Sureyya y Kerem habían pasado una tarde deliciosa.
- Realmente pareciera que el tiempo se hubiera detenido.
- Así parece- añadió Kerem- pero el tiempo ha generado cambios en nosotros.
-Es cierto, cuando te volví a ver, no te reconocí- sugirió.
- Yo tampoco- comentó el muchacho- y me sorprendí.
- Creías que era yo la misma niña molesta que te hacía la vida difícil, ¿no?- preguntaba divertida.
-No...-dijo Kerem, al fin.
Ella se quedó seria, sin saber qué decir. Kerem aprovechó ese silencio.
- Sureyya, no sé si te pase lo mismo que a mí pero...creo que el habernos reencontrado es señal de algo mucho más grande. Yo...al volver a verte, pienso que nosotros podríamos ser aún más...más amigos...pero...
- ¿Pero, qué?- insistió Sureyya temblorosa.
- Quisiera que...fuéramos algo más que amigos. Siento que tenemos la oportunidad de ser el uno para el otro una gran fuerza, algo que nos motive a lograr grandes cosas. No sé si me estoy explicando...
El tiempo apremiaba. Era ya tarde.
- Creo que debemos volver, Kerem, hace frío.
- Sí, tienes razón- afirmó Kerem- vámonos.
Volvieron a casa. Parla aún no se había marchado.
- Kerem...creí que te quedarías.
-No...es que me mejoré y decidí respirar un poco de aire.
-Y por cierto Sureyya también quería respirar, ¿cierto?
-Sí, realmente fueron muchas las reminiscencias de la niñez que se nos fue el tiempo.
La señora Macide sonrió.
- Me alegra mucho por ustedes. Por cierto, ¿podrías volver mañana, Parla?
La muchacha se sientó opacada.
- Pues sí, si eso es lo que quiere Kerem. Estaré temprano para irnos a pasear, ¿cierto, Kerem?
- No lo sé, Parla, creo que tengo que ir a la empresa.
La señora Macide intervino de tal suerte que Parla tuvo que marcharse.
Cuando eso hubo pasado, Sureyya y Kerem seguían divertidos.
- Bueno...mañana me espera el trabajo- comentó él.
- Lo sé...que te vaya muy bien, tienes que descansar.
- Tú también, irás conmigo- reveló Kerem.-
- ¿Yo? Claro que no, Kerem, ¿cómo se te ocurre?
- Por supuesto que vendrás- insistió.
La madre de Kerem también comentó.
- Sí, Sureyya, podría ser buena idea que fueras con Kerem a la empresa, seguramente podrías apoyarnos en algo.
- Ay, señora...no sé. Está bien, espero no molestar.
- Tú nunca molestarías, Sureyya- siguió Kerem.
Ambos sonrieron. Les esperaba un día maravilloso.
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Mi Estrella
FanfictionKerem Haktanir se encuentra en Estados Unidos y allá vuelve a encontrarse con una amiga de la infancia: Sureyya. Para ella es el amor de su vida. Él parecía no verlo...¿será que Sureyya jamás llegará a quererla?