Harry y Louis son residentes en el Hospital Saint Thomas de Londres.
Harry es residente de Neurología y Louis es residente de Cirugía pediátrica.
No tienen nada en común más allá de su amor por la medicina y su pasión por salvar vidas.
O eso es l...
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Louis PDV
Son las cinco y treinta y siete cuando me encuentro con Harry fuera la biblioteca pública de la ciudad. Ésta no está lejos del hospital y eso es una ventaja, ya que no hacía más de media hora que había acabado mi turno del día.
Harry está esperándome fuera, tiene un termo grande en su mano y una bolsa de supermercado en la otra, además de su mochila. Al verme llegar sonríe abiertamente.
—Hola Louis—Murmura cuando me acerco y quedo frente a él—¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu turno?
—Hola Harry—le saludo de vuelta sonriéndole cortamente—Estoy bien, un poco cansado y el turno estuvo medianamente pesado, no puedo quejarme.
—Oh eso es bueno, así estas un poco más concentrado —Dice—Ven, Judy está esperándonos.
Nos movemos hacia el interior de la biblioteca y vemos a unas cuentas personas allí, ya casi es la hora de cerrar así que posiblemente estarán yéndose pronto. Sigo a Harry hacia la mesa de atención y ahí veo a una mujer que debe estar en sus cincuenta años, quien al ver al rizado le sonríe abiertamente y se pone de pie.
—¡Harry mi niño! —Murmura en voz baja para no molestar a las demás personas allí—es bueno verte—ella da una mirada a Louis y parece ligeramente sorprendida—¿Quién es tu amigo?
—Hola Judy, es bueno verte también corazón—Contesta Harry, él es Louis, es mi amigo, de quien te hablé para estudiar hoy.
—Oh sí es cierto—ella se ríe bajito—disculpa a mi memoria corazón, es un placer conocerte, soy Judy.
—Louis, un placer conocerla también—contesto con una pequeña sonrisa.
—Bueno corazón—dice ella viendo a Harry—tu lugar está donde siempre, aquí tienes—ella le da algo a Harry y sonríe—que tengan una buena sesión de estudio, sean responsables.
—Gracias corazón—Harry le sonríe aventándole un beso a la señora quien le sonríe abiertamente.
Me despido también y sigo a Harry, quien se mueve por el lugar como si fuera su propia casa, subimos un tramo de escaleras y nos alejamos un poco de donde están los demás o donde normalmente cualquier persona se sentaría para estudiar. Llegamos a lo que parece ser una oficina, pero bastante amplia, con luz vibrante y un escritorio largo y ancho, un par de sillas y algunos sofás.
Harry cierra la puerta tras nosotros y acomoda sus cosas sobre el escritorio, yo hago lo mismo.
—¿Qué es este lugar? —pregunto curioso.
—Este es mi lugar—Dice Harry orgulloso—Judy me lo dio básicamente, cuando comencé a venir casi a diario a estudiar hace dos años, tengo la llave de la salida de empleados y también la combinación de la alarma de seguridad, ella confía mucho en mí.