El avión llegó sin ningún problema al aeropuerto, ambos bajaron y tomando sus cosas llegaron hasta la entrada, donde ali los esperaban con transporte.
- Bienvenidos a Italia- les saludo el hechicero que los esperaba- suban a esa camioneta, ahora los llevaremos a la sede.
Ambos se adentraron en el vehículo sin decir palabra alguna. Podía que parecían medio serios, pero en el fondo Itadori a medida que el auto se ponía en marcha, miraba con fascinación alrededor.
-Nunca cambias- dijo Megumi con cierta gracia, recordando el pasado cuando aún eran alumnos.
- Tal vez nuca lo haga- dijo con una sonrisa rascando su nuca. Al llegar a la sede cierta Albina fanática del dinero se les acercó.
- Vaya, si que han crecido bastante- dijo la mujer- aún me acuerdo cuando eran sólo unos mocosos de primero y tu tenías al actual Rey de las maldiciones dentro.
- Bueno...
- Ya pasaron casi ocho años- contestó Megumi indiferente.
- Si, lo se- dijo la mujer- bien, sigan me.
Así como la mujer dijo, la siguieron mientras se adentraban al gran edificio perteneciente a la hechicería. Mientras caminaban podían ver como grupos de personas se acercaban y rezaban.
Claro, todos pensaban que le rezaban a un Dios, era la ciudad del Vaticano y la mayoría eran católicos. No conocían en realidad quienes mantenían algo del orden. Y utilizaban a un viejo vestido religioso para que distrayera a las personas de la verdad.
- ¿Por qué hay tantas personas?- dijo Itadori. Cada vez el cirio se llenaba de más cantidad de creyentes a rezar, y no sólo eso, en todas la iglesias mundiales se juntaban y pedían.
- Claro... ustedes estaban en viaje- dijo la mujer, se giró y miro a ambos- New York ya no existe, fue borrado del mapa totalmente.
-¿QUÉ?- gritaron ambos.
- Si, ahí hay una televisión, entretenganse mientras se preparan las cosas- sin más los dejo en una especie de sala de descanso, en la cual sólo estaban ellos.
Prendieron la tele y la colocaron en el canal de noticias, el problema es que estaba en Italiano y no entendían.
-Tsk, ¿no se puede cambiar el idioma?- pregunto Fushiguro.
- Si, de esta forma- Itadori le quito el control y cambio el idioma. Ahora si ambos miraban atentos la televisión.
Era impresionante, no podían creer lo que veían. Parecía sacado de una película de terror. Personas corriendo de un lado a otro tratando de salvarse , edificios abandonados, caídos y aprendidos fuego, cadáveres y muerte en el suelo y donde vieras.
Soldados tratando de detener a esas criaturas que ellos conocían mediante la palabra "Maldición". Esos seres que antes eran invisibles para el ojo humano, ahora se mostraban.
- Es impresionante, ¿no lo creen?- hablo un pequeño niño a un costado suyo- se desata un guerra por que alguien no quería que el mundo sea pacífico, en cierto grado.
-¿De qué hablas?- pregunto Megumi. Ambos miraron al pequeño de cabellos blancos, este se giró a mi matarlos con tranquilidad, y ambos pudieron notar sus ojos.
Uno, era celeste como el cielo cuando sólo había nubes, el otro era rojo carmesí, con cierto brillo de Fuego y sed de muerte.
-¿Quien eres?- pregunto Itadori.
- Eso aún no importa- dijo el pequeño- lo que importa es las desiciones que tomarán ustedes de ahora en adelante, serán ascendidos a Hechiceros grado especial, ¿Qué harán luego? ¿A qué bando se unirán?
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☠Shi no namae☠ - Sukuna Ryomen [II]✔
Hayran Kurgu[Libro II] - Los humanos y las maldiciones no pueden convivir- hablo uno de los altos mandos de la hechicería- mandemos a los mejores, New York se está saliendo de nuestras manos. - No podemos confiar en Satoru Gojo, dejo viva a si hermana y a Suku...