Tenía miedo de él.
Me estaba venciendo en mi propio juego, me arrebataba todas mis armas y me hacía sentir como si fuera un tigre sin dientes. La única solución fue esconderme en mi habitación para evitar tener un encuentro casual con él. Jinhwan me mantenía vivo con kimbaps y su reserva privada de kimchi blanco. Leí 'Recuerdos de un callejón sin salida' que resultó ser bastante bueno. Busqué en Google las reglas del baloncesto para poder entender de verdad lo que había sucedido cuando falló ese lanzamiento.
Cuando al fin llegó el día de la cita, casi estaba deseándolo. Casi.
Jinhwan preparó una zona de salón sobre su escritorio, y yo me quedé sentado, obediente, como un chimpancé mientras él me arreglaba. Me peino mi rebelde cabello, me puso un ligero toque de maquillaje y me lleno la cara con pociones de olor obsceno. Cuando comenzó a darme lecciones sobre el sexo seguro, me puse los auriculares y subí el volumen muy alto.
Exactamente a las siete cincuenta y cinco, hubo un educado golpeteo en la puerta. Jinhwan comenzó a saltar de arriba abajo, con la cara grotescamente congelada en gritos silenciosos.
—¡Va a estar dentro de nuestra habitación! —siseó, bailoteando hasta la puerta. Se pasó una botella transparente de perfume por el cuerpo antes de ir a abrir.
Permanecí atrás mientras mi compañero de primer curso dejaba entrar a mi cita.
—Ah, hola —dijo con tono tranquilo—. Soy Jinhwan.
Le ofreció la mano y él se la estrechó con una sonrisa educada. Cuando sus ojos me encontraron, me miró dos veces. Jinhwan se había superado a sí mismo; me había dejado muy bien. Yo llevaba vaqueros y un elegante jersey de cachemir algo abierto en el pecho, dejando ver mis clavículas. Mi pelo, como siempre, tenía un aspecto salvaje, pero Jinhwan se había tomado el tiempo de arreglármelo y de dejármelo bien peinado con cantidades inmorales de laca.
—Bueno, pues vámonos —dije, pasando junto a él y saliendo al pasillo. Me volví para mirarlo mientras se despedía de Jinhwan.
—No lo traeré de vuelta demasiado tarde —oí que decía.
—Ah, quédatelo tanto tiempo como quieras —replicó él, arrastrando las palabras con su acento costero—. Necesita una mano firme, así que no dudes en usarla.
Me miró directamente con esa última frase. Dentro de mí cabeza ya podía ver cómo sabotear su trabajo de Inglés cuando regresara.
—Es un personaje —dijo Jiwon cuando la puerta se cerró tras nosotros. Hice una mueca. Aquello era quedarse corto.
—Es de Jeju —repliqué, como si eso explicara su comportamiento, y entonces me ruboricé. ¿Por qué había dicho eso? Levanté la mirada hasta su cara y vi que me dirigía una media sonrisa.
Necesité todo mi autocontrol para no darme la vuelta y esconderme en mi habitación. Al final, fue el orgullo lo que mantuvo mis pies en movimiento. No quería que pensara que no podía manejar la situación.
De camino al ascensor, pasamos junto a dos animadoras que abrieron mucho los ojos cuando vieron a Jiwon. Él las saludó con un gesto educado de la cabeza, pero siguió caminando, con la mano sobre la parte baja de mi espalda. Traté de quitarla, pero él sabía bien como mantenerla allí.
—¿Aceptas cumplidos? —preguntó mientras entrábamos en el ascensor y yo presionaba el botón de bajar antes de que él tuviera oportunidad de hacerlo.
—Si son originales.
Soltó una risita y puso los ojos en blanco.
—Okey, ok —dijo. Estaba tratando de no reírse de la expresión de mi cara—. Veamos. Estás usando cada truco del libro, la manera en que miras... Realmente eres algo para observar...
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El oportunista, 𝚍𝚘𝚞𝚋𝚕𝚎𝚋
FanficHanbin es un manipulador con lengua afilada, la cual utiliza para conseguir siempre lo que quiere. Con una sola excepción, Kim Jiwon, a quien tontamente dejó escapar. Después de un encuentro casual que trae a Jiwon de nuevo a su vida, Hanbin se encu...