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📍𝖯𝖺𝗋𝖺 𝗆𝖾𝗃𝗈𝗋 𝖾𝗑𝗉𝖾𝗋𝗂𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖼𝗈𝗅𝗈𝖼𝖺 𝗅𝖺 𝖼𝖺𝗇𝖼𝗂ó𝗇

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Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, veo como Nanno voltea rápidamente hacia mí y  rodeando mi cintura con sus brazos me atrae hacia ella

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Al escuchar el sonido de la puerta cerrarse, veo como Nanno voltea rápidamente hacia mí y rodeando mi cintura con sus brazos me atrae hacia ella. Estamos cara a cara, sintiendo la respiración y el calor del cuerpo de la otra, mientras que de fondo se escucha aquella famosa canción Jenny de Studio killers.

Con sus dedos abre un poco mi boca, para así introducirlos y ordenarme que los chupe. Hago lo que ella me dice y humedezco con mi lengua aquellos largos y delgados dedos.

-Eres muy hermosa- comenta.

Saca sus dedos de mi boca y posiciona sus manos sobre mi cintura para subirme sobre el mueble del lavamanos, colocando su muslo izquierdo entre mis piernas para tener contacto con mi intimidad y acto seguido besarme intensamente.

Mi mano viaja por su cabello y mi lengua por su boca. Siento el deseo en sus besos y en su cuerpo, un deseo que yo también tengo, ese maldito deseo de querer arrancarle la ropa y hacerle gritar mi nombre.

Sus dedos bajan hasta mi entrepierna y empiezan a rozar con mis bragas, arqueo la espalda ante ese contacto, separándome del beso y mostrándome cada vez más sumisa ante ella.

-¿Quieres que baje?- me pregunta.

-Si- le contesto con apenas un hilo de voz.

Escucho una risita por parte de ella y siento como baja su cabeza hasta quedar entre mis piernas. Con delicadeza las abre más y acerca sus labios hasta mis bragas, dando pequeños besos ahí.

Suelto un leve gemido por la tensión del ambiente y vuelvo a escuchar otra risita por parte de Nanno. Coloco una mano sobre el lavamanos para apoyarme y la otra va hasta la cabeza de Nanno para así darle la señal de que quería que estuviera más cerca de mí.

Ella sonríe y captando lo que quería, me quita las bragas y las deja a un lado. Vuelve a mi entre pierna y esta vez con sus dedos daba delicados masajes en mi clítoris.

-Estás muy mojada- comenta con morbo.

Quita sus dedos de ese sensible lugar y acerca su boca, para pasar su lengua por toda mi intimidad, causando que otro gemido saliera de mis labios.

Su lengua empezó a jugar un poco conmigo, realizando movimiento circulares en la zona de mi clítoris y metiendo sus dedos más largos en mi vagina.

Lo único que puedo hacer es gemir y tirar de su negro cabello en señal de que lo está haciendo bien. Mis piernas tiemblan por el placer al igual que siento como mi vientre va explotar en cualquier momento.

Muerdo mi labio inferior hasta el punto de sacar sangre. Nanno se percata de esto y su boca abandona mi intimidad para subir, darme un beso y limpiar aquel líquido carmesí que salía de mi labio.

Con mi mano la separo de mí y ella me mira confundida.

-Vuelve abajo- le ordeno, con la respiración acelerada.

Ella sonríe y hace caso.

Esta vez sus movimientos eran mejores, tanto que de mi boca no dejaban de salir gemidos. Sentía como todo mi cuerpo le pertenecía a ella y eso me excitaba aún más.

Me aferro con fuerza en una esquina del lavamanos, al igual que tiro del cabello de Nanno. Acababa de tocar ese punto, ese maldito y delicioso punto.

Con un fuerte gemido que sale de mí y junto con una sonrisa, libero aquel orgasmo que me invadía de pies a cabeza.

La de flequillo saca sus dedos de mí y pasa su lengua por ellos, tragando de aquel fluido.

-Nada mal- comenta tranquilamente, se levanta y me mira directamente a los ojos.

Se sube al mueble del lavamanos y me muevo hasta chocar con el espejo, para que ella tenga el suficiente espacio.

-¿Por qué huyes?- me pregunta- ahora tú debes estar abajo- dice.

Me quedo muda ante sus palabras, jamás  le he hecho una oral a una mujer.

Su mirada me ordenaba que bajara lo más rápido posible, así que sin quejarme coloque mi cabeza entre sus piernas, deleitándo mis ojos con aquel manjar que tenía delante de mí.

Bajo sus bragas y doy cortos besos en su intimidad.

-Introdúcelos- me ordena- y coloca tus labios sobre los míos, deja de jugar ahí abajo- dice.

Pasó mi lengua por mis dedos para lubricarlos e introducirlos en ella y empiezo con un vaivén lento, mientras la besaba y callaba pequeños gemidos provenientes de Nanno.

Sus manos viajan hasta mi blusa, para así meterlas, y lentamente recorrer mi piel que está debajo de aquella prenda. Llega hasta mis duros pezones y juega con ellos, mientras que yo sigo introduciendo mis dedos cada vez con movimientos más rápidos.

Puedo ver en sus ojos aquella lujuria que la ciega totalmente y la hace gemir como loca.

Y así después de varios minutos de placer, ella llega hasta el orgasmo, soltando un obsceno gemido, que si no fuera por la música, los llegarían a escuchar todos los invitados.

Nanno se lanza sobre mí, dándome un cálido y amoroso abrazo.

Nuestros cuerpos están igual de agitados y sudados, acaricio con delicadeza su hermoso cabello, oyendo con atención mi respiración que demostraba lo exhausta que estoy.

La de flequillo alza su cabeza y acerca sus labios a los míos para darme un tierno y corto beso.

-Siempre es divertido estar contigo- dice, con una sonrisa.

-Opino lo mismo- le contesto, volviendo a besarla.

-Opino lo mismo- le contesto, volviendo a besarla

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𝐂𝐀𝐋𝐋 𝐌𝐄 𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘! // 𝐍𝐚𝐧𝐧𝐨 𝐲 𝐭𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora