Capítulo Especial - Pócimas

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La luna alumbraba el oscuro camino boscoso; vampiros, hombres lobo, un demonio y un par de brujas se dirigían hacia la pequeña cabaña de Ochaco, algunos aún convalecientes otros recién recuperados, pero todos con la suficiente fuerza para ir por su cuenta. El demonio y la pequeña bruja ya habían despertado e insistieron en que ellos mismos podían caminar.

Les tomó el resto de la noche para llegar a su destino, encontrándose en la cabaña a Ochaco, Eijiro y a Iida que se habían mantenido en la expectativa por sus amigos, al verlos llegar sintieron un gran alivio, salvo por el caballero que si bien se alegraba de ver que estaban relativamente bien, entre ese grupo no se hallaba su amada, entendía el porqué de esto pero no por eso podía evitar extrañarla aún más.

Sin embargo no quiso incomodar a nadie por lo que guardó sus pensamientos para él mismo. Rei fue la única de percatarse de esto, más tampoco dijo nada, por ahora.

Todos estaban exhaustos y pese a que la cabaña no contaba con el espacio suficiente para albergar a todos, lograron acomodarse un tanto apretados. La mayoría necesitaba dormir por lo que pocos permanecieron despiertos entre ellos, las tres brujas presentes.

Rei, Ochaco y Tsuyu salieron un momento para hablar. La castaña estaba contenta de volver a ver a su maestra y se lo expresó con un sincero abrazo, gesto que no rechazó la peliblanca. La pelinegra se quedó a un lado, no era de las que les gustaba interrumpir en este tipo de momentos, no obstante, también fue atraída al abrazo por la mismísima Rei.

Le agradeció enormemente que haya ayudado a su hijo y a Bakugo, ella se avergonzó un poco, pero aun así le dijo la verdad, que otra bruja le había pedido ese favor, pero no se esperaba que le respondiera con una simple "si no quisieras ayudar, no lo habrías hecho en primer lugar"

Luego de ese emotivo momento, las tres volvieron al tema principal, ellas al ser más sensibles en lo que respecta al aura, podían sentir plenamente la que rodeaba tanto a Todoroki como a Bakugo, antes era parcialmente notable, pero en comparación de ahora se podía sentir el poder que emanaba de cada uno de ellos y aunque en realidad no se podía clasificar como algo malo, tampoco podían asegurarlo.

Rei aseguró que en su hijo nunca estuvo reprimida esa fuerza, pero aun así cuando salía este no podía controlarla. En cambio por parte de Bakugo, realmente era nuevo para él, ya que había estado hablando con Mitsuki y le comentó sobre el sello que le habían puesto, porque temía que su hijo hiciera algún daño a alguien o así mismo.

En conclusión, ambos eran fuertes, pero ninguno sabía controlar esa fuerza.

Fue entonces, que a la castaña se le ocurrió una idea. Comentó que había leído en algún libro sobre una pócima para equilibrar el aura, pero sin lastimar a quien la usaba. En sí, no sabían si puede llegar a ser una solución, pues lo que querían realmente es que ellos pueda usar sus habilidades sin el peligro de que puedan perder el control, pero ya no quedaba tiempo los planes del rey de los vampiros se llevará a cabo pronto, por lo que tenían que ser inteligentes y hacer creer a ese déspota que todo salía de acuerdo a sus codiciosos deseos.

Las tres brujas asintieron y se pusieron manos a la obra. Rei le comentó a Mitsuki respecto a esto y aunque un poco preocupada terminó aceptando igualmente. La peliblanca le dijo que no estaba segura cómo iba a resultar, pues esta pócima era muy inusual, además de que los híbridos eran muy escasos en este mundo.

Mientras discutían de los posibles resultados, de repente ambas se dieron cuenta de algo que no habían considerado antes, y esa era la opinión de sus hijos. Los dos eran conocidos por ser irascibles y existe la posibilidad que no estén de acuerdo con esto; por no decir que Shoto no está en buenos términos con su madre.

Noche Roja [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora