🥀Capítulo 81🥀

132 15 5
                                    

Miraba su reflejo una y otra vez.

Su rostro estaba pálido y debajo de sus ojos se coloreaban unas oscuras ojeras, sin contar que su apetito se había ido y apenas y había podido comer algo.

Habían pasado dos semanas, y sentía que cada día estaba peor.

Iba todos los días a la clínica con esperanzas de saber algo de SeungHun, pero el doctor siempre decía lo mismo: está sedado gran parte del tiempo, no quiere cooperar.

No había momento en el que no pensara en SeungHun, incluso sus sueños - lo poco que lograba dormir - le eran un recordatorio permanente de lo que le había hecho al omega.

A veces los recuerdos en sueños se volvían pesadillas, veía lo que era un mundo en el que SeungHun moría, se veía a sí mismo sufrir por su muerte hasta él mismo acabar muriendo de tristeza.

Despertaba agitado, asustado, no quería que eso se volviera realidad.

Se agachó, moviendo el soporte del espejo de cuerpo completo para levantar una baldosa. Nadie, ni siquiera sus mejores amigos o padres, sabían que esa baldosa se podía levantar, mucho menos lo que guardaba dentro, y mejor así, pues JinYoung no quería sacar aquello a la luz, pero al mismo tiempo, no podía deshacerse de eso.

Era una caja de tamaño promedio, mediana, retiró la tapa, sacando el contenido de esta.

Eran unos cuantos portaretratos con sus fotos aún en ellos.

Ahí estaba él de pequeño, habían fotos en las que salía con su familia y otras en las que estaba solo, se veía a sí mismo de recién nacido, de meses e incluso de años.

Las fotos se detenían cuando tenía siete, por razones obvias.

Al regresar de la Academia Militar y ver todas esas fotos por la mansión, le había dicho a JungWoo que las quitaría todas, su madre se había entristecido, pues no quería deshacerse de aquellas fotos que mostraban enormes recuerdos valiosos para él.

JinYoung se había quejado hasta el cansancio, haciendo que JungWoo aceptara - muy triste - la idea de deshacerse de todas esas fotografías.

Para los demás, esas fotografías habían acabado en la basura hace años, pero realmente seguían intactas.

JinYoung se veía a sí mismo de cachorro, podía encontrar similitud entre sus facciones, pero su mirada o sonrisa definitivamente no era la misma.

Se sentó en el suelo, pasando entre sus manos cada portaretratos para mirar detalladamente su rostro.

Él había cambiado tanto.

Recordaba que antes era... más fácil.

No entendía esa frase de «La ignorancia no hace la felicidad», él recordaba ser muy feliz antes de caer en todo el tema de cómo debía comportarse un alfa, de qué debía decir, cuándo debía sonreír, tantas cosas que estaba mejor sin saberlas.

Se recordaba a sí mismo de cachorro, lo alegre e inocente que era, nada que ver con cómo era actualmente. Recordaba la primera vez que había visto a SeungHun, lo bonito que se había visto el omega ante sus ojos y la forma en la que su corazoncito había descontrolado su ritmo cardíaco.

También recordaba lo triste que se puso cuando fue rechazado por primera vez por SeungHun.

SeungHun había sido su primer amor, él había hecho inocentemente todo lo que hubiese estado a su alcance para ganarse al omega, y en realidad, lo había hecho.

Suprimía los recuerdos de todos sus esfuerzos - y la forma en la que Kim se lo había devuelvo - dentro de lo más profundo de su mente, queriendo olvidarse de ello para siempre, pero era inevitable, era parte de lo que lo había hecho como era hoy en día.

¿Qué otra cosa podría hacer?

Se contradecía a sí mismo, pues en la Academia Militar le habían enseñado que una de las cosas más importantes para un alfa militar era su omega, pero también le habían enseñado a que no dejaran que les pasaran por encima como quisieran.

Entonces, no sabía qué hacer.

[¿Vas a dejar que muera?]

—No quiero que muera...

[Es nuestro omega.]

—Lo sé... lo siento dentro de mí.

[Entonces no seas idiota y ve por él, por esta vez, hazme caso.]

Miró de nuevo su reflejo, pese a que se sentía debilitado y cansado, no iba a permitir que SeungHun muriera.

Se había convertido en alguien que no era, en alguien que no era él.

Pero iba a solucionarlo, porque no se permitiría perder lo más importante que tenía.

Porque él debió haber cuidado de SeungHun desde un principio, él era el alfa, debía haber sido mejor de lo que fue.

Guardó los marcos de las fotografías en la caja de nuevo, acomodándola dentro del hueco para ponerle la baldosa encima, posicionando el espejo en su lugar.

Tomó un abrigo cualquiera de su armario, buscando en su escritorio las llaves de su auto, encontrándolas bajo algunos papeles.

Salió de su habitación, caminando sin mirar más allá del camino frente a él hasta llegar a la entrada principal.

—Mi amor, ¿a dónde vas? Todavía te ves debilitado.

JungWoo lo miraba preocupado, había querido darle su espacio a su hijo, pero se sentía intranquilo.

—Mamá... tengo que decirte algo importante.

—Claro, bebé, ¿qué es?

—Encontré a mi destinado, y es SeungHun — La pequeña sonrisa de JungWoo desapareció —, pero le hice mucho daño en venganza por lo que me hizo. No puedo dejarlo morir, mamá, así que voy por él.

—¿Có-Cómo?

—Está enfermo como yo, así como yo estoy debilitado, él también. Entiendo que tienes que procesarlo, así que yo iré yendo a lo mío — Abrió la puerta —. Te quiero, mamá — Salió.

Bullying (BaeHun) CIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora