𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒

557 74 1
                                    


— ¡Volkov! — Saludó el enmascarado alegre acercándo se al recién nombrado. — ¿Cómo está?

— Bien, Dan. ¿Usted cómo se encuentra? ¿Todo bien por comisaría? — Cuestionó colocándose mejor las gafas de sol.

— Yo… Bueno. — Su ánimo cambió al recordar lo sucedido con los agentes — Debo ponerle al día, comisario

Volkov lo vio confundido, poniéndose en el peor de los casos respecto a lo que van a hablar — Adelante. — Dijo caminando hasta su despacho

Ninguno de los dos se sentó, se quedaron cara a cara de pie esperando a que el otro hablara.

— Verá, por lo que Greco me ha informado, anoche uno de los alumnos desapareció en lo que iban a un aviso a joyería, aunque el aviso era un 10-55. Greco y otro oficial entraron a la joyería mientras otro cubría espaldas y dos alumnos hacían perímetro. Al finalizar todo, el alumno Velazquez ya no contestaba en radio. De la nada ha… desaparecido, por así decirlo.

— ¿No se ha encontrado ningún rastro de él? — El inspector negó.

Sentía la ira apoderarse de sí mismo. El fuego en las venas. El odio en sus ojos. Aunque por fuera siguiese firme y correcto, por dentro no estaba ni en sus cinco sentidos. Por instinto una vez el inspector terminó de darle toda la información agarró su teléfono marcando un número y llamar.

Pasó un tono: Podía esperar, entre sí tenían la manía de contestarse al segundo tono.

Pasó el segundo tono: Quizá estaba ocupado.

Pasó el tercer tono: Nada.

Colgó, viendo al inspector frente a él.

— Avise al inspector Fred que no salga mucho e informa de la situación. Estará durmiendo o simplemente estará ocupado. — Recibió el mítico 10-4 por parte de su compañero y encendió su radio — Comisario Volkov entrando de servicio. — Por radio todos comenzaron a saludar deseándole buena jornada, como usualmente hacían con todos.

Una radio prendió su micro, aunque no se escucho nada. Hasta segundos después. Se escuchó una voz agotada y desgastada. Como si el agente que hablase hubiese estado atado al cuello por una soga pero no hubiese llegado a terminar con su vida de momento o hubiese estado gritando al punto de desgarrar su propia voz.

Aquí, agente… alumno… Velazquez… Buena-- buena jornada, compañeros… Ha sido un placer… — Su radio volvió a apagarse.

Sin pensarlo varios agentes comenzaron a preguntar alterados sobre su estado, su ubicación o cosas por el estilo. Segundos después de todo el alboroto que se formó en radio el comisario comenzó a hablar.

Modo Charlie, agentes. — Su tono era alto, frío y seco. Todos inmediatamente mantuvieron el silencio, puesto que a la mayoría aquel comisario les intimidaba demasiado. — La radio de Velazquez ha sido nuevamente apagada, ya no os responderá a nada. — Dan, frente a él, seguía en estado de shock — Dan, debe reaccionar. Seguramente no volveremos a escuchar a Velázquez vivo, téngalo en cuenta. Esta situación da perfectamente a entender quién cojones lo tiene. — Esta vez fue el enmascarado en hablar por radio

— Muchachos... Tengan por seguro que... estas han sido las últimas palabras de Velázquez en nuestra presencia... Buen servicio, Velázquez. — Dijo agachando su cabeza, susurrando lo último dicho.

Buen servicio, Velázquez. — Repitieron más agentes en radio.

— Dan, puede hacer un código 8, proceder con un 10-33 y luego hacer a hacer un 10-10. — El inspector asintió y procedió a informar por radio

🔓.

[ᵃˢ]

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒊𝒂 𝑪𝒂𝒛𝒂. / 𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒃𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora