Zeref se encontraba encerrado en su castillo. La fortaleza rodeada de las profundidades oscuras llenas de caos, el sonido de las almas agonizantes habitando y susurrando. El dios se removió a dolorido en la cama de dosel, de sabanas escarlatas y azabaches. El corte en el costado izquierdo, un poco bajo de su pecho estaba abierto. Le había hecho creer a todos que estaba sano, no podía mostrar una apariencia débil ante nadie. La herida se mostraba infectada y el hielo se extendía a su alrededor. Signos como fiebre, escalofríos estaban presentes. El cazador era capaz de matar a dioses, no le sorprendía ya que había sido creado para ello. Una criatura capaz de matar a todo ser que habitaba sobre la faz de la tierra.
La puerta se abrió, mostrando a la mano derecha de Zeref. Invel, un demonio de hielo bajo sus servicios. Era la persona en la que más confiaba fuera de su familia.
-Cierra la puerta-su voz salió apenas un susurro. Parecía a punto de sufrir una grave hipotermia.
-Necesito absorber el hielo de su cuerpo-dijo el demonio sentándose en la cama junto a Zeref.
-¿Podrás con todo?-preguntó el de cabellos negros como alas de cuervo.
-Soy un demonio de hielo, puedo con esto. El infierno necesita a su rey.
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Lucy todavía se encontraba ensimismada en sus pensamientos. Natsu e Ignia hablaron sobre un posible ataque de Crocus contra los dragones. Mañana seria el último día, su padre regresaría y se encontraría con la mansión vacía sin ella por ningún lado. Necesitaba enviarle una carta explicándole la situación a su padre pero tenía la certeza de que eso no seria suficiente. Nada lo era con el señor Heartfilia. Ese era el motivo de la reunión entre ambos hermanos. Ignia llevaría el caso a los otros reyes y aunque algunos no estuvieran de acuerdo en declarar la guerra contra los humanos y revelar su existencia, lo harían por respeto a su príncipe.
-Mañana vendré con noticias-dijo Ignia saliendo de la casa. Spark salió detrás suyo volando.
La rubia admiró como el pelirosa se mostraba erguido en su silla, su mente ocupada pensando en un plan para no llegar a la guerra. Sin embargo ella sabía que debería prepararse para posibles bajas. No quería que nadie muriera pero tampoco permanecer alejada de Natsu. Si era repudiada por su padre o su propia gente era el precio a pagar.
-¿Quieres quedarte aquí hoy o prefieres ir al gremio?-preguntó Natsu deseando que fuera la primera opción pero sabía que eso no seria posible.
Ella se acercó a él, colocando su mano encima de la suya. El contacto de piel contra piel la estremeció.
-Aunque quiera, no puedo. Necesito hablar con Erza y explicar nuestra situación. También enviar una carta a mi padre-además necesitaba lidiar con la tensión sexual entre ellos. Un poco de espacio entre ambos. Ser su aghra era....abrumador, sentía lujuria desenfrenada por él. Anhelaba su contacto como si fuera el mismo aire y eso le asustaba. Pasó de ser una chica sin apetitos sexuales a una ninfómana. Distancia, la quería al menos por unos días hasta comprender y procesar todos sus sentimientos.
Brindarle el contacto de su mano en la suya fue un error, antes lo consideró una muestra de apoyo y cariño pero ahora estaba consciente de la llamarada de deseo que le corría.
Natsu sonrió perversamente y agarrándola firmemente la llevó hasta su regazo. Obligándole a sentarse justo encima de él.
Lucy no supo en que momento acabó en el regazo de él, solo sabía que sentía mucho calor. Sus mejillas estaban sonrojadas y su respiración se volvió irregular. Los latidos de su corazón parecían caballos galopando, corriendo por sus vidas. Sintió como sus zonas erógenas respondían al contacto de su piel contra la suya. La rubia al levantar la vista se encontró con una mirada llena de fiereza, una mirada cargada de deseo desenfrenado.
El dragón se encontraba completamente complacido de que su mujer estuviera a horcajadas sobre él. Además el modelo que vestía su preciosa aghra lo puso al cien. Una sencilla saya blanca corta que revelaba sus hermosas piernas y no dejaba mucho a la imaginación, apenas cubría su redondeado trasero. Debía darle unos azotes, solo de imaginar su trasero cubriéndose de un hermoso rosa hizo palpitar su miembro. Unas botas cafés de cuero a mitad de los muslos, nunca supo que sería alguien con fetiches pero le encantó. Quería poseerla con las botas solamente puestas. Una sencilla blusa azul con un pequeño escote que abrazaba sus curvas y sus exuberantes senos. Solo quería sumergirse entre ellos, lamerlos incluso morderlos. Una sonrisa ladina creció en sus labios con tal pensamiento. Por ultimo una alta coleta que recogía su larga cabellera rubia. Se imagino jalando su cabello en un puño mientras la penetraba por detrás. Un gruñido de satisfacción por parte de su bestia vibró en su pecho.
Natsu supo que ahora su inocente chica dorada le tendría pánico por su comportamiento agresivo así que se obligó a mantener un control férreo y abrió sus ojos con temor. Sin embrago se maravilló al encontrarse con esos cafés ahora oscuros por su excitación. Eso le provocó una oleada de satisfacción a su bestia.
-Eres tan hermosa-no reconocía su propia voz, estaba ronca estimulada por la lujuria que sentía.
Al escuchar esas palabras dichas con ese barítono le provocó un estremecimiento de placer. Un gemido escapó de sus labios al frotarse sin intención contra su miembro. Sentía como su vagina goteaba de necesidad. Ahora su mente flotaba en un vaivén de sensaciones placenteras. Los problemas fueron borrados de sus pensamientos. Su moral y sentido común fue lanzado por la ventana. Solo quería sentir. Ser suya.....y que él fuera de ella. Ese pensamiento de posesión le sorprendió pero fue recibido con satisfacción.
-Lucy debemos parar o terminaremos haciendo algo de lo que te puedas arrepentir-Natsu sabía que eso era lo correcto. Detenerse, quería que su chica dorada estuviera segura cuando se entregara a él en cuerpo y alma.
Lucy sin embargo no quería parar. Lo deseaba con intensidad, lo necesitaba con furor. Tanto así que estuvo a punto de suplicar. Sus caderas se movían en un lento baile, frotando su zona íntima contra su grueso miembro. En ese momento comprendió que su cuerpo le pertenecía a él y que le entregaría su corazón, incluso su alma a su secuestrador.
-Soy tuya, mi cuerpo te pertenece-dijo en un susurro, su voz intoxicada de pasión por él.
Sólo necesitó esas palabras para sentirse el dueño del mundo, porque su chica dorada se entregó a él. Sólo esperaba que fuera suficiente porque no sabía lo que ocurriría la verdad sobre él. END, las siglas de su libro. La profecía que marcaba su destino.
El sig cap tendrá lemon. Nos vemos en el. Besos y hasta la próxima😘😘
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~Aliento de Fuego~ (Natsu y Lucy) [COMPLETO] #PGP2023
FanfictionEn un mundo donde existen dragones, dioses, demonios y maldiciones; la magia no existe. Sólo algunos afortunados son capaces de dominar este arte, por ende temen a las criaturas fascinantes y poderosas que conviven entre ellos. Lucy Heartfillia es...