"¿Cuantas veces tendré que olvidarme de ti?
Cada vez que siento que amarte ya no duele, que ya no me haces falta, cada vez que siento que podré seguir adelante sin ti, algo siempre me hace recordarte, algo siempre me hace querer llamar y escuchar tu voz, querer salir corriendo y sentir el calor de tus brazos.
Sin embargo sé mejor que nadie que ya no estás. "
[Dos años más tarde,
Febrero de 2021- Seúl.]Solía disfrutar de los días de lluvia, sin embargo aún después de todos estos años seguían siendo únicamente el recuerdo de un doloroso amor del pasado. Con la mente llena de recuerdos, el único ruido que podía escuchar era el de sus pies haciendo ruido al pisar algunos de los charcos que se formaban, no le importaba si sus ropas se veían salpicadas por el barro, de ninguna manera faltaría a su tradición.
En una de sus manos portaba su tradicional ramo de tulipanes rojos y en la otra cargaba un paraguas negro, pues las lluvias eran igual de torrenciales que en aquel año, sin embargo sabía que ya no encontraría alguna sorpresa gracias a estas. Caminó entre las tumbas que habían ahí por un rato más, y cuando estuvo cerca de la que él solía visitar, pudo divisar una petiza silueta, reconociendo la al instante.
—Así que tu eres quien siempre cambia los ramos marchitos— la voz ajena le hizo mirarla, seguía siendo mucho más baja que él, sin embargo su presencia ya no le molestaba.
—Tengo que hacerlo, soy el único que trae flores. —murmuro mientras se agachaba para recoger el mencionado ramo marchito, cambiando lo por el que llevaba en sus manos.
—Nunca supe que traer aquí, ¿sabes?, no sé siquiera que contarle. Cada vez que vengo únicamente me quedo en silencio, y es molesto, porque sé que si fuera al revés ella sabría que decir y que hacer. —murmuro mientras apretaba con fuerza su paraguas.
—Sabes que no es necesario que le cuentes algo, ella sabía cómo eras, así que con el simple hecho de que vengas es suficiente, Minmin—dijo firmemente, provocando que los ojos de la chica se humedecieran.
—Gracias Jeon, hace años nadie me decía así. —su voz salió entrecortada, pero sincera.
Ella le miro y se sorprendió de lo mal que el joven se veía, seguía siendo atractivo, sin embargo su rostro tenía un notable color pálido, sus ojos estaban cubiertos por unas profundas ojeras, tenía los labios resecos y llevaba el cabello amarrado en una coleta. Definitivamente ya no era el mismo Jungkook que conoció, quiso decir algo, pero todo pensamiento se quedó atascado en su garganta al ver su mano izquierda, ahí, en el anular aún portaba su anillo de matrimonio.
—¿Aun lo usas? —susurro sorprendida.
—¿Por qué no habría de hacerlo? Es lo único que me queda de ella— y aunque no lo dijo de una manera en la que buscara causar lastima, su respuesta rompió el corazón de la chica, ya que ella sabía más qué nadie que él aun amaba a Young Mi.
Después de ese momento ambos se quedaron en un silencio doloroso que ninguno se atrevía a romper, ellos se entendían mejor que nadie, pues Young Mi había sido la persona más importante en sus vidas, y sin ella todo se volvía cada vez más difícil.
Sin embargo cuando la lluvia pareció tomar más fuerza, ambos salieron lentamente del panteón, y una vez frente a la gran reja metálica se quedaron viéndose fijamente importando les muy poco si se empapaban, hasta que la chica rompió el silencio.
—Gracias por seguir viniendo, pero Jeon, debes seguir adelante. Intenta sanar y encuentra a alguien que pueda amar ese corazón. Yo no quisiera, pero me iré del país, así que me alegra verte una última vez, sin embargo sé que ella querría que encontrarás a alguien que te haga sentir vivo. —murmuro dedicándole una mirada sincera, y aunque él podría decir que realmente no la escucho, la verdad era que ni la lluvia había sido impedimento para entender aquellas palabras que todo el mundo le repetía.
—Vete tranquila, yo estaré bien, no estoy listo para dejar de amarla —dijo antes de marcharse sin esperar respuesta.
—Superar que ya no está, no significa que dejes de amarla. —fue lo último que la petiza chica susurró, antes de huir de la tormenta que se estaba formando.
Desde hace años para Jungkook el camino a casa era difícil, puesto que con cada paso se acercaba un poco más a su soledad, sin embargo sabía que hubo un tiempo en el que lo único que quería era llegar ahí y ver a su amada esposa, pero eso desgraciadamente no duró mucho y la soledad ya no sólo era desesperante, esta se volvió desgarradora, asfixiante, deprimente y dolorosa.
Por lo que mientras caminaba bajo la lluvia y veía la noche llegar, dejó que su mente se inundara de recuerdos, muchos de ellos eran riendo junto a su hermano, otros eran de él escribiendo (cosa que había abandonado hace casi un año), también habían recuerdos junto a Taehyung en los que ellos hablaban por horas sobre historias; y por último siempre recordaba los pequeños momentos junto a Young Mi y la hermosa sonrisa que siempre mostro a su lado.
Con calma y quitando la humedad de sus ojos se adentro a su departamento, sorprendiendo se al ver a su hermano ahí, las cosas con él se habían vuelto complicadas y ahora era raro que éste se presentara a visitarlo.
—Si no vengo, puede que siga sin saber nada de ti. —su voz ya no estaba cargada de cariño, sino de algún tipo de molestia.
—No hay nada que saber de mi vida, sigue siendo la misma desde hace casi tres años. —respondió evitando pasar por donde él estaba y caminó a la cocina.
—Puedo notarlo, cada vez tienes más soju que alimentos— escucho su regaño detrás de él, por lo que supuso que lo siguió. —Jungkook no puedes...
—Seguir con la misma mierda, lo sé Jimin, ya lo sé. No te cansas de repetirlo una y otra vez, pero yo me canse de escucharte.—interrumpió el próximo regaño que el más bajo le daría.
—Si ya lo sabes, entonces cambia esa actitud y has algo de una buena vez. —tal vez no era la mejor forma de mostrar su preocupación, sin embargo él sentía que a menos de que lo tratara como un idiota este no lo comprendería.
—Noticia de última hora Jimin, estoy haciendo algo, y es esperar hasta el momento en que me reencuentre con ella. —murmuro tajante, estaba harto de que su hermano no comprendiera que ya no tenía motivación alguna.
—Solo eres un cobarde que se niega a seguir adelante y se aferra a su luto, abre los ojos Jungkook, me preocupo por tí y lo único que gano es ver como estas al borde del suicidio sin aceptar ayuda alguna. —respondió mientras se alejaba rápidamente, ya no podía seguir viendo así a su amado hermano.
Jungkook tembló al escuchar la manera en la que resonó la puerta principal, suspiro y se tallo el rostro con frustración, sabía que él era una molestia para su hermano, sin duda alguna entendía que éste ya no quisiera seguir soportando lo, y por está razón él esperaba el momento en que dejara éste mundo.
Cuando estaba dispuesto a ir a la cama, el leve repiqueteo en la puerta le hizo caminar de regreso, tal vez era Jimin, sin embargo al abrir su sorpresa fue enorme al ver un joven rostro bañado en lágrimas.
—Hola Hyung —murmuro entrecortadamente.
—Jihyun...
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𝓑𝓮𝓽𝔀𝓮𝓮𝓷 𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 𝓪𝓷𝓭 𝓓𝓻𝓲𝓷𝓴𝓼. © | JJK 3
Hayran Kurgu"Una copa por cada lágrima derramada. Una copa por cada recuerdo atrapado. Una copa por cada perdida desgarradora. " Eso era lo que los unía constantemente, ambos intentaban seguir adelante con sus vidas, sin embargo sentían que no podrían. Ambos...