El día en la empresa
Sureyya estaba muy nerviosa. ¿Cómo se comportaría en la empresa de su gran amigo? Y sobre todo, ¿cómo la verían los demás?
Sin embargo, se armó de valor y decidió que se comportaría como ella misma.
Kerem ya se había preparado. Estaba muy apuesto y dispuesto a comenzar una nueva etapa de su vida.
Cuando tocó la puerta de la habitación de Sureyya, se sorprendió a verla la hermosa.
- Te ves...preciosa.
- Gracias, Kerem.
- ¿Nos vamos?
- Por supuesto. Por cierto, no sé qué es lo que haré en tu empresa. No tengo idea.
- Ya veremos. Tú eres estudiante de finanzas, así que podrás hacer algo muy importante. Ya verás. Vámonos.
La señora Macide la felicitó por haberse decidido a ir.
- Espero que aprendas mucho y te diviertas- señaló la señora.
- Sí, señora Macide, lo prometo.
Kerem apuró.
- Es hora, madre, es tarde.
Al fin ambos se marcharon. Cuando Kerem llegó saludó a la recepcionista.
- Filiz, aquí estamos. Mira, te presento a mi amiga Sureyya. Viene a conocer la empresa.
Filiz le sonrió cordialmente.
- Buen día, señorita.
-Gracias, Filiz, sólo voy a acompañar a Kerem un rato para poder aprender un poco de todo ésto y no hacerlo quedar mal.
- No lo hará, señorita.
- ¿Nos puedes llevar café a la oficina, Filiz?
- Por supuesto, señor Kerem.
- Por cierto- insistió el joven- di a los accionistas que quiero convocar a una reunión para mañana. Quiero ponerme al tanto de todos los avances que ha habido en la empresa.
- Sí, señor, por supuesto. Bienvenida, Sureyya.
- Gracias, Filiz.
Ya estando en la oficina, Kerem la revisó.
- Agradezco que me la hayan arreglado en lo que estuve, realmente es muy agradable.
- Sólo que- siguió Sureyya- hacen falta algunas flores.
- Pues...si quieres hacer cambios puedes hacerlo, no te preocupes- ofreció Kerem.
- No, Kerem, era un decir...yo...no creo que sea posible- contestó Sureyya.
- ¿Por qué no? Recuerda lo que hablamos ayer...por cierto, esa conversación quedó pendiente. Quiero que tú y yo seamos...
La puerta sonó, interrumpiendo lo que hablaban.
- Señor Kerem, ya avisé a los accionistas. La agendé para las dos de la tarde.
- Perfecto, Filiz.
- Aquí están sus cafés.
- Gracias, Filiz. Oye, linda, ¿crees que pueda encontrar flores?
- Mira, tengo el número de la florería que nos hace algunos arreglos. Ven, vamos a la recepción.
- Con tu permiso, Kerem.- dijo ella.
- Pasa- sonrió el muchacho.
En cuanto ella se marchó, él se quedó pensando. ¿Realmente le estaba pidiendo a Sureyya que fueran novios? No...no exactamente, pero lo que sí deseaba era demostrarle lo mucho que le importaba. Tenía que ser más preciso...¿y cómo serlo, si ni él mismo sabía lo que estaba dispuesto a hacer?
No tuvo mucho tiempo de pensar, puesto que su cuñado llegó entonces.
- Kerem, quería hablar contigo antes de que vinieras.
- Yo también, pero ya quería estar aquí. Dime, Tarik, ¿qué querías decirme?
- Pues mira...yo tengo pendientes económicos que no se han resuelto y tengo que ponerte al tanto para que no cometas alguna imprudencia. Yo estoy a cargo ahora y...
- Estabas- dijo Kerem- mi madre ha dispuesto que sea yo quien me haga cargo de los asuntos de la empresa, así que necesito que me pongas al tanto a detalle de todo lo que se requiere.
Tarik lo miró con duda.
- Bueno...sólo que...pensé que eso te llevaría tiempo.
- Quizás, pero, mientras tanto quiero ir cumpliendo las funciones correspondientes.
- Está bien, no hay problema- fingió Tarik. - Le diré a mi secretaria que te facilite la carpeta actualizada.
- Perfecto, por cierto, ¿gustas un café?
- No por ahora, gracias. Ya vuelvo.
Kerem asintió. Ahora tenía que ofrecer a Sureyya un puesto. La quería junto a él en la empresa, eso era innegable.
Mientras tanto, Sureyya conversaba con Filiz y ella le contaba que era fotógrafa.
- ¿De verdad?- preguntó Filiz- entonces hay un trabajo para ti.
- ¿De qué se trata?
- Como sabes, tenemos un ramo donde nos dedicamos al diseño de zapatos para dama. Pues bien, queremos entrar a la línea de zapatos para niña. Y hay una pequeña muy linda que ha querido ayudarnos, el problema es que no estamos seguros del fotógrafo que ha intentado hacer el trabajo, así que, ¿por qué no tratas tú de ayudarnos con la sesión de fotos?
Sureyya estaba muy feliz.
- ¿Es en serio? Claro que me gustaría colaborar, Filiz. Dime, ¿cuándo puedo empezar?
- Si quieres ahora mismo- reveló Filiz- ven, te voy a llevar al estudio.
Más tarde, Kerem se encontraba ya un poco al tanto de los pendientes, cuando quiso saber qué había sucedido con Sureyya.
Llamó a Filiz y ella le dijo que Sureyya se encontraba en el estudio de fotografía.
Kerem la encontró tomando fotos de algunos zapatos.
- Se ven muy bien- dijo el asesor de imagen.
Kerem se acercó.
- Vaya que tienes talento, Sureyya- comentó.
Ella se sintió halagada pero también muy emocionada.
- Filiz me dijo que podía hacerlo, así que vine y espero que las fotos les gusten. Me comentó que una pequeña vendrá a tomarse las fotos.
- Sí, mi madre dice que es una amiguita suya. Espero que cuando venga tú puedas apoyarnos. Se te pagará bien- advirtió Kerem- tu trabajo lo vale.
Sureyya movió la cabeza.
- No debes preocuparte por eso, aunque no me pagaran lo haría- reveló la joven.
Kerem estaba demasiado feliz como para comentar algo más. Tan feliz estaba que pensaba que esta vez sí le diría a Sureyya lo que tanto estaba esperando decir.
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Mi Estrella
FanfictionKerem Haktanir se encuentra en Estados Unidos y allá vuelve a encontrarse con una amiga de la infancia: Sureyya. Para ella es el amor de su vida. Él parecía no verlo...¿será que Sureyya jamás llegará a quererla?