. Era algo pésimo decirle eso a un hombre de veintitrés años que nunca se quejaba cuando su novio siempre lo detenía antes de llegar a segunda base.
-Estás tratando de hacerme decir algo que no estoy listo para decir -conmovido aparte la mirada.
-Estoy tratando de averiguar dónde vamos. Hanbin. Ya sé que me amas.
Lo fulminé con la mirada y se encogió de hombros.
-El hecho de que no puedas decirlo es un problema. Yo te amo.
Mi labio tembló. Fue patético, pero lo hizo. Sentí mi pecho agitarse en un esfuerzo por respirar. Me amaba.
-No puedes decirlo porque no confías en mí. Si no confías en mí, no puedo estar contigo. No funciona así.
Sentí pánico crecer en mi pecho. ¿Me estaba amenazando?
Todavía estaba por encima de mí, así que me puse de pie. No sirvió de mucho, porque él era veinte centímetros más alto.
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El oportunista, 𝚍𝚘𝚞𝚋𝚕𝚎𝚋
FanfictionHanbin es un manipulador con lengua afilada, la cual utiliza para conseguir siempre lo que quiere. Con una sola excepción, Kim Jiwon, a quien tontamente dejó escapar. Después de un encuentro casual que trae a Jiwon de nuevo a su vida, Hanbin se encu...