𝑷𝒓𝒐𝒑𝒊𝒂 𝑪𝒂𝒛𝒂. / 𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒃𝒐

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖

[ᵃᵈᵘˡᵗ ˢʷⁱᵐ]

— Fred, ¿seguro que todo está bien? — cuestionó el hombre de pasamontañas negro

— 10-4. Date prisa, o llegaremos tarde a la reunión. — Contestó seco

El inspector veía extraño a su hermano; más distante, frío, cortado de lo normal. Normalmente ellos dos juntos y solos eran mucho más animados entre sí, ¿porqué de un día a otro se compraba de esa manera?

— Disculpe, agentes, ¿podría ayudarme a... — una mujer aparentemente mayor se acercó a ellos en recepción, aunque no logró terminar su petición, puesto que fue bruscamente interrumpida.

— ¡Aparte, abuela! ¿Qué no ve que estamos ocupados? ¡Joder! — Exclamó el inspector sacando un puñal de la parte trasera de sus pantalones — ¿O quiere ver esto traspasar su estómago? — al ver el pálido rostro se la mujer guardó el arma y aseguró que nadie más pudo haber visto la escena, para seguir rumbo al despacho del SuperIntendente.

Horacio miró extrañado a su hermano. ¿Qué cojones le pasaba? Es decir, quizá estaba teniendo un mal día, pero Gustabo siempre había sido delicado con su puesto de trabajo; se había convertido en una de las cosas más importantes para él.
Pese a tener un mal día no solía pagarlo con los ciudadanos, ¿porqué esa reacción tan desagradable?

Siguió caminando hacia el despacho, no sin antes disculparse con la mujer por el comportamiento del inspector.

[ᵃˢ]

— ¿Me estáis diciendo que no tenéis nada de la puta investigación? — Preguntó un furioso Conway, sacando su porra. Haciendo que todos los presentes diesen un paso atrás, a excepción del rubio.

— 10-4, super. Hacemos todo lo que podemos, pero es complicado. — Respondió el inspector sin moverse un mínimo.

— ¿Complicado? ¡Complicado el encontrar trabajo después de que os despida por no saber hacer nada bien, anormales! — Trató de golpear al agente más cercano; Gustabo, el cual esquivó el golpe, haciendo enojar aún más al superior — ¿Y tú que coño te crees que haces, capullo?

— No me va ha hacer ningún tipo de daño, Conway. — Respondió firme el rubio — Ya le he dicho que hacemos todo lo posible, no tenemos nada.

Todos los presentes se quedaron sorprendidos. ¿Le estaba plantando cara?

A Gustabo, en comisaría, se le conocía por un policía con valores, que apreciaba mucho su trabajo y se esforzaba en desempeñarlo bien. Es por eso mismo que Conway le permitía entrar en los turnos que el gustase y le daba ciertas ventajas que, por ejemplo, Horacio no tenía.

En las reuniones siempre era el callado, el que respetaba el turno de palabra y solo hablaba cuando era necesario y para aportar cosas respecto a x temas.

Todos guardaron silencio.

— ¿Cree enserio que va a encontrar unos agentes mejores a nosotros, Conway?

— Gustabo...

— ¿Gustabo? — Habló el de cresta, mientras el rubio hacia caso omiso a la mención  — ...¿Pogo?

— ¿Sí? — volteó a ver a su compañero, quedando frente a él

— Joder... — el de cresta revisó de arriba a abajo a su compañero, percatándose de todas las armas que portaba.

A todo esto los comisarios observaban con confusión, mientras que Conway –el cual estaba informado del trastorno del rubio– ideaba mentalmente alguna idea para poder retener a su agente por si reaccionaba de manera agresiva.

— Gustabo, suelta las armas. — Ordenó el peliazul, sin recibir ninguna respuesta o movimiento.

— Fred, deje sus armas. — Interrumpió Greco, colocándose frente al nombrado con delicadeza, tomando la pistola del agente mientras que con su otra mano acariciaba su cadera para calmarlo.

Lanzó la pistola al suelo, aún indeciso de no saber qué cojones está pasando, para luego lanzar su porra y taser.

Para eso, el rubio tenía sus ojos algo rojizos y su cuerpo parecía que iba a caer al suelo al mínimo descuido, por lo que el comisario se fundió con el en un abrazo, en el que el inspector susurraba disculpas al oído del comisario.

El abrazo, por sorpresa, no terminó como esperaban.

Cuando el comisario se descuidó de sus acciones, Pogo, sacó el puñal con el que antes amenazó al ciudadano, colocándoselo en el cuello, con fuerza. Colocándose atrás de él para que el puñal rozase su garganta.

— ¡Gustabo, Gustabo! — El moreno trató de acercarse, siendo interrumpido.

— ¡Ni un paso más! No voy a permitir que Gustabo vaya a federal o le fusilen. — Habló con una voz más aguda de lo normal

— ¿Federal? — Habló por fin el Ruso — Gustabo, usted no ha hecho nada. Lo que quiera que está haciendo ahora... creo que el SuperIntendente podría pasarlo por alto, no va a terminar en la cárcel, Gustabo.

— No, rusito, por esto no voy a acabar el federal, sino todo lo demás que he hecho. — Todos lo vieron con duda, excepto Horacio, quién se dedicó a agachar la cabeza — Tu lo sabes, ¿no, Horacio? — El nombrado lo vio a los ojos, tratando de buscar respuestas en sus ojos

— ¿Has sido tú? ¿Tu eres el que se está cargando a media puta ciudad, Pogo?

— Veo que os ha costado mucho, ¿no? Perdón, no me gusta poner las cosas fáciles.

El Comisario trató de zafarse del agarre, movimiento que fue en vano puesto que lo único que logró fue una patada y sentir el filo del puñal en su tez.

— Calma, Grequín, no trates de sacarte de aquí, te aseguro que no podrás. — Susurró en su oído, para luego volver a alzar la voz para todos — Voy a salir de esta comisaría con Greco y me voy a ir. Como vea un patrulla cerca de mi coche o un agente cerca de mi tratando de ser el héroe; Greco muerto. ¿Capichi?

— Иди на хуй себя. (Váyase a la mierda) — Gruñó el ruso, tomando su radio y sin apartar la vista de los ojos del loco. — Aquí comisario Volkov a toda la malla. Un sujeto rubio con el uniforme de policía; el inspector García, saldrá de comisaría con Greco cogido del cuello. No quiero que nadie intervenga, ¿entendido? — Al otro lado de la radio se escuchaban códigos de afirmación y preguntas de otros agentes.

— Perfecto. — Sonrió el rubio — Un placer, señores. — Y con eso y con Greco por el cuello, salió de comisaría, conduciendo como un verdadero de hijo de puta a quién sabe dónde.

🐢.

JAJAJA LO DE [ᵃᵈᵘˡᵗ ˢʷⁱᵐ] Y [ᵃˢ] JAJAJAJ
Perdón quería ponerlo.