XI Las palabras...

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Las palabras no sirven de consuelo cuando me arrebatas el alma de un tirón 

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Las palabras no sirven de consuelo cuando me arrebatas el alma de un tirón 

-Satoru... ¿Esa es Den?- pregunte con la voz temblorosa, no recibí respuesta- Satoru..- lo siguiente fue el pitido de la llamada cortándose.

Mi corazón latía a mil, sentía que en cualquier momento se saldría mi pecho por los golpeteos que hacía. Volví a llamar a su número, pero la constante grabadora me mandaba al buzo de voz, cuando fue mi tercer intento, ya me decía que el número estaba fuera de servicio.

Me levante de golpe y sin esperar o preocuparme la mirada de alrededor, abrí las puertas donde Sukuna se encontraba teniendo una reunión, automáticamente todos pararon de hablar y el eplirosa desde donde estaba me miro.

Se levantó al ver mi expresión, todos se asombraron ante el deje de miedo en mi expresión. Se acercó a paso lento para no alterarme más de lo que estaba, pero la oración que salió de mis labios fueron las detonantes.

-Tiene a Den- dije.

La paz se esfumo. Automáticamente se dieron órdenes junto a Uraume para buscar a la niña. Con Sukuna no tardamos en salir del edificio junto a muchas otras maldiciones, todos se movían de un lado a otro, encontraríamos a Den donde quiera que estuviera.

Fuimos lo más rápido que pudimos hacia la escuela de ella, donde se supone que estaría a este horario. La portera que nos atendió nos dejó pasar sin mucho. Justo estaba la directora, quien no tardo en vernos con sorpresa.

-Oh, pero que sorp...

-No estamos para eso, ¿Dónde está Den?- pregunto sin más. La mujer nos miró con duda.

-Un hombre vino a buscarla, aseguraba ser su tío, llamamos a Den y ella lo confirmo, dijo que venía por pedido de ustedes- hablo la mujer asustada por mi expresión. Negué con la cabeza tomando con fuerza mis cabellos. Sentía que el aire me faltaba.

-¿Hace cuánto se fueron?- pregunte asustada.

-Como una hora y media- contesto, no fue que luego de eso, el techo y paredes se salpicaron de sangre de la mujer, la portera miro horrorizada la escena. Con miedo trato de correr pero Sukuna quien aun con la sangre de la mujer, se acercó y la tomo del cuello impidiéndolo.

-Son tan estúpidos por dejarla irse con alguien que no eran sus padres, es solo una niña de siete años- escupió - ahora me dirás todo lo que les dijo- sus ojos reflejando la sangre y el hecho de que los dos ojos de abajo se abrieran para mirarla, la hizo confesar todo.

Respiraba tratando de regular mi respiración, la joven nos dio hasta la dirección donde Satoru quería reunirse con nosotros, sorpresivamente era saliendo de la ciudad. Mi pierna se movía en un tic nervioso y mordía mis uñas.

-Tranquila...- decía la maldición a mi lado- Todo saldrá bien...

No respondí, solo me centre en el camino. Al llegar, el sitio era un estacionamiento, el albino estaba parado en medio de este, cuando aparco el vehículo, no tarde en salir junto a Sukuna y nos acercamos al albino.

-Hola...- saludo con las manos ocultas en sus bolsillos.

-Nada de hola, bastardo, ¿Dónde está mi hija?- pregunto Sukuna sin más, se notaba el enojo en su voz.

-Satoru, ¿Dónde está Den?- pregunte con tranquilidad. Lo vi suspirar y bajar la cabeza.

-¿No preguntaran nada más?- dijo irónico- siquiera saludarme por no habernos visto hace tiempo- hablo con burla. Sonrió y llevo su vista hacia arriba- estos últimos meses fueron muy movidos y... complicados. Especialmente este día...

-Satoru...

-Tuvieron que ver su sonrisa genuina y feliz al verme- me interrumpio, sonrio con tristeza- reimos y jugamos disfrutando todo el camino hasta aquí- hablo- todo para este final..

-Satoru, dime donde esta Den- suplique. Poso su vista en mi. Sonrio con tristeza y señalo una dirección. Mire y pude verla, la pequeña se encontraba tranquilamente jugando con una muñeca en un vehiculo negro a unos veinte o treinta metros.

-Alli esta- dijo el albino.

-Tn, toma a Den y nos vamos- Dijo Sukuna, un poco más relajado al ver a la pequeña sana. Hice lo dicho y comencé a caminar hacia aquella dirección.

No espere sus palabras para nada. Se trataba solo de pasar por su lado y seguir caminando para ir hacia Den. Pero quede congelada ante lo que dijo, mi corazón se detuvo al igual que i respiración, sentía que me ahogaba al ver sus ojos cielo reflejando tristeza cuando lo vi de reojo.

-Lo siento...

Esas palabras bastaron para que sin dudar y con miedo, corriera hacia donde la pequeña estaba. Lo siguiente fue ver como la pelirosa, me miraba desde dentro del auto el cual en segundos, exploto mandándome varios metros atrás. 

☠Shi no namae☠ - Sukuna Ryomen [II]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora