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Nos ponemos a organizar todo mientras charlamos y los chicos llegan de repente a decirnos que ya nos podemos ir. Le doy un abrazo a Justin y le beso la frente con un fuerte y claro "cuidate" a lo que todos nos reímos, quizás sea porque yo soy la enferma y él es el doctor, quizas sea por nuestra diferencia de estatura o de edad, pero lo más probable es que sea por el hecho de que voy saliendo de la mano de Ian mientras agarro un peluche en la mano e intento verme fuerte cuando la verdad debo verme como una nena de 8 años.

Ian y Andres vuelven para llevarme con ellos, una vez dentro del auto (y antes de que yo pudiera decirle algo a Andres) Andres le dice a Ian que debemos pasar por el supermercado, Ian solo lo mira raro y Andres solo le dice "créeme, sé lo que digo"

-¿Podemos ir al H mart?

Ambos se miran las caras intentando decidir si es buena idea o no y no puedo evitar sentirme como una niña estando en el asiento trasero con sus padres al frente.

Ian es el primero en hablar

-Esta bien, solo intenta no tomar puros dulces, ¿va?

-Ok, no hay problema.

Pasamos los siguientes minutos paseando, en caso de Ian manejando, por las calles de Toronto camino al H mart. Una vez llegamos, bajamos e Ian me toma de la mano.

-Solo para estar seguros de que haya alguien junto a ti en caso de que suceda algo. -solo asiento e intento acostumbrarme a esto de agarrar la mano de otra persona-

Andres agarra una cesta y empieza a poner cosas dentro mientras se va un poco lejos, yo agarro otra cesta y me voy con Ian agarrando bebidas, bolsas de papitas, paquetes de ramyeon picante y cosas por el estilo mientras siento la mirada de Ian sobre mi hombro.

-¿Estás segura de que no es demasiado?

-No, no estaré sola y ya sabes que me dijeron que tomara reposo por al menos una semana.

Sigo tomando dulces y cosas por el estilo hasta que me siento satisfecha y voy a pagar pero Ian no me deja y paga por mi.

-Sabes que puedo pagar por ello

-Yo no quiero que pagues, solo dejate consentir

Solo asiento y esperamos a Andres quien viene con dos cestas llenas de comida y yo solo lo veo con cara de confusión.

-Se que no estarás sola y espero que esto sea suficiente para ambos

Andres paga y entre los 3 llevamos todas las bolsas de compras para dejarlas en la cajuela. Una vez dentro, Ian no arranca de una vez y solo se voltea a vernos a ambos.

-¿A quien se refieren de que Samantha no va a estar sola?

-Daniel habló conmigo cuando Sam te llamaba, le dije que no quería dejarla sola y que realmente no la podríamos cuidar como quisiéramos y él se ofreció.

-Si, aunque no podrá estar todo el día, estará más tiempo conmigo de lo que ustedes pueden. No busco ofender ni apuntar a nadie, no se lo tomen personal. 

Ian solo asiente y se dirige a la casa

-Sam, si él va a tener tanto tiempo libre para cuidarte, ¿donde demonios esta?

-Yo le dije que se fuese a su casa para que pudiese buscar su ropa y cosas necesarias para que se pudiese quedar con comodidad

-¿QUEDARSE? EL NUNCA ME DIJO QUE IBA A DORMIR EN TU CASA

-Lo se, yo misma le dije que lo mejor era que se quedase. Ya de por si va a estar cuidándome, tampoco puedo ponerlo a hacer viajes de mi casa a la suya, no es como que le estoy pagando por su tiempo. Solo me estoy aprovechando de su lado dominante que es suavizado por el hecho de que yo, como sumisa, estoy delicada de salud.

Ambos se ríen. Es verdad, seamos honestos, no tengo a nadie y no me puedo quejar porque alguien quiere cuidar de mi. Una vez llegamos, los tres subimos a mi piso para poder entrar y dejar todo sobre mi mesa y empezar a organizar... Bueno, Andres y yo nos ponemos a organizar mientras Ian se sienta en el mueble.

Minutos desde que empezamos a organizar y quedo sola guardando todo mientras Andres se pone a hacer algo de comer. 

Suena el timbre e Ian es quien abre la puerta para dar a ver una clara vista de Daniel. Ian lo deja entrar y se ponen a hablar en la sala y yo me dispongo a poner la mesa para poder sentarnos a comer.

-Chicos, ¿podrían venir a comer? Andres ha hecho la cena.

Una vez todos sentados, yo me voy de vuelta a la cocina a buscar jugo para poder dejar que ellos se sirvan. Antes de siquiera poder llegar a la mesa, me quedo de pie frente a la hermosa escena que tengo al frente. Los chicos se están riendo mientras están hablando de alguna estupidez de la cual no tengo ni la menor idea. Mi departamento nunca se había sentido tan vivo y nunca había habido tanto ruido hecho por personas que físicamente están dentro del departamento. Casi nunca viene visita y cuando vienen, solo duran unos minutos y el ruido nunca es alto por el simple hecho de que, realmente no pasaba nada que nos empujara a gritar o hablar alto. De los gritos se encargan mis vecinos.

Me senté junto a ellos para poder empezar a comer y pasamos la mitad de la noche entre risas y una rica cena. Después de un rato, los chicos se empiezan a despedir y Andres me jala para un lado.

-Toma, le saque una copia a tu llave, inicialmente era para mi pero se la puedes dejar a Daniel y esconder la otra.

-Gracias, sabes que puedes venir cuando quieras, dile lo mismo a Ian. Nos vemos luego.

-Oh cariño -me abraza mientras me da un beso en la parte superior de mi cabeza- cuídate y no quiero volver a verte en el hospital. ¿Entendido?

-Si señor. Cuidense chicos.

Ambos salen y yo solo me adelanto mientras le digo a Daniel que me siga, no me habia dado cuenta del hecho de que había dejado una mochila con su ropa a un lado del mueble donde, sinceramente, no se veía. Abro mi habitación y justo bajo el marco de mi puerta le explico las habitaciones de la casa.

-Ok, ya viste donde esta la cocina, la sala y mi habitación, justo a mi izquierda, es decir el final del pasillo, es la puerta del baño. La puerta frente a mi habitación es donde te estarás quedando y la habitación al lado de la tuya está fuera de alcance. No debes entrar por ningún motivo. ¿Alguna pregunta?

-No, todo entendido. ¿Ya te vas a dormir?

-No, voy a hablar con Clara y Nini. Luego voy a ver si juego un rato o veo alguna serie. ¿Por qué?

-Solo preguntaba. -se ve que quiere decir algo pero como no se decide, decido dejar todo hasta ahi y me despido-

-Entiendo, descansa. Hablamos mañana. -el me asiente y yo entro a mi habitación-

POV Daniel

Llevo una buena media hora acostado viendo el techo, sinceramente el departamento de Samantha es bastante bonito, básicamente todo simple, con muchas decoraciones en tonos pasteles de peluches y cosas de Hello Kitty y así aunque se siente un poco vacío irónicamente. Tengo una curiosidad que me mata por saber qué demonios sucede en la habitación de al lado, llevo tanto pensando en ello que he llegado a dos conclusiones: O hay alguien embalsamado y miles de estudios hechos en esa persona o hace rituales satánicos ahí. Decido darle un vistazo, hasta ahora solo se escuchan sus peleas contra alguien mientras juega o eso supongo, me levanto camino a su habitacion y despues de tocar 5 veces y no recibir ningún tipo de respuesta me imagino que tendrá los audífonos puestos y aprovechando eso abro la puerta de la habitación a la que hace menos de una hora me prohibieron siquiera acercarme, sinceramente no esperaba que abriese ya que después de tanta advertencia lo mínimo que esperaba es que estuviese bajo llave pero mi sorpresa fue enorme al notar que esta cedió. Para mí fue una señal... a quien engaño, Samantha es tan entrañable que conociéndola lo poco que la conozco me espero cualquier cosa.

Olvidenlo, me esperaba todo menos esto. La habitación está bañada en colores pasteles, el lila predominando sobre todo. Muchas decoraciones infantiles, una pequeña tienda color lila y crema con peluches y almohadas dentro, estantes con juguetes, ropas, libros para colorear y más cosas así.

Estoy tan asombrado por todo lo que veo e intento comprender cómo alguien como Samantha tiene la habitación de un niño y realmente no la pude apreciar correctamente ya que un llanto me interrumpió.

Finding my wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora