Noche Roja [Todobaku]

Capítulo XXVIII - ¿Calma?

Corría por el bosque, el cual no hacía más que volverse lúgubre conforme avanzaba, la desesperación por llegar a ese lugar se intensificaban al igual que su mal presentimiento. Lágrimas descendían por su rostro, pero no podía perder tiempo lamentándose, no ahora. Aunque el dolor no dejaba de ser asfixiante, no planeaba fallar, los defenderá aún si es a costa de su propia vida.

Conforme se acercaba podía ver como el entorno empezaba a deformarse debido al fuego que iba consumiendo todo a su paso, al principio era fácil evadirlo pero cuando estaba lo suficientemente cerca de su destino se complicó bastante y pese a esto, su determinación no flaqueo y aguantando el escozor que sentía debido a las quemaduras por fin logro llegar.

Era una cueva enorme y en su interior también estaba envuelto en llamas, varios cuerpos yacían en el suelo, algunos estaban inconscientes mientras otros intentaban levantarse pero todo era en vano, ya que se hallaban en muy mal estado. Observaba con preocupación y miedo el panorama, el cual no pintaba nada bien.

De repente su atención se dirigió hacia el lobo que estaba encadenado en la cima de una gran montaña hecha de rocas, este luchaba ferozmente por liberarse, pero no funcionaba en lo absoluto, seguramente por que la cadena brillaba, signo de que estaba hechizada.

El lobo gruñía tan fuerte como para hacer que su alrededor temblara; sus ojos totalmente rojizos y el aura demoniaca que emanaba de él era clara señal de que casi se acababa el tiempo, eso y que los rayos de luz de la luna que se colaban por el enorme agujero del techo empezaban a tornarse a un tono carmesí.

A unos pocos metros de allí Touya y Shoto llevaban a cabo una pelea brutal, no obstante, el bicolor parecía no sólo luchar contra el oponente que tenía delante de él, sino que también con él mismo, pues las tinieblas cubrían gran parte de su lado izquierdo era como si una coraza de piedra negra lo cubriera centímetro a centímetro, sin embargo, esa no era para defenderlo, más bien parecía que lo carcomía lentamente.

La situación era desfavorable y todo fue a peor cuando Touya logró derribar a Shoto evitando que interrumpiera a la bruja que se acercaba al lobo sosteniendo un gran puñal de plata, a la vez que iba recitando un cántico en un lenguaje antiguo que desconocía, esas palabras no hacía más que dañar al lobo pues este se retorcía por cada oración que salía de la boca de la rubia de mirada siniestra.

Desesperado por lo que estaba a punto de suceder Shoto empezó a expulsar una gran aura oscura casi consumiéndolo de inmediato, esa coraza pronto lo cubriría por completo y causando una inmensa presión entorno a él, fue tan cargada de poder que provocó que el pelinegro tuviera que alejarse para no salir herido.

No sabía qué hacer, o detenía a Shoto antes de que perdiera el control y se destruya a sí mismo o iba hacia el lobo que estaba a punto de ser apuñalado. La situación era crítica y era momento de tomar una decisión...

Sin embargo, por más que corrió no alcanzó a llegar a ninguno de los dos, fue entonces que todo a su alrededor se desvaneció antes sus ojos, se esfumó tan rápido como si la escena se hubiera convertido en humo que se disipaba en el aire, dando paso a un vacío infinito y lo último que alcanzó a escuchar fue un grito ensordecedor y un fuerte gruñido, ambos era sonidos de...

Dolor.

Se sentó de golpe, esa pesadilla fue muy intensa, estaba sudando a mares e involuntariamente lágrimas empapaban la sábana que la cubría, estaba llorando. Su respiración se había acelerado y un escalofrío recorrió su cuerpo. Acaso... ¿Esa era una de sus visiones? deseaba con todas sus fuerzas que no sea así y que ese haya sido solo un mal sueño.

Súbitamente la puerta fue abierta de golpe y un peliblanco ingresaba con una expresión preocupada.

— Fuyumi ¿Qué sucede? — se apresuró hacia la cama y abrazó a su hermana, pues se miraba algo alterada. Había escuchado unos ruidos y el leve sonido de un llanto, por lo que entró para ver qué pasaba y asegurarse que estuviera bien.