Lucy corría a través de las calles con desesperación. Tenia que verle, asegurarse de que estuviera bien. No importaba nada más, solo él.
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Happy se sentía mal por el dragón, falló la misión que le había encomendado y ahora solo podría ver como Natsu iba a morir de desconsolación. Solo podía escuchar los gritos enojados de Ignia que golpeaba la puerta como si se fuera acabarse el mundo. Hasta que vio una cabellera rubia que corría hacia aquí. La esperanza creció en su pecho porque Lucy acababa de llegar.
La rubia se detuvo al llegar a la entrada para recomponer la compostura, una buena dama siempre debe estar con la cabeza en alto. La maldita etiqueta ya hacía de las suyas de nuevo. Con pasos cautelosos se acercó allí. Ignia estaba furioso lanzando insultos. Happy fue el primero en verla y este le regaló una sonrisa.
-¡Estas aquí! Gracias por regresar Lucy-dijo el gato volando y estrellando su minúsculo cuerpo en los senos de la rubia. Ella sonrió hasta que notó la mirada en llamas de Ignia.
-Dime por qué no debo matarte aquí y ahora-Ignia la odiaba, lo veía en sus ojos. Sin embargo no se dejaría intimidar. La vida del pelirosa era más importante que una disputa.
-Porque puedo ayudar a tu hermano-su voz salió serena, calmada aunque sus latidos eran erráticos y podría morir de miedo.
A Ignia no le gustaban los humanos, eran bastante despreciables e hipócritas. Sin resistencia al dolor y tan débiles que daban lástima. Sin embargo respetaba a la rubia. No muchos podían permanecer de pie delante de uno de los Reyes de su especie sin cargarse en los pantalones.
-Bien-esa simple palabra le bastó a Lucy para acercarse a la entrada donde se encontraba Ignia esperándola-No lo dejes sólo nuevamente o te mataré-una amenaza que sabía de sobra que cumpliría, pero bajo eso se encontraba un hermano mayor que protegía al más pequeño.
Ella solamente asintió y se dirigió a la puerta. Abriéndola suavemente, entrando en la cabaña. Ignia cerró la puerta detrás suyo, dándole privacidad.
Gruñidos de dolor se escuchaban desde su habitación, agonizantes por la desesperación que sentía. Cautelosa se acercó a él.
Natsu tenía sus ojos cerrados apoyado en la pared. Sentado en el suelo y sus piel cubriéndose de escamas rojas brillantes. La rubia se acercó lentamente.
-Natsu-su voz fue como un bálsamo para su corazón. Abriendo lentamente sus ojos se encontró con la mujer más hermosa para él.
-Lucy. ¿Estas aquí realmente o sólo estoy alucinando?
A la portadora se le quebró el corazón. La antes suave y encantadora voz del dragón ahora solo era un susurro ronco. A ella se le llenaron los párpados de lágrimas y se lanzó encima de su cuerpo fornido. Natsu la estrechó contra si, oliendo su fragancia. Si era un sueño no deseaba despertar.
-No lo estás. Estoy aquí, regresé por ti. Debiste decírmelo-dijo Lucy consolándolo pero se sentía que la consolaban a ella.
-¿Decirte qué?-preguntó confuso por su comentario. Ella se apartó un poco y le sonrió. Mientras acariciaba su mejilla.
-El significado de aghra-explicó Lucy aún en sus brazos. No quería separarse de él jamás.
-Pensé que no me creerías. Es decir, un dragón te secuestra, descubres que es humano y para colmo te dice que es su pareja creada por los Dioses. Hubieras escapado de mi aunque lo hiciste de todos modos
Las últimas palabras le dolieron y se sintió terrible por él. Odiaba sentirse así, Natsu la secuestró. Sin embargo abandonarle fue demasiado duro. Sabía que no podía hacerlo de nuevo porque esta vez ella no lo soportaría.
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~Aliento de Fuego~ (Natsu y Lucy) [COMPLETO] #PGP2023
FanfictionEn un mundo donde existen dragones, dioses, demonios y maldiciones; la magia no existe. Sólo algunos afortunados son capaces de dominar este arte, por ende temen a las criaturas fascinantes y poderosas que conviven entre ellos. Lucy Heartfillia es...