~Guiados Por Las Estrellas~ (+18)

Capítulo 11

El peli verde se despertó de repente, estaba sudando y llorando a la vez, se encontraba en el hospital y todavía era de noche,no sabía que estaba pasando, agarro su celular y miró la hora dándose cuenta que solo habían pasado 25 minutos desde que cerró los ojos.

—era... Un sueño o tal vez una pesadilla—

Al darse cuenta de eso, rompió en llanto de nuevo pero esta vez estaba feliz de que eso no era verdad, pero se detuvo al pensar que quizás era una forma en la que bakugo se están despidiendo de él. No quería pensarlo pero... Y si de verdad lo era, si de verdad no volvería a verlo despierto, pensar eso solo hizo que su llanto parara.

Se levantó del sillón y camino hacia la ventana, miró al cielo y vio como era una noche estrellada, volvió a recordar su encuentro pero está vez no lloro, deku se dio cuenta de muchas cosas después del aquel sueño.

no importa que suceda, ya sea bueno o malo, lo que algúna vez vivió con aquellas personas que se fueron, no era un error, aquellos momentos pasaron por decisiones que tomó y de las que no debería arrepentirse, pues cada una lo dejó marcado de alguna manera y aunque ellos ya no se encuentren junto a él, siempre quedarán los recuerdos. Aunque sea difícil aceptar una muerte siempre se debe tener en cuenta que es inevitable no importa si es pronto o todavía se demora, al final siempre pasará, así es la vida, algo se va y llega algo nuevo, aunque esto no quita la duda de que pasaría si hubiéramos sabido que sucedería o tal vez si hubiéramos tenido algo más de tiempo, tal vez... ¿Habría sucedido de igual manera? O ¿tendríamos más tiempo para despedirnos?

Con esto en su mente quedó mirando las estrellas las cuales inundaban el cielo, se perdió en sus pensamientos los cuales cada vez eran más confusos.

—oye estas bien?—

—si, gracias por preguntar—

...

Deku se giro rápidamente y se llevó una gran sorpresa.

Ahí estaba bakugo mirándolo con lágrimas en los ojos y una pequeña sonrisa, no lo podía creer, él estaba bien, estaba vivo, estaba despierto y sonriendo. Inevitablemente sus ojos se llenaron de lágrimas se derrumbó delante de su pareja.

—te estuve llamando por bastante tiempo— dijo bakugo con lágrimas en sus ojos —por un momento pensé que esa pesadilla se haría realidad—

Al parecer antes de que bakugo despertará había pasado por lo mismo, tal vez la persona que lo llamaba en aquel sueño era él.

El rubio al ver como se encontraba su pareja, al verlo llorar descontroladamente en el suelo, se calmo y decidió calmarlo a él.

—oye, estoy bien, ven aquí, yo no puedo ir— dijo bakugo con una voz tranquilizadora y mostrando los cables a los cuales se encontraba conectado.

Deku se levantó y sin pensarlo mucho corrió hacia él, aún lloraba aunque se encontraba más tranquilo, bakugo al verlo no pudo contenerse más y lágrimas empezaron a rotar de sus ojos mientras abrazaba a su pareja.

Después de unos minutos así, el rubio empezó a acariciar la cabeza de izuku, ese cabello que tanto le gustaba. Deku paro de llorar y miró fijamente a bakugo, ete por su parte veía fijamente a esos ojos verdosos que cuando vio antes de quedar inconsciente estaban llorando incontrolablemente.

El rubio tomó a deku de las mejillas y empezó a repartir besos por toda su cara.

—ya no llores, mira! Estoy bien ahora— dijo bakugo.

—mmm... Lo sé, pero aún así—

Antes de que este siguiera hablando bakugo junto sus labios a los de él, sumergiéndose en un profundo pero tierno beso el cual terminó en un abrazo.

El rubio invitó a izuku a acostarse junto a él y aunque esté trató de negarse terminó por hacerlo.

—que linda noche, no?— dijo bakugo el cuál seguia dando pequeñas caricias al cabello de su pareja.

—si...— respondió un Deku adormecido.

Izuku abrazo a bakugo teniendo cuidado con sus heridas y este hizo lo mismo, ambos observaban aquel cielo dándose cuenta que aquella vez que se conocieron, ninguno de los dos tenía una razón por la cual vivir ni por la cual morir, pero ahora tal vez habían encontrado aquello que los hacía sentir vivos y así quedaron profundamente dormidos, bajo aquel cielo estrellado, aquellas estrellas que siempre estuvieron ahí aunque no las notarán.

Fin.