Cap. 12
No tuvieron mucho tiempo para poder hablar de ello, porque Ariadna les mostró la sorpresa.
- Miren, conseguí boletos para ir a escuchar a Yanni al Carnegie Hall este fin de semana.
Sureyya estaba emocionada.
- ¿Yanni está aquí?
- Claro, amiga- dijo Sila- y es una gran suerte que Ariadna haya conseguido boletos para todos.
Kerem sonrió.
- Por supuesto, llevaba tiempo queriendo verlo pero no había podido.
Ariadna comentó.
- Hay boletos para todos. Yo le daré uno a mi novio. Iremos los seis, ¿les parece?
- ¡Excelente!- repuso Selim- aunque a mí no me gusta mucho, pero a Sila sí, no voy a hacerme del rogar.
Kerem miró un instante a Sureyya.
- Supongo que irás, Sureyya.
- Claro, no me lo perdería por nada.
Kerem repuso.
- Entonces, yo también iré- asintió.
- Qué bien- dijo Sureyya.
Tras aquel encuentro de miradas, Sureyya se despidió.
- Bueno...discúlpenme un momento. Voy a hacer un trabajo que me urge.
- Yo también, tengo que hacer una llamada.
Kerem se marchó a la habitación que compartía con Selim.
Sureyya se marchó a llorar.
Sila también se disculpó y la encontró.
- ¿Estás bien, Sureyya?
- Sí...es sólo que me entró una basura al ojo.
Sin embargo, Sila ya se había dado cuenta que Sureyya estaba llorando.
Kerem llamó a casa.
Fue Parla quien le respondió.
- Parla...comunícame con mi madre.
- Tu mamá está algo ocupada. Yo estoy aquí, acabo de llegar.
- Ah, ya veo, pero...por favor, avisa a Yildiz que me comunique con mamá, necesito hablar con ella.
- Supongo que es para lo de tu vuelta, ¿no?
Kerem notó que ya se había enterado.
- ¿De qué hablas?
- Tu hermana me contó que quizás volverías pronto. Ay, Kerem, vamos a hacer tantas cosas cuando regreses.
- No sé si vuelva pronto- dijo Kerem- por eso necesito hablar con mi madre.
- Dime y yo le comento- insistió Parla.
- No, gracias. Llamo más tarde.
Kerem cortó.
- ¡Uf, Parla, uf! – repuso Kerem- me harta que te pongas en ese plan.
Selim llegó entonces.
- ¿Qué pasó?
- Pasa que mamá toma decisiones siempre sin consultarme. La amo, pero no entiendo su afán en que vuelva.
- Tal vez te necesita mucho.
- Sí, pero no sé si sea buen momento- comentaba.
- Por ahora no pienses en eso. Sólo piensa en que vamos a ir al concierto de Yanni.
- Tienes razón- asintió Kerem.
Sureyya por su parte estaba algo triste. No quería aceptar esa oferta de trabajo, justo ahora. Pero quizás no tendría opción.
Ariadna llamó a su nuevo y luego comentó.
- Todo listo, nadie puede quedar mal.
- Pero, amiga, apenas te operaron.
- Ya me siento bien, además sólo será un rato. Y este concierto yo no me lo pierdo. Yanni es mi paisano y soy su fan, ¿ya?
- Está bien- dijo Sureyya- tranquila.
Todas rieron y se dedicaron a hacer cada quien lo suyo.
En la madrugada, dos almas se levantaron para tomar un café.
Sureyya no podía dormir. Casi choca con Kerem.
- Perdona...no te vi.
- No te preocupes- dijo él- ¿no tenías sueño?
- La verdad, no. ¿Y tú?
- No...Sureyya, estoy preocupado.
- ¿Por qué?
- Es mamá, me está pidiendo que vuelva a casa, pero no sé qué hacer.
Sureyya no sabía qué aconsejarle.
- Deberías preguntarle qué tan grave o qué tan necesario es que regreses.
- Dice que lo es...
- No te preocupes, haz lo que tu corazón te dicte- aseveró Sureyya.
Él le tomó ligeramente la mano.
- Eso haré...tal vez de aquí a dos semanas esté haciendo preparativos. Pero hablaré primero con ella. ¿Y tú, estás preocupada por algo?
- No- mentía- no es nada importante.
- Bueno, ya que ninguno tiene sueño, vamos a contar mentiras, como cuando éramos niños.
- Está bien...tú empiezas, Kerem.
- No, tú- dijo él- tú eres mejor para eso.
- ¡Kerem!
Él sonrió de nuevo.
- Anda, inventa una buena, ¿o qué? ¿acaso ya perdiste la práctica?
- Lo intentaré...veamos...soy una niña traviesa.
- Eso no es una mentira- dijo Kerem.
- Claro que sí, eso era cuando era niña.
- Tomaré eso como bueno...ahora me va, ya sé: te gustan los espárragos.
- Tampoco cuenta, no es una mentira. Voy: no te gusta la música de Yanni.
- Esa sí es una mentira- aseveró Sureyya.- Me toca: odias las matemáticas.
- Perfecta mentira. Voy: estás enamorada.
Sureyya se quedó seria un momento. Kerem tembló. Sureyya soltó una gran risa.
- Vaya, creo que esta vez contaste la mejor.
Kerem también sonrió, pero se quedó bastante desconcertado.
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Mi Estrella
FanfictionKerem Haktanir se encuentra en Estados Unidos y allá vuelve a encontrarse con una amiga de la infancia: Sureyya. Para ella es el amor de su vida. Él parecía no verlo...¿será que Sureyya jamás llegará a quererla?