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-Lo lamento, lo estoy intentando-

-Ese es el problema, crees que intentas avanzar pero solo intentas acabarte sin saberlo.

-Perdón, lo lamento muchísimo.

-Me dueles, eres mi amiga más querida. Odio verte mal, eso es todo. Perdoname a mi por haber sido tan severa con mis palabras.

-No, tenías razón. Está bien, me voy a tomar un descanso, solo no olvides enviarme los temas de los que se hablaron en clases y cualquier tarea que manden. Yo veo como se lo hago llegar a los profesores.

-Muchas gracias, esto no lo hagas porque yo te lo pido, hazlo por ti, por tu salud y por tu futuro.

-Esta bien, te quiero mucho Nini.

-Y yo te amo, voy a ver si paso pronto de visita con Loren y te cuidamos un rato.

-Sabes que no me gusta cuando Loren está cerca de mi cuando estoy enferma. Saca su lado mamá osa y cree que yo también soy su sumisa

-JAJAJAJA esta bien, yo le diré que se calme y que no esté sobre ti, ¿va?

-Va, hablamos luego.

Termina la llamada y me siento en posición de indio en mitad de la camilla y empiezo a contemplar mi vida hasta que un carraspeo y un permiso se escuchan a mi costado. Son Ian, Daniel y Andres. ¿Cuánto tiempo llevarán escuchándome? ¿Por qué sigue Daniel aquí? ¿Creerá que soy una carga y no querrá quedar mal frente a mis amigos por dejarme aquí?

-Sabes, no creo que mis amigos te vayan a recriminar por dejarme con ellos. No tienes que obligarte a quedarte aquí solo porque me trajiste.

Andres se apresura donde estoy yo y me da una suave palmada en la pierna mientras me dice que no diga eso.

Ian se sienta a mi lado y empieza a meter mis cosas, de repente se pone a acariciarme la cabeza mientras me pregunta cómo me siento y que si me siento lo suficientemente bien para salir. Miro al sobre de solución salina y veo que está a punto de agotarse, bajo la mirada a dónde está Ian y le digo que me quiero ir a casa.

Andres se acerca a Ian y le susurra algo al oído, no se que rayos habrá sido pero ambos se excusan y me dejan sola con Daniel. Supongo que querrá decirme algo. Se acerca al borde de la camilla y ante la vacilación entre que se quiere sentar y a la vez no, me pongo nerviosa y le digo que se siente de una buena vez.

-¿Pasa algo?

-Samantha, me enferma verte enferma.

-¿Que? –no entiendo lo que me quiere decir, literalmente la que está conectada a una bolsa de solución salina soy yo–

-No, osea, te veo enferma y me siento mal, me siento inutil al no poder ayudarte, realmente me preocupas. Se que nuestros inicios fueron horribles y nuestro segundo encuentro no fue mejor pero realmente quiero mejorarlo. Te juro que tengo mis razones sobre mi comportamiento de hoy en la universidad.

-Dilo

-¿Uh?

-Di las razones

-Eres mi estudiante, supe la razón por la que se la anterior profesora y no quería que creyeras que me puedes tratar igual. Mis indicaciones fueron retener tus actitudes, al menos en mis clases. 

-Entiendo. También deben entender que yo no trato mal a otros sin razón alguna.

-Te quería preguntar algo. Tus amigos querían que te tomases un descanso pero no quieren dejarte sola. Aunque por obvias razones no podían cuidarte mas que un rato en las noches y super temprano. Me ofrecí para cuidarte lo mas que pueda, excepto cuando vaya a la universidad, te quería preguntar si me permites cuidarte.

Finding my wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora