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POV Samantha

-¿Qué mierda haces en la única puta habitación del departamento que te dije que no entraras?

-Sam...

-No me digas así, después de esto no tienes mi confianza. Al amanecer te quiero fuera del departamento

-Lo siento Samantha pero estoy aquí para cuidarte

-Prefiero morirme a que sigas aqui, agradece que te estoy dejando hasta que putas amanezca maldito imbecil

-Te he ofendido en algún momento para que me insultes?

-Si, me has ofendido y burlado al haber ignorado mi privacidad

-Samantha, ¿realmente eres una little?

-A ti te tiene que importar menos que una mierda que soy y qué no, ahora cállate y sal de mi vista.

Sigo mi camino hacia la cocina mientras sigo llorando. Es que, ¿quién mierda se cree que es? No tiene ningún maldito derecho de entrar a un lado donde le dije que no entrara. No lo puedo creer, fui lo suficientemente amable como para dejar que se quedara en mi casa, no me hubiese importado si queria traer alguna puta y cogersela en el piso de la cocina -aunque definitivamente ahora veo mi piso con un poco de asco después de ese pensamiento- pero le di permiso para todo menos para entrar en esa habitación. Soy una imbécil, como pude dejarla abierta? Por esto odio a las visitas, de no haberlo traído no tendría que preocuparme porque alguien haya irrumpido en esa habitacion.

Me siento en el mueble con al menos la mitad de chuches que compre y pienso ahogar mis penas en comida chatarra mientras veo la televisión. 

Ya que este papanatas sabe de mi secreto ¿que más da poner Molang en la televisión? Digo, no es como que lo pueda negar, ¿que se supone que le diga? ¿Que en secreto robe un niño y esa es su habitación? Por Dios esto no es Happy Sugar Life

POV Daniel

Quedo en shock ante todo lo que acaba de pasar, voy a seguir a Samantha para tener una charla con ella pero me detengo a mitad de pasillo. No creo que unos calzoncillos y una camiseta sin mangas negra sean el mejor outfit para hablar con ella. 

Después de ponerme aunque sea unos pantalones de chándal me voy para la cocina pero una bolita en el mueble y la televisión prendida me lo impiden, me volteo a ver y veo a Samantha enterrada en una cantidad impresionante de dulces, papitas y botellas de lo que asumo que son refrescos o jugos

-No planeas comerte todo eso tú sola de una sentada, ¿cierto?

-¿A ti qué te importa que coma y que no? Maldito depravado abusador de porqueria

-Auch. Mira, lo siento. No debí entrar a esa habitación. Lo admito, estuvo muy mal de mi parte. Simplemente creí que hacías rituales donde sacrificabas niños o cachorros.

-¿Que?

-Digamos que ese es uno de los rumores que hay de ti en la universidad

-Y ¿tu no lo escuchaste de un estudiante o si? Tuvo que salir de la sala de maestros. No lo puedo creer, estudio con puros buitres.

-Lo lamento mucho, se que estuvo mal haber traspasado el único límite que me diste en tu casa y todo porque, lo admito, me gano la curiosidad de saber si era un ritual o simplemente tenías a algún muerto y experimentabas en él.

-Lamento decirtelo pero no creo en nada de esas cosas y solo soy buena en idiomas. Para que me molestaría en hacer cualquier cosa de la que dices. No tengo tiempo ni energía como para andar haciendo la mitad de cualquier cosa de esas.

Finding my wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora