🍃 It's Too Late (To Apologize) 🍃

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🌈 Clasificación: +15.

🌈 Cronología:

•Cato: diecinueve años.

•Gary: veinticuatro años.

🌈 Temática: Lil'CatoGary.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Cuando vivamos juntos, todos los días te haré sentir especial...

Esa fue la peor mentira que le pudo haber dicho Gary. Y no por el hecho de que en algún punto le prometió llevarlo a la cima del cielo, sino porque claramente no iban a concretar nada más que aquella pequeña relación que uno de ellos, apresuradamente, quiso establecer con intenciones de engancharlo a su lado.

Porque, sí, el jovencito ese hijo de los GoodSpeed era todo menos alguien que decidía por sí mismo asentar cabeza. Uno de esos tipos inalcanzables a los que no les gusta para nada otorgar etiquetas a sus relaciones fuera del aspecto familiar, con veintidós años “soltero”, y una actitud taciturna y tranquila.

Todo mundo lo sabía, él por sobre todos los demás. Sin embargo quiso intentar que el chico finalmente formalizara lo que sea que tenían para ese entonces y cuando Gary, hinchando los pulmones hasta más no poder, le dijo que sí, que sí lo iba a tratar cariñosamente y le iba a abrazar y besar por la calle y toda esa mariconada que conllevaba tener novio, pero que ya le dejara de fastidiar con eso, él no pudo aguantar la tremenda ráfaga de alegría que le embargó y decidió entregársele por completo como recompensa, ya que eso fue en lo que quedaron; un intercambio de amor por placer, y listo. Pero Pequeño Cato no lo veía de esa forma, o por lo menos, se negaba rotundamente: por un instante sintió que Gary era suyo, y se vió en la necesidad de mantenerlo a su lado, complaciendo hasta lo más absurdo que el rubio quisiera, con tal de verlo feliz...

Ya luego se daría cuenta de que nada de lo que hiciera serviría. Pero para esto debieron pasar dos largos años, cuando el cuento que se había redactado por sí mismo se transformaba en una parodia para adultos sin una pizca de comedia, y mucho menos, sin final feliz.

Como ya mencionaba, era un intercambio: te daré el amor que al parecer nunca tuviste, pero como pago vas a venir corriendo cuando te lo ordene. La extraña relación consistía en encuentros casuales ciertas noches de calor insoportable. O cuando la temperatura corporal del humano ascendía hasta quemarle por dentro. Lo que ocurriese primero. Al principio Pequeño Cato estaba entusiasmado por las llamadas repentinas y citas previas que terminaban en las camas de los lujosos hoteles neoyorquinos. Pero pronto el susto en el corazón que sentía al oír la voz del rubio trás el teléfono comenzó a disiparse lentamente.

Claro que Gary no es que era el patán más grande del mundo; como le había prometido, éste le llenaba de regalos, planeaba sus encuentros a detalles, lo acompañaba de vuelta a casa, lo esperaba fuera del instituto. Era el mejor novio que pudiese existir. Nunca peleaban. Nunca. Era el hombre perfecto. Sólo que le faltaba algo, y eso que le hacía falta era precisamente ser un poco más cariñoso con él fuera del sexo casual, ya que básicamente lo que hacían era dedicarse a coger. Y ese se convirtió en el primero de sus problemas a pesar de lo tan mal acostumbrados que ya ambos estaban el uno por el otro.

Ahora bien, en el preciso instante en el que se vió a sí mismo despertando solo luego de acostarse una noche y (somnoliento) después de haberle preguntado quién era la chica con la que le habían comentado haberlo visto paseando de la mano, fue cuando comenzaron las discusiones.

De mala manera -la dolorosa- el Ventrexiano descubrió que a Gary no le gustaba que le reclamasen nada, independientemente de si él fuese el culpable o no o cuál fuera el motivo del reclamo, que por supuesto y en este caso, era la sospecha de una... “infidelidad” -si acaso se le podía llamar así.

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⏰ Última actualización: Dec 14, 2021 ⏰

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