𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓

575 74 8
                                    


Despertó agotado. Sentía como si hubiese estado continuamente moviendo y no podía casi ni andar sin que sintiese sus músculos tensarse y con ello un tirón que pedía que no fuese a comisaría. ¿Hizo caso?

Ja.

Se preparó un café para seguidamente tomárselo, asearse y arreglarse y salir de su hogar. No sin antes, claro, revisar en el espejo de la entrada que su cabello iba perfectamente peinado hacia atrás. Revisó la hora: 5:32 a.m.

— Así hecho una mano. — Se dijo a sí mismo caminando hacia comisaría.

Nada más cruzó por la puerta pudo ver como un Greco, claramente estresado, organizaba la malla.

Se dirigió al vestuario, cambió su vestimenta -de mierda- por su uniforme de inspector. Salió del vestuario y pasó su tarjeta indicando que estaba de servicio. En la armería recogió su táser, pistola AP, su porra y la radio, para encender esta última.

— Inspector Fred de servicio. — Como naturalmente sucedía, los demás agentes en radio saludaron de manera cordial y le desearon buena jornada

Inspector, ¿podría ir hacia mi despacho de la planta baja, por favor? — Cuestionó Greco por radio, recibiendo casi de inmediato un 10-4 por el nombrado

Greco ya se encontraba sentado en su silla cuando abrió la puerta del despacho, aunque nada más ver al inspector se levantó cerrando la puerta con seguro.

— Puedes sacarte la máscara. — El agente acató la orden, sosteniendo la máscara entre sus dos manos — ¿Te han informado de la situación actual en comisaría? — Negó. Greco suspiró pesado. — Perfecto, en un corto resumen; nos tendieron una especie de trampa anteayer en la noche, con un 10-55. En él, el alumno Velázquez fue a hacer perímetro, pero nunca regresó. — El rubio abrió sus ojos, sorprendido.

— Manda cojones. ¿No se ha vuelto a saber nada de él? — El comisario afirmó

10-4, ayer… al medio día, se podría decir… En el cambio de turno entre Dan y Volkov, el alumno Velázquez prendió su radio. Prácticamente fue una despedida. Ya… ya están informados los demás agentes, es decir-- Saben que probablemente eso haya sido lo último que escuchemos de él. — El inspector asintió, procesando la información

10-4… ¿El Superintendente está ya al tanto de todo esto?

— Afirmativo. Estos días no estará por comisaría, así que hay que apañárselas solos, pero si, está al tanto de todo. — Quedó pensando por unos segundos — Inspector, ¿no debería estar aún en su hogar en descanso?

— Greco, paso dos o tres noches fuera y un alumno ha desaparecido. No puedo permitirme irme por cuatro días en estos momentos. Además que necesito hacer algo, Horacio al trabajar de mañana y tarde estos días no se ha pasado por mi, y si sigo solo en mi casa viendo documentales de asesinos creo que me pudro en el sofá. — El comisario rió pesado.

— Yo en cuanto vuelva Dan haré un 10-10. ¿Le apetece patrullar de mientras?

— 10-4.

El inspector iba a dirigirse al patrulla, aunque nuevamente la voz del comisario lo detuvo.

— Por cierto, Fred, sé que no es en absoluto un buen momento para tonterías, pero-- — de su bolsillo sacó una pulsera dorada, con el símbolo de un sol — el otro día comprando, me encontré esta pulsera y me la compré, pero yo no soy mucho de usarlas y eso, y había pensado en dársela a usted, puesto que suele llevar pulseras de perlas o cosas por el estilo, ¿la quiere?

El inspector agarró con delicadeza la pulsera, como si fuese a romperse con su tacto, para luego rodearla por su muñeca derecha y lograr atar –con demasiada facilidad– la pulsera — Gracias.

𝑷𝒓𝒐𝒑𝒊𝒂 𝑪𝒂𝒛𝒂. / 𝑮𝒖𝒔𝒕𝒂𝒃𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora