CAPITULO XXVIII

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NO PUEDO CREERLO, CUARTO DÍA DE ESTE MARATÓN, ESPERO QUE TODOS ESTEN BIEN Y QUE LES VAYA GUSTANDO, DE TODO CORAZÓN POR AUN SEGUIR EN ESTA HISTORIA

SIN MÁS COMENCEMOS

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Draco abrió la puerta de su casa, realmente sintió que habían pasado años desde la última vez que entro a su casa y quien diría que solo paso un mes desde lo ocurrido con su padre, en eso vio que su casa estaba limpia

-Supongo que fueron esas dos-dijo riendo mientras dejaba sus cosas –Creo que tendré que agradecérselos-dijo sonriendo

Draco miro a su hijo que ya había ido por un vaso de agua y algunas galletas, ambos estaban más que cansados –Hijo te parece si para agradecerles a tus tías Pansy y Daphne las invitamos a cenar-dijo mientras miraba a Scorpius

Scorpius lo miro y una gran sonrisa apareció –Claro que si-dijo emocionado –Me parece muy bien-dijo mientras subía a acomodar su cuarto

En eso Draco se quedó pensativo –Hablando de ella ¿Dónde estarán?

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En los límites de Liverpool, estaba la enorme mansión de los Parkinson- Greengrass, la segunda matriarca de aquella casa, la esposa de Pansy, Lady Daphne Greengrass de Parkinson, estaba terminando de arrullar a su pequeña

-Bien Andora es hora de dormir-dijo mientras mecía la pequeña cuna

Lady Daphne era una famosa Aura de defensa mágica, básicamente como una abogada, pero en asuntos mágicos, pero por asuntos de maternidad tenía todos sus casos en casa y se los enviaba a sus compañeros

Daphne al ser heredera de una de las más grandes empresas de herbolaria y además su familia tenía dinero, no era raro no preocuparse por el dinero, ni por cosas tan banales, además la familia Parkinson era de un nivel económico un poco más grande que ella

En eso una elfina apareció justo frente a ella –Disculpe ama, pero el señor Potter desea hablar con usted-dijo amablemente

Daphne al escuchar ese apellido se le hizo claramente raro, Potter nunca iba a su casa ni aunque esta fuera la última en esta de pie –Dígale que en un momento voy-dijo mientras se acomodaba su traje

Potter era un mortal más, pero aunque fuera la mismísima reina, ella siempre estaría presentable, nunca en su vida se dejaría ver en harapos, la única que podía verla era Pansy y tal vez Draco pero conociéndolo, eran tal para cual

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Daphne estaba en su sala mirando fijamente a Potter, ambos se miraban sin dirigirse exactamente la mirada, ambos estaban esperando que alguien iniciara la conversación-Bien, dime lo que quieres-dijo seriamente –Pansy no se encuentra en estos momentos-dijo mirándolo

Harry la interrumpió –No vine aquí, por Pansy, vine aquí a hablar contigo-dijo tímidamente

Daphne alzo su ceja en señal de duda-claramente no lo esperaba –Claro, dime ¿Qué puede necesitar el gran Potter de una simple mortal como yo?-dijo mientras le daba un sorbo a su té

Harry tosió un poco –Necesito tu bendición para volver a enamorar a Draco-dijo tímido

En ese momento Daphne tosió por todos lados, miraba aquel ojiverde como un loco -¿Qué?-dijo sin creerlo –Estas bromeando-dijo riendo mientras con una servilleta se limpiaba, pero Harry estaba serio tal como llego

EL REENCUENTRO DE UNA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora