Acto 17: Soluciones.

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Verla dormir con sus ojitos inchados de tanto llorar, le llenaba de cólera saber que era ignorada, esa situación no la iba a dejar pasar por alto, si era necesario, iría a hablar con la misma maestra o con la directora, porque esos tratos debían acabar a la de ya.

Se quedó con ella todo el resto de la noche, no realizaría trabajo de la empresa como usualmente lo haría, esta noche solamente se dedicaría a Rin y a pensar en una solución para este conflicto.

Todo el transcurso de la noche siguió lloviendo como si no hubiese un mañana, en momento había truenos y era en estos en los que Rin se acercaba mucho más al pecho de Sesshomaru a más no poder hecha una pequeña bolita de mantas. Ante estas reacciones, Sesshomaru solo se limitaba a acariciar tanto su cabellera azabache como su espalda y hombros.

La miraba atentamente, examinando su hermosa carita de angel, sus delicadas facciones de niña, su respiración tranquila en todo momento y sus pequeñas manitas hechas un puño a un lado de su cara que sobresalian de la manta.

Realmente a comparación de sus manos, las de ella median un cuarto de las suyas, sumamente pequeñas a su ver.

Faltaban ya pocas horas para que el sol saliera y empezara una nueva tortura para Rin.

Claro que para Sesshomaro, las actitudes de esas niñas con su pequeña Rin, no las pasaría por alto, este día hablaria personalmente con la sensei.

En cuanto al fin el sol salio, se hicieron presentes unos pequeños movimientos de parte de Rin, dando así a entender que ella se despertaría.

Rin: (bosteza) Buenos días (se estira) señor Sesshomaru (somolienta).

Sesshomaru: ¿Ya te sientes mejor?.

Rin: Si.

Como al anterior día, terminando de desayunar, la llevo a ese horrendo lugar, no quería dejarla sola.

Entro con ella y pidio hablar seriamente con la maestra, claro que a esta no le causo gracia, ya que los problemas emocionales, los de su pareja y ahora con un padre de familia, no le era de muy buen agrado.

Esa niña se las pagaría.

Tsuru: (indiferente) ¿En que lo puedo ayudar?.

Sesshomaru: Ayer tres de sus alumnas, empezaron a molestar con sus comentarios a mi hija.

Tsuru: ¿Y?.

Sesshomaru: (enojado) ¿Y?, usted como sensei debe de poner el orden tanto dentro del salón como con la actitud de esos niños, no esta bien que porque mi hija su padre sea un demonio, deba de ser excluida, esta es una institución en la cual se le enseñan valores a esos ingendros, y como yo veo, usted no lo hace, no le importa más que usted misma, es una mala influencia y si no quiere perder su trabajo por su comportamiento hostil para con mi hija, sera mejor que la empieze a tratar como otro niño cualquiera en este salón, ¿Quedó claro?.

Tsuru: (a la defensiva) En pocas palabras, lo que usted me está diciendo, es que trate de llevar una postura adecuada con su hija.....eso no va a suceder y sabe porque, porque su hija es una bastarda...una niña que prefirre sobre todas las cosas a los demonios que a los de su propia especie, eso es una traición a los de su propia raza, así que no me pida que la trate igual que a las otras.

¿Bastarda?, su Rin no era ninguna bastarda, en parte su madre biológica tiene la culpa por haberla abandonado, si no hubiese pasado eso, ella estaría aquí de una manera de lo más normal pasando desapercibida por todos, pego como ese no fue el caso, el se tenía que mezclar con los humanos para que su niña pueda convivir con los de du misma especie.

Mi pequeño ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora