Capitulo 4 [Versión definitiva]

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Me asomo a la ventana para sentir el sol en mi rostro, odio el sol pero hoy considero que es un día hermoso. Tal vez debería odiar menos las cosas y disfrutarlas un poquito más.

-¿Podemos hablar?-preguntó mi mamá –Bianca- entrando a mi habitación. Asentí con la cabeza y me senté en la cama.- Tu papá se fue de la casa esta mañana.

Balde de agua fría.

-¿Qué? ¿Se fue sin decirme nada?

-Tu mejor que nadie sabes que las cosas entre él y yo no estaban bien hace mucho tiempo, las discusiones eran cada vez más frecuentes, debido a que ambos somos muy trabajólicos, apenas tenemos tiempo desde que abrimos el bufete.

-Si... lo sé... pero creí que en algún punto las cosas se iban a solucionar.-esbocé.- ¿Dónde quedaron Bianca, Patrick y Samantha contra el mundo?

-Hace mucho que eso dejó de existir, cariño.-dijo ella con tristeza en los ojos.- Y realmente lamento no haber estado ahí cada vez que nos necesitabas, y sé que tu papá se siente igual y por eso se fue sin decirte nada, quiere reflexionar sobre todo lo que pasó y después retomar la relación padre e hija.

-¿Eso se puede retomar? ¿Por qué se rompió, mamá? Tal vez nunca existió, ¿te has puesto a pensar que quizá eras tú simplemente la que quería tener una hija?

-No digas eso ni en broma, Samantha.-me regañó.-La decisión de adoptarte fue algo mutuo, ambos lo deseábamos, desde que te vimos supimos que tú te convertirías en nuestra pequeña hija.

-Tengo que irme al instituto.

-¿Quieres que te lleve?

-No.-aseguré.- Quiero estar sola, hay demasiadas cosas sucediendo.

El mundo que conocía se está desmoronando poco a poco y no puedo hacer nada para cambiarlo, supongo que lo que yo creía eran tiempos difíciles, en realidad eran los tiempos fáciles y ahora se viene lo difícil, viene esta tormenta llamada Vamonio.

Cuán molesto es salir de la zona de confort en donde pensabas que todo eventualmente estaría bien, pero no, las cosas muy raramente mejoran, tienden a empeorar.

Tomé mi chaqueta negra y mi bolso del sillón y cerré la puerta detrás de mí dando un accidental portazo. Me dirigía a tomar el autobús cuando sentí su voz detrás de mí.

-Pensé que nunca llegarías.- dijo Erick mirando y señalando su reloj.

-No sabía que me esperabas.- aseguré.

-Es mi trabajo, Vamonio. ¿Te pasa algo?

-Mis padres...- dije mirando hacia el suelo.- Se van a separar.

-Ah los adoptivos, eso se veía venir, pelean bastante.- me dijo acercándose.- Sé que debe ser duro ya que son los únicos padres que habías conocido pero por algo pasan las cosas.- mientras lo decía, me abrazó sorpresivamente.

-Pensé que abrazarme te ponía incómodo.- solté sin más.

-Hay momentos y momentos, ¿Te subes?- dijo señalando su moto.

-Si nos ven llegar juntos al instituto pueden pensar mal.- aunque la verdad en este momento lo menos que me importa es que la otra mitad del instituto me odie.

-¿De cuándo te importa lo que los demás piensen, Samantha?- dijo prestándome el casco de la moto, él tenía razón dudé un momento pero me subí a la cosa monstruosa y nos fuimos.

Cuando llegamos al instituto, todos nos miraban, sentía sus miradas quemándome, no sé si era por lo que traía puesto, una remera abierta a los lados y unos shorts negros de jeans muy cortos con mis botas militares, o por mi sexy acompañante.

Del Infierno Para ArribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora