CAPITULO 1 [Versión definitiva]

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Es irónico como las decisiones más importantes –aquellas que regirán nuestra vida por siempre- debemos hacerlas en la etapa más conflictiva que atraviesa el ser humano: la adolescencia.

Adolescencia, según el diccionario significa "período de la vida humana que sigue a la niñez y precede a la juventud", para mí –y sé que para muchos- significa simplemente "conflicto interno". ¿Existe alguna otra etapa en la vida que sea tan conflictiva internamente como esta?, quizá algunos piensen que la crisis de los cuarenta es la nueva adolescencia, pero yo no lo creo, a los cuarenta ya tienes la mitad de la vida resuelta –o al menos deberías-, en cambio en la adolescencia lo único que tienes es un montón de granos en el rostro, hormonas alocadas y gustos extraños.

El ambiente huele a adolescentes eufóricos y feromonas mezcladas. Bienvenido seas último año de instituto, por fin nos vemos las caras.

Por fin. Finalmente estamos en este punto de la vida, en que necesito saber elegir qué es lo que quiero ser en el futuro, cuando claramente no tengo idea de qué quiero desayunar hoy.

Por suerte, hoy el sol está cubierto completamente por las maravillosas nubes que nos anuncian una llovizna prontamente. Al menos hoy odiaré una cosa menos, el infernal sol no está.

-No puedo creer que el primer día esté así de horrible, mi outfit está completamente arruinado por el clima.-dijo esa molesta vocecita chillona a mi lado, Salem, vestida con una diminuta falda roja y top negro y una chaqueta de cuero a juego, completamente indignada.

-¿Qué acabas de decir?-pregunté fingiendo molestia.- Que a ti no te guste el clima no quiere decir que sea horrible.

-Lo dices porque el clima jamás afecta tu atuendo, siempre te ves igual.-se mofó.

Polos completamente opuestos pero mejores amigas al fin y al cabo. Ella, chica rosa pero ruda e inteligente, y yo, la típica chica grunge que hubiera preferido nacer en una época distinta.

-Supongo que ya decidieron a qué club se unirán este año.-dijo Alex llegando de la nada a nuestro lado. Salté del susto.

-El día está demasiado bello como para arruinarlo pensando en cosas innecesarias.-dije sentándome en el césped justo debajo nuestro. Ellas hicieron lo mismo.

-Horrible querrás decir.-dijo Alex revoleando los ojos.

-Alguien está de acuerdo conmigo.-se mofó Salem.

Revoleé los ojos.

-Como sea.-continuó Alex con su discurso.- Sam, necesitas créditos extras si quieres que la universidad en que estudiaron tus padres te acepte.

-Alex, sus padres fueron a Stanford, ni en sus sueños Samantha entrará ahí.-rió Salem.

-Ella tiene razón.-concordé.- Es demasiado esfuerzo y es innecesario cuando ni siquiera sabes qué es lo que quieres ser en el futuro.

-Es muy simple, yo seré doctora igual que mi abuela.-dijo Salem muy segura de sí misma.

-Lo que no toma nada de esfuerzo es verse así de guapo.-dijo Alex mirando hacia el estacionamiento detrás de mí, con una cara de boba que le llega al piso.

Me volteé muy disimuladamente –y con disimuladamente me refiero a que claramente debí postularme en el casting para interpretar a Emily Rose en el Exorcismo de Emily Rose-. Santo Zeus. Qué es lo que ven mis ojos –claramente esto no es una pregunta porque obviamente sé qué es lo que veo-, qué chico tan guapo, santo Dios. Alto, pero de ese alto que realmente es alto y le queda bien, esa espalda no debería ser legal, esos brazos –no soy de alagar mucho a los hombres pero no me enfadaría si aquellos brazos me sostuvieran asi como Jack sostuvo a Rose-, pero sinceramente lo más llamativo y seductor de este ser humano es el conjunto que su rostro tallado por los mismos dioses forma con su perfectamente despeinado y sexy cabello. Baja un cambio, Sam. Las hormonas adolescentes no te afectan, ¿recuerdas?

Del Infierno Para ArribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora