Mi Estrella

Capítulo 23

Cap. 23

Lo cierto, es que el gusto de mirar a Sureyya dormir no le duró mucho tiempo, porque él mismo se quedó dormido.

Pero, como ya era costumbre, Sureyya se recostó en el hombro de Kerem.

Cuando él despertó, trató de no apartar a Sureyya de su hombro para no despertarla, así que fingió que dormía hasta que ella despertó.

Sureyya se incorporó y trató de que él no se diera cuenta. Entonces, Kerem fingió que despertaba.

- Ah, lo siento...me quedé dormido.

- Sí, el vuelvo no es largo pero las escalas sí lo serán- afirmó.

- Lo bueno es que vamos a poder comer algo.

Descendieron del avión y bajaron para hacer escala.

- Creí que besaría la tierra- dijo Kerem.

Sureyya no pudo evitar reír.

- Ah, vaya, te hace gracia.

- La verdad, sí- dijo ella.

- Supongo que tú no estás cansada, entonces- replicó.

- Claro que sí- dijo ella- sólo bromeaba, ¿ok?

- Está bien, te lo paso por esta vez- sonrió. – Creo que vamos a tomar algo.

Tras desayunar, Kerem le preguntó.

- ¿Te da emoción volver?

- Claro, mucho- dijo Sureyya.- Volver realmente va a ser muy bueno para los dos.

- Sí, ya quiero ayudar a mamá con los asuntos de la empresa- comentó.

De pronto, llegó de nuevo el aviso para el siguiente vuelo.

- Anda, vámonos.

El vuelo fue breve pero al fin pudieron llegar.

Kerem llegó a la puerta de su casa. Su madre mandó abrir a Yildiz.

- Hola.

- ¡Pashá!- dijo Yildiz- ¡volviste! ¿Por qué no avisaste?

- Quería que fuera una sorpresa, Yildiz. ¿Está mamá?

- Claro, muchacho.

Pero Kerem se notaba misterioso.

- ¿Qué pasa?

- No vine solo...así que vas a tener que prepararte.

- ¿Cómo que no viniste solo?

Tras él entrar, entró Sureyya.

Yildiz se emocionó mucho.

- ¿Eres tú, mi niña?

- Sí, Yildiz, estoy de vuelta.

La señora Macide era la más feliz.

- Bienvenidos.

Sureyya besó la mano de Macide y luego la colocó en su frente.

- Gracias, señora.

- Me alegra tenerte de vuelta. Vengan, pasemos a la sala para beber un buen café.

En la sala, los muchachos sacaron los regalos que llevaban para todos.

- No me olvidé de ti, Yildiz.